La Teja

Pastores tenían un corazón de oro

Ángeles. Santiago montiel y su esposa, ligia osejo, siempre ayudaban a la gente

- Adrián Galeano Calvo adrian.galeano@lateja.cr

Una pareja con un corazón de oro y un don de gente, así es como muchos recuerdan a don Santiago Montiel, de 66 años, y a su esposa Ligia Osejo, de 65, la querida pareja de pastores que lamentable­mente perdieron la vida a consecuenc­ia de un violento accidente de tránsito ocurrido en San Carlos.

Una pequeña muestra de ese amor tan grande que sentían por el prójimo se ve en el hecho de que esta pareja, que también se dedicaba a la agricultur­a, prácticame­nte regalaba todos sus cultivos a los más necesitado­s del pueblo de Hernández de Los Chiles, zona norte del país.

Así lo contó a La Teja Gerardo Pérez Quirós, pastor a cargo de la Comunidad Cristiana IDEC Hernández, Los Chiles, congregaci­ón de la cual formaban parte don Santiago y doña Ligia desde hace varios años.

“Tenían un corazón muy bonito, según ellos se dedicaban a la agricultur­a para vender los productos, pero prácticame­nte los terminaban regalando, porque en el pueblo donde nosotros vivimos hay mucha pobreza, entonces ellos salían con yuca o tiquizque y casi todo lo regalaban, porque ese corazón que tenían no los dejaba cobrar”, contó Pérez.

El accidente que cobró la vida de esta pareja ocurrió la tarde del pasado martes 23 de enero, en el sector de Muelle de Florencia, al frente de la zona franca, cuando la buseta en la que viajaban, por razones que se desconocen, invadió el carril contrario y chocó de frente contra un camión que transporta­ba yuca.

Junto a la pareja viajaba su

sobrino de nueve años, quien milagrosam­ente sobrevivió al trágico incidente y fue llevado de emergencia a un centro médico.

Golpe muy duro. El pastor Gerardo contó que se enteró del accidente ese día, por medio de una llamada que recibió, sin embargo, en ese momento le dijeron

que don Santiago y doña Ligia habían sido llevados a un hospital, pues temían que la noticia de su muerte fuera un impacto muy duro para él; poco tiempo después descubrió la verdad.

Pérez explicó que la familia de los pastores se dio cuenta de lo que había pasado gracias a que el sobrino que sobrevivió al choque le dio el número de teléfono de su mamá a una señora que llegó a socorrerlo­s y esta fue quien se comunicó con los seres queridos de los adultos mayores.

“Ha sido un golpe muy duro para todos, ellos eran los primeros que llegaban a la iglesia, acomodaban todo y llegaban a orar. Tenían un don de gente muy especial y eso era algo muy lindo, que ahora vamos a extrañar mucho”, dijo Pérez.

El pastor Pérez confirmó que ese trágico día la familia regresaba de Coronado, en San José, pues ahí vivían varios seres queridos, además en esa comunidad habían fundado otra congregaci­ón a la que bautizaron “Al Taller del Maestro”, a la que asistían cada quince días.

En esa localidad josefina don Santiago y su hermano tenían una sastrería dedicada a la confección de sacos y pantalones de vestir, por lo que cada vez que los pastores visitaban Coronado aprovechab­an para trabajar en ese lugar.

“Él cortaba y ella cosía, ellos lo hacían en Coronado la sema

na que se iban para allá, pero cuando regresaban se traían trabajito para acá, en Hernández de Los Chiles”, agregó Pérez.

Mucha disposició­n. Pérez dijo que, además, de ser personas muy especiales, don Santiago y doña Ligia eran pilares de su iglesia, pues ellos se dedicaban a trabajar y aconsejar a grupos de hombres y mujeres.

“Eran personas con un corazón muy grande, para mí fueron demasiado especiales, fueron como unos padres para nosotros, yo siempre tomaba muy en cuenta los consejos que me daba don Santiago. En la iglesia ellos también aconsejaba­n a muchas personas y matrimonio­s”, destacó.

Don Santiago no solo ayudaba a su amada comunidad con los cultivos que él y su esposa tenían en su propiedad, sino que también ponía su buseta a disposició­n de todos los que la necesitara­n.

“Con la busetica que ellos tenían, si alguien les decía que lo llevaran a algún lado, ellos con gusto lo hacían y no le cobraban ni un solo cinco.

“En la iglesia también eran así, cuando había alguna actividad, don Santiago decía que montáramos a toda la gente en la buseta y al final nunca les cobraba nada”, recordó el pastor.

En cuanto al fatal accidente, las autoridade­s no han brindado un informe oficial sobre las circunstan­cias que mediaron en este, sin embargo, de forma extraofici­al se habla de que el choque se habría dado porque, en apariencia, don Santiago se habría quedado dormido mientras manejaba.

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FACEBOOK Don Santiago y doña Ligia eran muy queridos.
 ?? ALLAN JARA ?? La pareja regresaba de Coronado, en San José.
ALLAN JARA La pareja regresaba de Coronado, en San José.
 ?? ALLAN JARA ?? Los pastores falleciero­n y un menor quedó herido.
ALLAN JARA Los pastores falleciero­n y un menor quedó herido.

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