¿Hombres y mujeres quedaron parejos?
¿En verdad sirvieron de algo los cambios en las normas del Código Electoral para que los partidos políticos se esforzaran por poner la misma cantidad de hombres y mujeres como candidatos a alcalde?
Pues los números nos permiten tener un mejor criterio para respondernos. En las elecciones municipales del 2020 solo ocho mujeres salieron electas alcaldesas y en las recién pasadas elecciones municipales 2024 fueron 22. Prácticamente se triplicó la cantidad de mujeres que ganaron una silla de alcaldesa en el país.
En las municipales del 2002 solo se eligieron ocho mujeres; en el 2006, nueve; en el 2010, diez. Cuando llegaron las municipales solitas, ya sin estar mezcladas con las elecciones presidenciales, el asunto no cambió mucho: para las municipales del 2016 salieron doce mujeres electas y en el 2020 bajó a ocho.
Nunca antes en la historia de las municipales las mujeres habían estado a la cabeza de más del 15% de las municipalidades al mismo tiempo, para los próximos cuatro años serán el 27%. Cuando más lejos llegaron fue en el 2016 con doce alcaldesas.
Las provincias con más alcaldesas electas fueron San José y Alajuela, con 5 cada una. Por el otro lado, las provincias en las que menos mujeres terminaron alcaldesas, tras las municipales del pasado 4 de febrero, fueron Puntarenas y Limón, con dos cada una.
Pulseadoras. De las 22 alcaldesas elegidas, doña María Antonieta Naranjo, es la de mayor edad, tiene 69 años y se sentará en la silla de la alcaldía de Desamparados.
“Fui parte de la lucha en el partido con respecto al tema de la paridad y jamás imaginé que después sería parte de las candidatas a alcaldesa. Cumplo mi segundo período consecutivo como regidora y también lo fui entre 1995 y 1998.
“El cantón tiene 251 mil personas y muchas necesidades en medio de dos poblaciones muy distintas: rural y urbana. Hay que fortalecer la seguridad, la salud, entre otros muchos temas”, nos explica doña María.
La alcaldesa más joven es Vanessa Rodríguez, tiene 33 años y fue electa en Sarapiquí. “Hay que meterle mano urgente a la ruta del agua, la infraestructura vial y a la conectividad.
“De la mano de un trabajo unido con las 16 asadas del cantón debemos lograr que todos en Sarapiquí tengan acceso al agua potable. En estos momentos solo la mitad de la población tiene agua potable”, reconoce.