La Incondicional
Hace pocos días el cantante mexicano luis Miguel llenó el estadio Nacional; más de 40 mil fans llenos de amor se saciaron de sentimientos al cantar a todo pulmón, letras que les hacían recordar a una ex, o vivencias de algún romance que no se logró y que es imborrable en nuestra memoria, pero si lo filtramos bien podemos sacar lo mejor de esa mala experiencia para el futuro.
Con esa filosofía de vida, es que que debemos manejarnos, al menos para tener estabilidad sentimental y ante todo un corazón saludable capaz de soportar los fracasos y los hermosos momentos llenos de placer. Este 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, vale la pena reflexionar como el fútbol para muchos de nosotros es el primer o segundo amor, y estamos casi al nivel de la incondicional, la que a pesar de los golpes y que los clubes muchas veces no han sabido amar, siempre está ahí.
Hemos tenido momentos memorables con la Sele, donde se ha llorado de felicidad como en Brasil 2014; también momentos bajos, en el que no queremos otra cosa más que dar la media vuelta o los más ilusos pedirle al fútbol que nos mienta como siempre porque para ser felices necesitamos creer que volveremos a ser mejores en algún momento. con esa pepiazón, como las canciones de luismi, así somos de devotos a nuestros clubes y a la sele, en donde a pesar de los golpes y culpables o no, seguimos con esa ciega que todo va mejorar aunque todo lo que suceda nos haga pensar lo contrario.
A veces pensamos que el fútbol tico debe manejarse con un fundamentalismo tan religioso que las reglas de ese amor debe ser estrictamente apegado al manual, donde solo cabe el éxito, ganar siempre y a aquel que pierde solo le decimos ahora te puedes marchar. Lamentablemente, los triunfos constantes no están escritos en ese reglamento para el fútbol de Centroamérica, aunque a veces a los clubes ticos nos caliente el sol un poquito más.