La Teja

Lucha contra monstruo de la obesidad

Encaminado. alex Blanco llegó a pesar 235 kilos, ahora pesa 177 y sigue el proceso

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

Alex Blanco es un vecino de Purral de Goicoechea, quien desde niño ha luchado contra la obesidad.

Ahorita tiene 47 años y está en el tercer intento de su vida por perder peso para mejorar su salud. Este lunes es el Día Mundial de la Obesidad y Alex nos contó su historia para que sirva de ejemplo para otras personas, ya que quiere evitar que la gente pase por todo lo que él ha vivido.

Cuenta que a los 11 años ya pesaba 110 kilos; una vez lo pesaron en la escuela y se encendiero­n las alarmas por su sobrepeso.

Alex sabe bien que el subir de peso de forma desmedida no se debe solamente a la acción de una persona de comer más de lo que debe, sino que va muy de la mano con problemas sicológico­s; sin embargo, poca gente le da la atención que debe a la salud mental.

“Mi adolescenc­ia fue muy difícil porque tener sobrepeso hace que a uno le hagan bullying. No es fácil pasar por las bromas, por los comentario­s que hace la gente cuando se lo topa a uno en la calle, se ríen. Uno trata de ir aguantando, trata de ignorar esas cosas, pero llega el momento en que eso empieza a lastimar y es peor porque uno se refugia en la comida”, relató.

El paciente relató cómo han sido los tres intentos que ha hecho por bajar de peso, de los cuáles dos han sido fallidos.

El primero fue cuando pesaba 227 kilos y lo hizo de la mano de una nutricioni­sta; logró bajar 50 kilos, pero luego recuperó el peso perdido.

“En realidad hacía las cosas por quedar bien con la doctora y con otras personas y no por mí, eso hizo que tiempo después recuperara el peso que había perdido. Después de eso hice el segundo intento; unas amistades de Aserrí me dijeron que me fuera a vivir con ellos, estuve ahí como cinco años y logré perder en total como 84 kilos. Hasta me iban a hacer una operación para quitarme el exceso de piel que tenía, pero todo se volvió a complicar.

“Comencé a tener problemas de ansiedad y ataques de pánico, desarrollé agorafobia (miedo intenso a estar en lugares de donde es difícil escapar o donde no se podría disponer de ayuda, generalmen­te involucra miedo a las multitudes, a los puentes, o a estar solo en espacios exteriores) no podía salir. Todo fue a raíz de una vez que iba en el bus y me dio como una convulsión; resulta que era epiléptico y no sabía, había estado teniendo problemas de salud, pero creía que todo era por el sobrepeso”.

Tocó fondo. Alex cuenta que los problemas de ansiedad y agorafobia lo hicieron encerrarse en su casa, no podía ni trabajar; además, empezó a comer de más otra vez. Volvió donde su mamá, en Purral, y siguió comiendo desmedidam­ente, cuando se dio cuenta había vuelto a subir los 84 kilos y luego incluso subió más.

“Antes de eso lo más que había llegado a pesar eran como 227 kilos y cuando pasó todo eso llegué a los 235, ahí fue cuando dije: ‘ hasta aquí’, decidí que quería cambiar mi vida, pero esta vez sí iba a ser por mí, por mi salud.

“Tengo presión alta, soy prediabéti­co, me duelen las piernas, se me hacen úlceras, soy epiléptico y otro montón de cosas. A mi edad no debería padecer tantas cosas, pero la obesidad me ha hecho mucho daño”.

El vecino de Purral ahorita pesa 177 kilos y dice que el proceso va de la mano con ayuda sicológica y nutriciona­l, aunque siente que la Caja Costarrice­nse de Seguro Social no le da el apoyo suficiente.

“En todo esto tiene mucho que ver la parte sicológica, lo emocional, porque la parte de la depresión y de la tristeza se lo trae a uno abajo completame­nte. Cuando uno se está esforzando por bajar de peso hay muchos problemas, el estar sin trabajo, lo que dicen las amistades, cualquier cosa puede arruinar el proceso. Estoy tratando de trabajar en mi amor propio para que esas cosas no me afecten”, manifestó.

“Las citas con la nutricioni­sta son cada seis meses, me gustaría que fueran más seguidas para que el proceso fuera más continuo. Las de sicología son como cada año, esas también deberían ser más cercanas porque es fundamenta­l para el proceso, pero así funciona el sistema de salud”, agregó.

La pulsea. Debido a todos sus padecimien­tos Alex está sin trabajo, así que la pulsea vendiendo cosas de comer que él mismo prepara para meterle el hombro a su mamá.

“Hago arroz con leche y lo vendo en vasitos aquí a los vecinos. De vez en cuando también hago patí y ahí voy poco a poco”, explicó

Alex encontró un apoyo en las redes sociales; tiene un perfil en TikTok (@alex76cr) en el que cuenta con 19 mil seguidores y muchos de ellos lo acompañan en el proceso, eso lo hace sentir bien.

“Me he encontrado gente que vive situacione­s de ansiedad como las mías, personas que me entienden, me apoyan, algunas hasta me ayudan con rifas, hay personas de muy buen corazón.

“Vivir así es complicado, yo quiero que mi experienci­a sirva para que la gente joven haga conciencia sobre la importanci­a de cuidarse. La obesidad es un monstruo peligroso que detona muchas enfermedad­es. La obesidad lo atrapa a uno y cuesta muchísimo salir”, expresó Alex.

 ?? CORTESÍA DE ALEX BLANCO ?? Alex va bien encaminado en su lucha por bajar de peso.
CORTESÍA DE ALEX BLANCO Alex va bien encaminado en su lucha por bajar de peso.
 ?? CORTESÍA ?? El peso máximo que ha tenido Alex son 235 kilos.
CORTESÍA El peso máximo que ha tenido Alex son 235 kilos.
 ?? CORTESÍA ?? El paciente está luchando por cambiar sus hábitos.
CORTESÍA El paciente está luchando por cambiar sus hábitos.

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