¡Gracias, padre!

si usted va leyendo el periódico en orden (no como otros que empiezan de atrás para adelante), le voy a adelantar algo que le pasará cuando llegué a la página 11 y lea la historia que le contamos allí: se va a emocionar mucho y no sería raro que se le quiera salir una lagrimita. bueno, y si ya la leyó, seguro que me va a dar la razón.

Hay algo que es una garantía, cuando tenemos una nota con el padre sergio Valverde, de la asociación Obras del espíritu santo, se tratará de una que nos llene de positivismo en días donde estamos rodeados de tanta noticia mala.

Y es que esta historia la podemos calificar como extraordinaria, pues con un título de la universidad de Costa rica se cierra el camino de una niña de tan solo tres años que llegó donde el padre sergio con su mamá, una nicaragüense que vino al país buscando un mejor futuro, pero que desgraciadamente no la pasaba nada bien, al punto de que se desmayó del hambre al llegar a la asociación. allí, como pasa con miles de niños y sus mamitas, les tendieron la mano, les dieron comidita y hasta los cuadernos para que pudiera estudiar, pero sobre todo, en ese lugar aprendieron una serie de valores que hicieron que esa pequeñita, que con tres años tenía un futuro incierto, aprovechara las oportunidades al punto de graduarse como bachiller en Contaduría Pública. ¡Qué gran logro!

Y como si esta historia no fuera ya demasiado hermosa, Wendy nos dio otra gran lección: ser agradecidos. Lo primero que hizo fue llevarle el título al sacerdote, pues también era de él. ¡Gracias padre sergio, Wendy y doña Jacqueline por ese final feliz de un ‘cuento’ que no fue para nada fácil!