Sitio se inundó de sentimientos
Durísimo. agentes del OIJ trabajaron más de cuatro horas en lugar del hallazgo
El hallazgo y levantamiento del cuerpo de Kimberly Araya, de 33 años, la joven mamá que estaba desaparecida y cuyo cadáver fue encontrado la tarde de este viernes, estuvo cargado de sentimientos encontrados.
Durante todo el día los agentes tomaron la ruta 32 por la información con la que contaban y que les daba la corazonada de que ella se encontraba en los alrededores de esa transitada, pero a la vez solitaria carreterra.
El hallazgo se dio a un kilómetro y medio del túnel Zurquí, donde la neblina es bastante densa sobre todo por las noches, y en varios tramos cortos existe la posibilidad de estacionarse. Sin embargo, es posible que nadie pare a ayudar si ve un carro estacionado por miedo a un asalto.
Los agentes buscaban con gran desesperación cuando uno de los perros expertos en rastros humanos, en un segundo intento, logró dar con el cuerpo.
“Hay días en que el trabajo es díficil, pero a la vez satisfactorio porque había una familia que necesitaba respuestas”, dijo uno de los investigadores.
El lugar del hallazgo fue tomado no solo por el OIJ sino también por personeros en rescate de la Cruz Roja, quienes están acostumbrados a bajar a los guindos de la ruta para atender distintas emergencias.
Desde la 1:30 de la tarde hasta las 5:40 p. m, los agentes y forenses trabajaron en la escena ayudados por oficiales de la Fuerza Pública sin importar, el frío, la neblina, el barro y los fuertes aguaceros que caían por ratos, como si el cielo estuviera triste con el desenlace de este caso.
El levantamiento se realizó con mucho cuidado para que ahora los forenses puedan determinar la causa de la muerte de la mamá, información indispensable para la investigación.
Susto. Una patrulla de la Fuerza Pública derrapó cuando iba a colaborar a un kilómetro del sitio del hallazgo y, por poco, se va en unos de los guindos, por suerte los oficiales estaban bien.
A lo largo de la ruta, por algunos minutos, había presas por el efecto mirón porque algunos conductores se detenían a preguntar o a grabar lo que ocurría.
“¿Qué pasó? ,¿Ya encontraron a la muchacha?, ¿ya la rescataron?, ¡Qué terrible, pobre mamá!, ¡Dios mío, que tristeza tan grande!” fueron algunos de los comentarios que los conductores hacían.
Los policías que colaboraban con el OIJ mostraban su tristeza por la situación, “qué triste para los hijos de ella”, comentó un oficial a otro.
El cuerpo de Kimberly fue levantado luego de que la jueza diera la orden y lo llevaron a la Medicatura Forense.