Valor a las raíces
Sus creaciones rescatan las técnicas artesanales tradicionales salvadoreñas, “a punto de desaparecer”, y combinan su ingenio con el talento de las artesanas y la nobleza de los materiales autóctonos.
El mercado local es pequeño para el impacto que quiere generar con su marca. Por eso, tiene la mirada puesta en los mercados internacionales y asiste a ferias y eventos. Ya exporta a 11 países y la meta es ampliar presencia en Europa. “Es el mercado ideal, pero aún me estoy preparando para eso. Quiero crecer orgánicamente”, asegura.
Actualmente, con DELSUR, FUSAL, FEPADE, Glasswing y USAID lleva adelante otra iniciativa en comunidades costeras de La Libertad, que producen piezas artesanales usando recursos encontrados en las playas.
“Mi compromiso es aún cuando ya no esté la empresa privada o un organismo internacional, pueda seguir trabajando con la comunidad, dando más capacitaciones, creando, innovando y comercializando nuestras piezas y que la marca prevalezca el día que ya yo no esté”.