¿Dolarizar una economía?, ¿Sí o no?
Expertos tienen opiniones divididas sobre dolarizar las economías.
EXPERTOS TIENEN OPINIONES DIVIDIDAS SOBRE SI EL RESTO DE AMÉRICA CENTRAL DEBE SEGUIR LOS PASOS DE EL SALVADOR Y PANAMÁ.
Los motivos que pueden llevar a un país a dolarizar su economía pueden ser diferentes, al igual que sus consecuencias. Por eso, pensar en la posibilidad de que todas las naciones en América Central tomen dicha posición –a excepción de El Salvador y Panamá, que ya lo hicieron– genera opiniones encontradas.
Summa conversó con tres especialistas que están vinculados en la toma de decisiones sobre el tema. Consideran que asumir como moneda el dólar estadounidense trae consigo beneficios y retos, y es una acción que debe ser muy pensada según las condiciones de cada país.
Francisco de Paula Gutiérrez, profesor pleno de INCAE y expresidente del Banco Central de Costa Rica, señala que no le ve sentido a que el resto de países opten por ese camino.
“Dolarizar una economía busca básicamente controlar la inflación y eliminar un elemento de riesgo asociado a la política monetaria, pero también reduce los instrumentos disponibles para enfrentar choques externos. En los últimos años las economías del área han estado sujetas a choques de diversa naturaleza y requieren ajustes para enfrentarlos. Poder modificar el tipo de cambio real en el corto plazo, vía modificación del tipo de cambio nominal, es uno de esos instrumentos”, afirma.
Por otra parte, piensa que el manejo de la política monetaria en los países de la región ha variado a favor de la responsabilidad, como lo reflejan las tasas de inflación de esos países.
Friederike Norma Koehler, economista líder del Banco Mundial para Centroamérica tienen una posición neutra. Sostiene que “es un tema que cada país debe considerar, teniendo en cuenta los retos y los beneficios que supondría en cada caso particular”.
Melvin Garita, economista independiente, está a favor de la medida. Cree que “la dolarización para países pequeños o diminutos como los de América Central, que están claramente inmersos en una zona económica, debería ser casi un requisito en su estrategia de
integración”.
Casos de Panamá y El Salvador
Los tres expertos mantienen que Panamá y El Salvador dolarizaron sus economías por motivos distintos y su experincia no se puede generalizar. Además, tienen opiniones divergentes en cuanto al desempeño económico que han tenido desde de que asumieron el cambio.
De Paula comenta que el caso de Panamá es particular porque “desde su independencia se introdujo la dolarización de la
economía, por lo resulta aventurado imaginarse cómo hubiera sido su situación si hubiera tenido su propia moneda”.
En el caso de El Salvador opina que ha sido el país de la región con la menor tasa de crecimiento económico en los últimos diez años y considera que la dolarización no le favoreció, en parte porque desde su adopción, el tipo de cambio real no fue el apropiado. “Desde luego que su bajo crecimiento no es atribuible únicamente a la decisión de dolarizar, pero ha sido uno de los elementos que afectó el espacio de crecimiento para la economía. Nuevamente, no es posible saber qué hubiera pasado si el sistema no hubiera estado dolarizado, dados los cambios políticos observados en estos años”. explica.
El economista del Banco Mundial también es del criterio que el desempeño económico de esos dos países ha sido muy diferente desde que se dolarizaron.
“Panamá es de los países que más ha crecido en América Central mientras que El Salvador es de los que menos. Sin embargo, la dolarización solamente es uno de los elementos de la política económica que impacta el desempeño económico. En Panamá, por ejemplo, se ha priorizado la inversión pública en la expansión del Canal y el Metro, lo cual también ha atraído inversión privada; el impacto de estas políticas se está viendo en el desempeño de la economía. En El Salvador, se tendría que ejecutar una agenda de competitividad mucho más ambiciosa”, afirma Koehler. Garita, por su parte, piensa que tanto para Panamá como para El Salvador la dolarización de sus economías ha sido positiva. “Genera estabilidad monetaria porque delega en las personas y las empresas el control de la oferta monetaria, al hacerla depender de su esfuerzo por generar valor y atraer capital, sacando de la ecuación monetaria las decisiones políticas. Si se observa la experiencia inflacionaria de esas economías, se nota que claramente se ha alcanzado la estabilidad monetaria. Es importante recalcar que la dolarización atiende el problema monetario, solamente ese; los demás problemas de los países siempre se tendrán que atender”, añade.