Pesquería en riesgo
EL INSTITUTO NICARAGÜENSE DE LA PESCA Y LA ACUICULTURA (INPESCA) REPORTÓ ENTRE 2014 Y 2015 12,52% DE DISMINUCIÓN EN LA CAPTURA DE PECES EN EL LITORAL PACÍFICO.
INPESCA reportó entre 2014 y 2015 12,52% de disminución en la captura de peces en el litoral pacífico.
En Nicaragua la pesca artesanal ha sido históricamente una de las actividades socioeconómicas más importantes en las poblaciones costero-marinas. Sin embargo, en los últimos años han disminuido drásticamente las poblaciones de especies marinas con valor económico, arriesgando la sostenibilidad de la pesca artesanal y la subsistencia de las comunidades costero marinas del Pacífico de Nicaragua.
El Instituto Nicaragüense de la Pesca y la Acuicultura (Inpesca) reportó una disminución del 12,52% en la captura de peces en el litoral Pacífico, entre 2014 y 2015. Allí, hasta hace pocos años, se podía pescar con caña, cuerda o redes a pocos metros de la costa, mientras; ahora, los pescadores deben navegar entre 12 y 25 kilómetros para encontrar cardúmenes.
El Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) revela que entre enero y abril de 2017 se exportaron 1,25 millones de kilos menos de mariscos y sus productos, con respecto al mismo período del 2016.
Las causas
Especialistas de Fauna y Flora Internacional aseguran que en Nicaragua se tienen registradas 382 especies de peces. La disminución de las poblaciones se asocia a factores como el aumento en la intensidad de pesca, el uso de artes de pesca inapropiadas –como el uso de explosivos en el lecho marino– y el deterioro de áreas marinas con potencial de refugio y los manglares, que es donde pasan los primeros estadios de su ciclo de vida la gran mayoría de las especies marinas. A eso se añaden las alteraciones en la temperatura del mar relacionadas al cambio climático, que afecta sus patrones de distribución. Tomando en cuenta todos esos factores, los expertos prospectan que se tendrán problemas serios de sostenibilidad ambiental, económica y social en las comunidades costeras del Pacífico y desde hace varios años desarrollan constantes moni-
toreos marinos en las zonas pesqueras El Astillero, Pie de Gigante, San Juan del Sur y El Ostional.
Las zonas donde los pescadores utilizan explosivos con mayor frecuencia para incrementar la captura de peces son el Golfo de Fonseca, Jiquilillo, Mechapa, Masachapa, Casares, Huehuete y La Boquita. En esas localidades las autoridades de Inpesca, la policía y la fuerza naval realizan patrullajes frecuentes para detectar y arrestar a pescadores que recurren a esa práctica.
Reacciones locales
Ante la problemática, la comunidad Pie de Gigante propuso a las autoridades nacionales y municipales la creación de una Zona Marina de Vida y Desarrollo, que se presupone debería ser “de uso controlado, bajo manejo comunitario”.
Esa localidad costero marina está circunscrita al municipio Tola, que cuenta con cerca de 25.000 habitantes, la mayoría dedicados a actividades como turismo de aventura, pesca, agricultura y ganadería. La pesca artesanal está íntimamente ligada al pujante desarrollo turístico de Pie de Gigante, cerca de la cual existen diversos desarrollos turístico inmobiliarios, entre los que destacan Guacalito de la Isla y Aqua.