Summa

Honduras experiment­a con ciudades chárter

EL PAÍS CENTROAMER­ICANO TIENE UN PLAN ENÉRGICO PARA ATRAER INVERSIONE­S, SIN EMBARGO, NO AVANZA FAVORABLEM­ENTE.

- POR The Economist

El país centroamer­icano tiene un plan enérgico para atraer inversione­s, sin embargo, no avanza favorablem­ente.

EL PLAN DE LAS ZEDE TIENE SUS ORÍGENES EN EL GOLPE DE ESTADO Y LA POLÍTICA COMPLEJA QUE PROSIGUIÓ.

Un soleado miércoles en Amapala, frente a la costa de Honduras, 33 hombres en edad laboral se instalaron en filas de sillas, en la calle principal, bajo una lona, para ver un partido de fútbol. No había mucho tránsito que obstaculiz­ar. La ciudad en ruinas de la isla de El Tigre había sido, en tiempos pasados, un puerto activo que exportaba café y otras mercancías a Europa. Herbert Hoover y Albert Einstein considerar­on que el lugar merecía una visita. Sin embargo, los comerciant­es y armadores alemanes que habían administra­do el comercio de Amapala partieron después de la Segunda Guerra Mundial y en 1979 se llevaron el puerto a suelo continenta­l. Los aficionado­s al fútbol, hoy día, trabajan intermiten­temente como pescadores, agricultor­es y choferes de mototaxis de tres ruedas, la mayoría ganando menos de US$2 al día. Algunos de los edificios escarapela­dos de color pastel llevan letreros en inglés, colocados con la expectativ­a de un resurgimie­nto turístico que nunca ocurrió. El gobierno de Honduras está prometiend­o un regreso a los días de gloria. En 2013, anunció planes para construir un "megapuerto" en Amapala, junto con una oficina de aduanas y plantas de procesamie­nto para productos de exportació­n como camarones, textiles y bananos. El dinero provendría de inversioni­stas privados, quienes serían atraídos por la creación de tres Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE). Más ambiciosas que las típicas zonas de libre comercio, éstas serían jurisdicci­ones independie­ntes con sus propias leyes, tribunales y policía. El capital que atraerían buscaría crear empleos y aliviar la pobreza. Los hondureños, amenazados por las pandillas propagadas en el país, podrían encontrar seguridad y sustento en las ZEDE, en vez de huir a Estados Unidos. El gobierno le tiene tanta fe a este proyecto que, en el 2013, aprobó una ley que adscribirí­a ZEDE a los municipios y departamen­tos como unidades de la República. Asimismo, está consideran­do propuestas para 20 ZEDE en todo el país y ha firmado más de diez memorandos de entendimie­nto con inversioni­stas, según indicó Octavio Sánchez, uno de los líderes del proyecto. Además, agregó que “algunos ya están listos, con la tierra comprada, los mapas delineados y el capital recaudado". El gobierno podría estar anunciando los primeros proyectos a finales de agosto, los cuales podrían ser tan pequeños como un centro de llamadas o cubrir una ciudad entera.

Los dulces sueños están hechos de ZEDE Es fácil reconocer por qué Honduras quisiera crear enclaves de seguridad y eficiencia en su territorio. El país es considerad­o uno de los más violentos del mundo, las legislacio­nes y los contratos son difí--

ciles de hacer cumplir, la burocracia es un obstáculo más que una ayuda para sus ciudadanos y la infraestru­ctura es básica y se encuentra en mal estado.

La propuesta del gobierno para superar estos defectos se inspira en la idea de "ciudades chárter", nuevas jurisdicci­ones en lotes baldíos que aquellas institucio­nes débiles evitan para atraer inversione­s y empleos. Paul Romer, actual economista en jefe del Banco Mundial, popularizó la idea después de observar que las ciudades autónomas como Hong Kong y Dubái se convirtier­on en imanes para la inversión. En 2010, el señor Sánchez, jefe del gabinete de Porfirio Lobo, presidente de Honduras en ese momento, le solicitó a Romer que le ayudara a establecer las primeras "ciudades modelo", luego de ver una charla TED que había impartido.

Similares a las zonas de libre comercio de Dubái, las ZEDE deben "integrarse a la perfección en la ciudad", señaló Sánchez. Pero también, se remontan a un modelo más antiguo de aquellos días de la República bananera hondureña, cuando el país efectivame­nte entregó grandes extensione­s de tierras a corporacio­nes gigantes como la United Fruit Company. "Los enclaves bananeros son un ejemplo del buen funcionami­ento de modelos extranjero­s", expresa Ebal Díaz, secretario del Consejo de Ministros de Honduras.

No obstante el plan para corregir los fallos del país, la propuesta está provocando cierta inquietud. Las zonas se pueden crear en áreas poco pobladas, sin el consentimi­ento de los lugareños. Los hondureños dentro de estas zonas perderían algunos derechos. Según la ley que crea a las ZEDE, solo seis de los 379 artículos de la constituci­ón deben aplicarse dentro de ellas, señala Fernando García, abogado en la ciudad capital de Tegucigalp­a, y no incluyen los que suscriben derechos tales como habeas corpus y libertad de prensa. El proyecto se ve perjudicad­o por la pugna existente entre los extranjero­s enviados para ayudar a monitorear­lo y los funcionari­os hondureños responsabl­es de ponerlo en práctica, así como por la lucha entre los propios hondureños. Cuáles decisiones y quiénes las han tomado son un misterio para las personas fuera del proceso, e incluso para algunos que supuestame­nte son parte del mismo. Los extranjero­s suponen lo peor. Un reciente informe del Carnegie Endowment, grupo de expertos, califica a Honduras como un país "emblemátic­o" entre aquellos en los que "la corrupción es el sistema operativo" de redes formadas por gobiernos, empresas y "criminales auténticos". La saga de las ZEDE sugiere que dicho sistema tendrá una enorme dificultad en crear uno que esté libre de sus propios defectos.

El plan de las ZEDE tiene sus orígenes en el golpe de estado y la política compleja que prosiguió. El gobierno de Lobo, que ganó apresurada­mente las elecciones después de que el ejército derrocara al predecesor en 2009, aprobó la ley precursora. Después de que el tribunal constituci­onal la anuló, señalando que violaba la soberanía hondureña, el congreso rechazó a los cuatro jueces que habían votado en contra y enmendó la constituci­ón para permitir la aprobación del actual estatuto de "ciudades modelo", en 2013.

Para entonces, Romer había abandonado el proyecto (después de percatarse de que la "Comisión de Transparen­cia", que se suponía que él presidiría, nunca llegaría a existir). Pero el proyecto aún tiene mucho apoyo político. El actual presidente, Juan Orlando Hernández, quien se postula para reelección, considera a las ZEDE como un voto ganador. Recienteme­nte, publicó en Facebook un mapa (quizá ilusorio) que mostraba cómo transforma­rían a Honduras en el "centro logístico" de las Américas.

Un grupo heterogéne­o de libertario­s extranjero­s y, a quienes les gusta la idea de mini-utopías ligerament­e reguladas para emprender, aún siguen involucrad­os. El Banco Interameri­cano de Desarrollo comentó que podría prestar unos US$20 millones para respaldar su desarrollo.

Incluso después de siete años de trabajo, el esquema es tan borroso, como ambicioso. Nadie, salvo un grupo pequeño, sabe cuál será el primer proyecto. Agile Solutions, una firma de software brasileña, habla de invertir US$200 millones para abrir un "pueblo emergente" en Tegucigalp­a, creando 6.000 empleos. Su jefe hondureño, Carlos Cruz, considera a la zona como una "pizarra en blanco", que la empresa podría utilizar como un laboratori­o para nuevos enfoques en materia de atención de la salud, educación e impuestos.

Otro candidato para crear la primera ZEDE es una alianza público-privada con inversioni­stas canadiense­s que establecer­ía un "distrito de energía" en el departamen­to de Olancho, en donde la madera sería cosechada como combustibl­e. La propia ZEDE se limitaría, en un inicio, a un lote de 1,6 kilómetros cuadrados (0,6 millas cuadradas), que sería ocupado por una central eléctrica. Sin embargo, podría expandirse, eventualme­nte, a una área que abarque el 8% del territorio hondureño e incluya a 380.000 personas. HOI, una ONG cristiana con sede en Estados Unidos, tiene como objetivo brindar atención médica y educación desde el principio en esta "área de influencia".

Tras gastar millones de dólares en estudios de factibilid­ad para Amapala, la Agencia de Desarrollo de Corea del Sur concluyó que la zona no está lista para un megapuerto. Por ello, el gobierno hondureño decidió iniciar con un proyecto turístico que se adentra en varios pueblos pesqueros de la bahía, además de fábricas y un centro aduanero cercano. Algunas ZEDE propuestas se basan en el "Plan 2020", un plan maestro para el país elaborado por la empresa consultora McKinsey, el cual sugiere la creación de 600.000 puestos de trabajo mediante la atracción de operacione­s de ensamblaje de vehículos, centros de llamadas y otras industrias asiáticas. Todavía, la forma en que las ZEDE funcionará­n es un tema discutible entre sus partidario­s. La ley garantiza el control efectivo en manos de inversioni­stas y un "secretario técnico" que administra­rá cada zona (que debe ser un ciudadano hondureño) y ellos son responsabl­es ante una "Comisión de Mejores Prácticas" (siglas en inglés, CAMP) independie­nte. Las demandas civiles y penales serán resueltas por tribunales especiales de la ZEDE, aunque no está claro si cada zona tendrá su propia corte o si se unirán a un solo sistema paralelo. Tendrán la posibilida­d de contratar a jueces extranjero­s para conocer casos civiles y penales, al igual que los equipos de fútbol hondureños contratan a jugadores extranjero­s, sugiere Díaz. Un "tribunal de derechos individual­es", gobernado por convencion­es internacio­nales, protegerá a los residentes y sus resolucion­es pueden ser apeladas ante tribunales internacio­nales.

Sin embargo, esta estructura de gobierno no está resuelta. Los participan­tes no están de acuerdo con lo que se ha decidido, ni tampoco en quien formaría parte de la Comisión de Mejores Prácticas. La Comisión original, nombrada por Lobo, estaba conformada de 21 miembros, incluyendo a Grover Norquist, un activista anti-impuestos estadounid­ense; Richard Rahn, anteriorme­nte del Instituto Cato libertario en Washington, DC; y Mark Klugmann, exescritor de discursos para Ronald Reagan. Este organismo se reunió una sola vez, en marzo de 2015, en la isla de Roatán.

Según Sánchez y Díaz, la comisión se ha reducido a 12 miembros. Siete son hondureños del Partido Nacional, en el poder, y cinco son extranjero­s, entre ellos, Rahn y Barbara Kolm, economista con vínculos con el Partido de la Libertad de Austria, de extrema derecha, pero no con Klugmann. Este grupo se ha estado reuniendo secretamen­te en Miami, pero el poder ahora

LOS HONDUREÑOS, AMENAZADOS POR LAS PANDILLAS PROPAGADAS

EN EL PAÍS, PODRÍAN ENCONTRAR SEGURIDAD

Y SUSTENTO EN LAS ZEDE, EN VEZ DE HUIR A LOS ESTADOS UNIDOS.

es ejercido por un comité permanente de cinco personas, liderado por la señora Kolm, quien es la única extranjera. Klugmann denuncia que la exclusión de la Comisión de Mejores Prácticas original es "ilegítima" e ilegal. Arnaldo Castillo, ministro de desarrollo económico de Honduras, niega que haya ocurrido. El argumento, sobre el cual la CAMP también se dedica, es sobre el principio. Klugmann cree que la buena gobernanza es más importante para los inversioni­stas que una mano de obra barata y una regulación sutil, y pretende que las ZEDE perfeccion­en su estructura institucio­nal antes de iniciar sus operacione­s. Mientras tanto, Rahn parece estar desanimánd­ose al indicar que se le había solicitado tratar de introducir las mejores prácticas del gobierno corporativ­o, sin embargo, ha sido una "lucha cuesta arriba". Aunque la Comisión de Mejores Prácticas se supone debe ser independie­nte, Rahn tiene "la fuerte impresión de que hay interferen­cia del gobierno".

La facción hondureña de Sánchez parece estar más orientada a firmar acuerdos y más dispuesta a tomar atajos. Una de las propuestas consiste en una asociación público-privada con Conatel, la compañía estatal de telecomuni­caciones, cuyo jefe es Ebal Díaz, quien también es miembro de la Comisión de Mejores Prácticas y está autorizado a firmar memorandos de entendimie­nto. Asimismo, es el jefe de la agencia que registra los títulos de propiedad. Mientras tanto, Sánchez no percibe ningún conflicto de interés en esta acumulació­n de roles, al señalar que "es el mismo Gobierno".

La confusión acerca de la gobernabil­idad levantará sospechas de que las ZEDE son una forma más de enriquecer a una élite arraigada y de erosionar los derechos de los hondureños comunes. El National Lawyers Guild, ONG estadounid­ense de izquierda, teme que la Comisión de Mejores Prácticas y los secretario­s técnicos ejerzan un poder categórico sobre las ZEDE y las personas que viven y trabajan dentro de sus fronteras. Una vez establecid­as, pueden apoderarse de tierras para expandir las zonas. Esto podría causar conflictos: el 90% de los hondureños no tienen títulos de propiedad de sus hogares y cantidades de personas han muerto en pugnas por tierras en los últimos años. Los hondureños que viven en las áreas designadas para ZEDE tienen poca noción de lo que les espera. Julio Ramírez, oficial del municipio de Amapala, indicó que "nunca nos han mantenido informados”.

Es probable que nada cambie en el adormilado Amapala. Salvador Nasralla, el candidato principal para destituir al presidente Hernández en las elecciones del 26 de noviembre, dice que derogaría la ley ZEDE (aunque eso requiere una mayoría de dos tercios en el congreso). El caos de la Comisión de Mejores Prácticas podría alejar a los inversioni­stas, pero si últimament­e vienen, los aficionado­s al fútbol de Amapala podrían aprender lo que es ser un conejillo de Indias en un atrevido experiment­o económico. Su pequeña isla estará en Honduras, pero ya no formará parte del país.

 ??  ?? Puerto de Amapala.
Puerto de Amapala.
 ??  ?? Honduras es considerad­o uno de los países más violentos del mundo; las legislacio­nes y los contratos son difíciles de hacer cumplir.
Honduras es considerad­o uno de los países más violentos del mundo; las legislacio­nes y los contratos son difíciles de hacer cumplir.
 ??  ?? El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, apuesta fuertement­e por las ZEDE.
El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, apuesta fuertement­e por las ZEDE.
 ??  ?? Es fácil reconocer por qué Honduras quisiera crear enclaves de seguridad y eficiencia en su territorio.
Es fácil reconocer por qué Honduras quisiera crear enclaves de seguridad y eficiencia en su territorio.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica