Managua del futuro
La municipalidad ha invertido más de US$800 millones durante los últimos cinco años para desarrollar infraestructura vial y recreativa en la capital.
Managua es una ciudad caótica. Entre los principales problemas que enfrenta la capital nicaragüense están el aumento poblacional provocado por la inmigración campo-ciudad, incremento del parque vehicular y expansión urbana de baja densidad, reflejada en la frecuente creación de asentamientos humanos sin planificación en la periferia, uso ineficiente del suelo y escasez de transporte público.
Ante esta realidad, desde hace más de un año, munícipes y expertos internacionales de Japón trabajan en una propuesta técnica enfocada en “construir la Managua del futuro” que prevé el desarrollo de diversas obras y concluiría hacia el año 2040.
Fidel Moreno, secretario general de la Alcaldía de Managua, explica que el plan se fundamenta en cinco enfoques: desarrollo urbano sostenible para una ciudad viva y vibrante, planificación urbana viable, modalidad comprensiva del transporte, armonización entre sostenibilidad global y local y ciudad resiliente por uso eficiente de suelos y planificación vial.
Las autoridades, con el apoyo técnico y financiero internacional y la participación de empresarios privados, pretenden desarrollar una ciudad dividida en cinco subcentros: tradicional y patrimonial (actual casco histórico), urbano metropolitano (zona comercial hotelera), tecnológico avanzado (zona Sur donde se ubican las principales universidades), oriental (zonas francas y aeropuerto internacional) y occidental (centro cívico municipal).
“No podemos seguir creciendo de la manera en que lo veníamos haciendo, alejándonos del centro de la ciudad, porque se incrementan las inversiones, los costos de mantenimiento municipal y también el tiempo que la población requiere para movilizarse”, dice Ricardo Meléndez, uno de los líderes del gremio constructor del país, quien agrega que es crucial que el Plan Maestro para Managua sea “sostenible”.
Los expertos en urbanismo estiman que el ambicioso
proyecto de reorganización y modernización de la capital nicaragüense requerirá una inversión superior a los US$1.150 millones, dinero que deberán gestionar las autoridades ante la comunidad internacional. La obtención del financiamiento se vislumbra como una misión imposible, dado el contexto político institucional de Nicaragua y sus aliados del ALBA, sumado a las presiones de sectores políticos conservadores estadounidenses para que el congreso de su país apruebe la NicaAct, legislación que prohibiría al gobierno votar en organismos internacionales a favor de Nicaragua.
Algunos avances
Más allá de lo plasmado en el documento, el gobierno y la municipalidad han invertido más de US$800 millones durante los últimos cinco años para desarrollar infraestructura vial y recreativa de la capital. Las obras más notorias se desarrollan alrededor del antiguo casco urbano: Paseo Xolotlán –ubicado en el extremo norte, complementa el conjunto arquitectónico con una zona de restaurantes y parques temáticos aledaños al puerto turístico Salvador Allende– y Complejo Deportivo Recreativo Luis Alfonso Velázquez Flores –alberga una parte de las instalaciones deportivas donde se realizaron a finales de 2017 los Juegos Centroamericanos–. Además, en lo que será el subsector metropolitano se erige el Estadio Nacional de Béisbol Denis Martínez, el más grande de América Central, construido con estándares de calidad de la Major League Baseball.