RSE: impacto al alza.
ESAS POLÍTICAS EN LA REGIÓN VAN AL AUGE E INCLUYEN RECICLAJE, CAMPAÑAS EDUCATIVAS Y APOYO FINANCIERO PARA COLABORADORES.
Dio sus primeros pasos con la recolección y reciclaje de baterías de aparatos electrónicos así como botellas plásticas y latas; ahora, evolucionó hacia campañas de apoyo educativo, social y financiero. ¡Así es la responsabilidad social empresarial!
Este tipo de buenas prácticas ha tenido un crecimiento constante en América Central en los últimos años, especialmente entre las empresas grandes y empresas medianas de alto perfil.
El avance se ha dado en todos los países por igual y las compañías que más lo están aplicando son las transnacionales, principalmente aquellas cuyos impactos ambientales son muy notorios. ¿Cuál es el motivo? Esas empresas reciben mandatos desde sus sedes centrales, en Europa o Norteamérica, donde el compromiso es mayor por un tema de conciencia y por cumplimiento de políticas públicas e instancias regulatorias, de acuerdo con Roxana Víquez, directora de Sostenibilidad de BAC Credomatic.
¿Qué se está haciendo?
Los esfuerzos de RSE en la región se dirigen en diversos campos. El primero es la sostenibilidad y en ella las compañías están analizando desafíos ambientales, sociales y económico, y trazan una hoja de ruta de acción. También están considerando el uso de tecnologías e innovación en procesos de sostenibilidad y soluciones de movilidad (transporte colectivo y otras soluciones para disminuir la huella de carbono), afirma Olga Sauma, directora ejecutiva de Alianza Empresarial para el Desarrollo.
Otros elementos que se están considerando son la consolidación de marcos legales en temas de sostenibilidad y la economía circular y mecanismos de financiamiento, es decir, cómo las empresas empiezan a mejorar sus procesos productivos y cómo obtienen los recursos para mantener las innovaciones sostenibles, añade Sauma.
Trabajo pendiente
A pesar del crecimiento y evolución la RSE en la región, aún tiene mucho camino por recorrer para llegar a los estándares que se aplican en otros países. Por ejemplo, expertos consideran que el tema aún es poco profundo entre algunas compañías, muy periférico en el marco de su negocio y con bajo impacto en su cultura organizacional.
“Con excepción de unas pocas, las empresas en esta parte del mundo todavía no muestran el nivel de compromiso necesario para que la RSC se convierta en la fuerza transformadora de la sociedad que tiene capacidad de ser. En muchos casos, se reduce a actividades aisladas, de tipo filantrópico, que no se han incorporado al ADN de la organización”, comenta Víquez.
También se espera una mayor vinculación de las PYME en el tema, las cuales representan más del 90% del parque empresarial en esta región.