Crisis política arrastra economía de Nicaragua
EN SEMANAS, NICARAGUA PASÓ DE SER UNO DE LOS PAÍSES CON MAYORES PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO (PIB) EN LATINOAMÉRICA PARA 2018, A CONVERTIRSE EN UNA ECONOMÍA QUE SUBSISTE EN “CONDICIONES DE GUERRA”
En semanas, Nicaragua pasó de ser uno de los países con mayores perspectivas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en Latinoamérica para 2018, a convertirse en una economía que subsiste en “condiciones de guerra”.
A inicios de abril era impensable que en Nicaragua los empresarios rompieran su fructífera alianza económica con el Gobierno por temas políticos, que convocaran a un paro nacional y exigieran la salida del poder de Daniel Ortega. Pero desde el 19 de abril, lo impensable comenzó a ocurrir. Una polémica reforma al sistema de Seguridad Social, que imponía mayores tasas en los aportes de trabajadores, empleadores y asegurados, generó una ola de protestas que –sumado a la represión desmedida por parte de las fuerzas armadas– desembocaron en una crisis sin precedentes desde 1990 en Nicaragua, el país que le dio una segunda oportunidad para gobernar a uno de los guerrilleros que estuvo inmerso en la guerra civil y debacle económica de los años 80. La gravedad de la crisis se vio reflejada en el informe final sobre violaciones a los derechos humanos, en el marco de las protestas sociales, que presentó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), el 22 de junio. El organismo hemisférico concluyó que el Estado de Nicaragua violó los derechos a la vida, integridad personal, salud, libertad personal, libertad de reunión, libertad de expresión y acceso a la justicia; además de reportar 212 asesinatos, incluyendo los casos de 16 menores de edad y 1.337 heridos, siendo estas las pérdidas más lamentables en medio de la crisis.
Impacto en la economía
Los empresarios aglutinados en las principales cámaras gremiales del país dieron la espalda a su otrora aliado y se unieron a organizaciones de la Sociedad Civil, universitarios que lideraron protestas en las calles, campesinos y grupos indígenas. La denominada “Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia” demanda el fin a la violencia y un cambio en toda la estructura de Gobierno para poder frenar las muertes y evitar una mayor debacle económica.
LA CÁMARA NACIONAL DE TURISMO DE NICARAGUA (CANATUR) DESDE MAYO REPORTA SEVERAS AFECTACIONES AL SECTOR QUE MOSTRABA MAYOR DINAMISMO EN
NICARAGUA.
Pese a esta petición, por semanas las principales ciudades del país se han mantenido cercadas por barricadas levantadas por pobladores para evitar ataques de las fuerzas armadas y paramilitares del Gobierno que buscan desintegrar las protestas sociales. El efecto colateral: paralización del transporte de carga nacional e internacional, poca movilización de pasajeros y cierres de negocios a causa de la inestabilidad.
El panorama que plantea el estatal Banco Central de Nicaragua (BCN) y centros de pensamiento como la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) difieren en cuanto a la magnitud de las afectaciones, pero ambas apuntan a una baja en las perspectivas de crecimiento económico para 2018.
El turismo, la construcción, el comercio y servicios serán los sectores más afectados por la crisis, coinciden el BCN y Funides, todos claves en la economía del país. Las proyecciones de Funides son “bastante optimistas”, ya que asumen que el sector agropecuario y financiero no serán impactados significativamente, de lo contrario, las caídas en el crecimiento del PIB serían más severas.
Turismo e imagen país, los grandes perdedores
La Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur) desde mayo reporta severas afectaciones al sector que mostraba mayor dinamismo en Nicaragua y que en 2017 cerró con ingresos por US$840,5 millones. Desde finales de abril, los turistas abandonaron masivamente el país, cancelaron reservaciones hasta el mes de diciembre y las visitas por la vía aérea, solo en mayo, cayeron casi un 40%, con respecto al 2017. La Cámara Nicaragüense de Restaurantes y Similares informó a inicios de junio que el 20% de los locales ya había cerrado.
Un caso insigne de la crisis en el sector es el cierre temporal del lujoso hotel Mukul Resort, inaugurado por el Grupo Pellas en Tola, Rivas, en enero de 2013, constituyendo una inversión de US$250 millones y que se había convertido en una referencia de la creciente oferta turística de alto nivel en el país.