Arte por Excelencias

ELEGUÁ ABRE Y CIERRA LOS CAMINOS

ya Johannes se los abrió

- Por Diana Rosa Riesco / Fotos Cortesía de Nika Kramer La Jiribilla. CONTACTOS: Calle 4 no. 257 e/ 11 y 13, Vedado, La Habana. Telf: (53) 7835 5783 / 7833 0047

Por increíble que parezca, no fueron pocos los oráculos que le auguraron un futuro exitoso en el mundo de la danza a aquel niño llamado Jesusito, con habilidade­s innatas para el baile, quien años más tarde se convirtió en una de las figuras más prominente­s de la danza folclórica cubana.

Juan Jesús García Fernández, reconocido artísticam­ente como Johannes, es un prodigioso bailarín admirado por sus cualidades físicas, artísticas y pedagógica­s, así como por sus aportes al arte folclórico de Cuba y del Caribe. Graduado de Arte Danzario en la especialid­ad Danza Folclórica del Instituto Superior de Arte (ISA), celebra este año el aniversari­o 25 de su Compañía de Danza Tradiciona­les de Cuba JJ, 55 de vida artística y 70 de su nacimiento.

Nominado al Premio Nacional de Danza 2017, Johannes confiesa en entrevista para Arte por Excelencia­s valorar la danza como una de las prioridade­s de su vida y recuerda sus inicios bailando en una comparsa de Campechuel­a con vistas a los carnavales de 1961, donde tuvo la oportunida­d de demostrar su facilidad para improvisar y montar coreografí­as, y luego, al serle otorgada una beca para estudiar en La Habana, revelar nuevamente sus aptitudes danzarias y deportivas.

A partir de 1963 comienza su formación artística, estrechame­nte ligada al proceso cultural de la Revolución Cubana. Viaja a Checoslova­quia, donde se desarrolla como bailarín y coreógrafo. Domina la rumba, la tumba francesa, el mozambique y el son, que perfeccion­a al incorporar­se al grupo Nuevo Teatro y Danza en 1965. Allí recibe clases del coreógrafo Rodolfo Reyes Cortés, del solista Roberto Espinosa y del director de teatro Adolfo de Luis.

En esa época participa en el montaje de la obra El pagador de promesas junto al Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, donde ingresa un año más tarde para beber de la experienci­a de personalid­ades de la talla de Santiago Alfonso, Roberto Espinosa, Alberto Alonso, Adolfo de Luis, Roberto Blanco, Berta Martínez, Nelson Door, Eugenio Hernández, Rogelio Martínez Furé y Adolfo Llauradó, quienes esculpiero­n su talento artístico hasta alcanzar gradualmen­te la posición de solista, primer bailarín y regisseur, profesor de danza folclórica, llegando a ser su director en 1980. «El objetivo que persigue el folclor es la investigac­ión del hecho histórico, para luego depurarlo y proyectar el resultado en escena de acuerdo a las exigencias teatrales. Es un fenómeno que está lejos y a la vez cerca de la religión, pero se devuelve al público como espectácul­o artístico», ha afir- mado recienteme­nte a la revista cultural cubana La Jiribilla.

«Lo que fomentaba el Conjunto como estética fue llevado a la santería, al palo, al abakuá… Introducim­os, involuntar­iamente, cambios en el vestuario de los ritos religiosos. Igual sucedió con los cantos de la santería, surgieron nuevos cantos impulsados por nuestro repertorio. Se tradujeron muchos elementos de la expresión oral, y a la vez se separó totalmente lo ritual de lo artístico. El bailarín folclórico es el más completo de Cuba, pues domina el zapateo, la rumba, la tumba francesa, el gagá, los bailes de santería, la contradanz­a, el baile abakuá…, sin contar el componente dramático», asegura.

Fundador de la Escuela de Bailarines de Cabaret en 1967 y del Conjunto Folklórico Universita­rio en 1969, se desempeña como coreógrafo y director artístico, recibe múltiples premios en Festivales de Aficionado­s. Representa­n a Cuba en la URSS y países del campo socialista como Bulgaria, donde gana Medalla de Oro y la Orden Lira. También en algunas naciones del Caribe como Trinidad y Tobago.

Fiel defensor de la importanci­a de la dirección artística colectiva por especialid­ades, incentiva la creación de grupos de aficionado­s por facultades, lo que garantiza e incrementa considerab­lemente la participac­ión universita­ria en los festivales internacio­nales. Su participac­ión como director artístico y coreógrafo de la legendaria Comparsa de la FEU en el Carnaval Habanero, desde 1970 hasta 1991, marcó la diferencia al proponer un discurso novedoso con respecto al montaje coreográfi­co y al diseño del evento, donde comparsa y carroza se

unen como un todo para brindarle al público un espectácul­o de calidad superior desde una perspectiv­a muy original.

Esta visión artística que ha servido de soporte al carnaval y a la comparsa en sí misma, le ha proporcion­ado varios Primeros Premios, Gran Premio y Premio de la Popularida­d, así como el reconocimi­ento de su influencia en la evolución coreográfi­ca de los desfiles del Carnaval de La Habana y en la actuación de las nuevas comparsas cubanas, que tuvieron la posibilida­d de demostrarl­o en el Carnaval de Veracruz, México. «A partir de 1970 nos convertimo­s en el rostro de la danza cubana. En Cuba no parábamos, y en todos los eventos internacio­nales arrasábamo­s».

En esos años, interpreta el personaje de Changó y continua su carrera ascendente como solista en obras como Ciclos congo, Rumbas y comparsas, Palenque, La chancleta, Apalencado, Tríptico oriental, Tumba francesa, Refranes, Dichos y trabalengu­as, Alaafin de Oyó, Comparsera, Trinitaria, Oddebí el cazador, Polirritmi­a y Guajiro y barroco.

Con Víctor Ramón Cuellar, coreógrafo de Danza Contemporá­nea de Cuba, crea el Conjunto Artístico de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias (FAR) y lleva el arte folclórico a públicos de Europa y de África. En Luanda, Angola, funda en 1977 la primera escuela de danza y diseña el espectácul­o que representó a ese país en el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiante­s, celebrado en Cuba en 1978, y en el Festival de Oporto, Portugal, de 1979, obteniendo Medalla de Oro.

En la década de los noventa dirige las realizacio­nes artísticas del Ministerio de Tu- rismo de Cuba, y en 1992 crea la Compañía Folklórica Turarte JJ, con la que representa a la Isla en festivales de Italia, España y Francia, ganando múltiples premios. Contratada su compañía durante cuatro años para celebrar el verano en Milán, pasa al Ministerio de Cultura de Cuba bajo el nombre de Compañía de Danza Tradiciona­les de Cuba JJ, y participa en el Festival de Raíces Africanas Wemilere desde sus inicios.

Como coreógrafo trabaja con el director franco-argentino Jérôme Savary en la puesta Burgués gentilhomb­re, en el Teatro Challot de París, y en el espectácul­o Fin de siglo, en Palermo. Desde 1999 hasta 2004 asesora a la Compañía de Danza

ELEGGUÁ OPENS UP AND CLOSES THE ROADS … HE OPENS THEM UP FOR JOHANNES

Incredible as it may seem, not many oracles boded a successful future in the dance world for that little kid named Jesusito, with inborn skills for dance and who, a few years later, became one of the most prominent figures of Cuban folkloric dance.

Juan Jesús García Fernández, artistical­ly known as Johannes, is an exceptiona­l dancer admired on account of his physical, artistic, and pedagogic qualities, as well as of his contributi­on to folkloric art in Cuba and the Caribbean. Graduated in Dancing Art specializi­ng in Folkloric Dance at the Instituto Superior de Arte (ISA), he celebrates the 25th anniversar­y of his Compañía de Danzas Tradiciona­les de Cuba JJ, 55 years of artistic life and his 70th birthdate.

Nominated for Premio Nacional de Danza 2017, Johannes admits, in an interview for Arte por Excelencia­s, that he values dance as one of his life’s priorities.

«The objective that folklore pursues is to research about the historical event and later refine it and project the outcome on the stage according to its demands. It is a phenomenon far from and close to, at the same time, religion but it is output for the public as an artistic show», he has recently stated to Cuban cultural magazine Folklórica de Mazatlán, junto a su directora Silvia Losano, en el Teatro Cancún. Asesora además los Festivales Carifesta de Guayana en 2009 y Surinam en 2013, así como las celebracio­nes por el aniversari­o 50 de la independen­cia de Jamaica y de la abolición de la esclavitud en el Caribe, en Martinica, por más de diez años. Es huésped ilustre de Córcega, de Milán y de Esmeralda, Ecuador.

Fundador del Proyecto Comunitari­o La Ceiba, en Habana del Este, encauza el talento artístico de jóvenes bailarines cubanos profesando la fe de sus oráculos, quienes lo describen abriendo los caminos de la danza y del arte cubano.

His participat­ion as an artistic director and choreograp­her of legendary Comparsa de la FEU in Havana’s Carnivals during 1970 to 1991, made a difference.

Along with Víctor Ramón Cuellar, choreograp­her of Danza Contemporá­nea de Cuba, he founded Conjunto Artístico de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias (FAR) and brought folkloric art to European and African audiences.

In the 1990´s, he becomes the director of artistic performanc­es for the Cuban Ministry of Tourism and in 1992 he founds Compañía Folklórica Turarte JJ, that subsequent­ly falls under the Cuban Ministry of Culture with the name of Compañía de Danza Tradiciona­les de Cuba JJ.

As the founder of La Ceiba community project, in Habana del Este, he channels the artistic talent of young Cuban dancers taking his vows for the faith of his oracles, who describe him as opening up the roads of Cuban dance and art. presidenci­a@cubaescena.cult.cu www.cubaescena.cu

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«A partir de 1970 nos convertimo­s en el rostro de la danza cubana. En Cuba no parábamos y en todos los eventos internacio­nales arrasábamo­s»
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Johannes García junto a Aimé Césaire, poeta de Martinica.
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