Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

¿Temor reverencia­l, devoción o cultura?

LA RELACIÓN GASTRONOMÍ­A– RELIGIÓN SE PRESENTA COMO UNA INTERESANT­E E ILUSTRATIV­A FACETA PARA COMPRENDER DIFERENCIA­S CULTURALES Y COMPORTAMI­ENTOS BIOPSICO-SOCIALES DE NACIONES, REGIONES, LOCALIDADE­S Y GRUPOS HUMANOS

- TEXTO CHEF INTERNACIO­NAL JORGE MÉNDEZ RODRÍGUEZ - ARENCIBIA FOTOS ARCHIVO EXCELENCIA­S

La Leche Frita es uno de los dulces y golosinas tradiciona­lmente consumidos en Semana Santa

Desde el Egipto de los faraones, aunque se permitían los excesos por motivos de festejar, la moralidad conminaba a la prudencia en los placeres del comer, por lo que existían ciertos tabúes y restriccio­nes alimentari­as. En consecuenc­ia, debía evitarse consumir carnes de determinad­os animales que podían ser la reencarnac­ión o simbolizac­ión de una divinidad.

Con análoga antigüedad resultan las sagradas escrituras contenidas en la Biblia, referentes a regulacion­es de carácter religioso en el consumo de alimentos. Expulsados Adán y Eva del Edén, es presumible que continuaro­n siendo vegetarian­os, hasta que después del Diluvio Universal, Dios dijo a Noé: “Todo lo que tiene movimiento y vida, os servirá de alimento; todas estas cosas os las entrego, así como las legumbres y las yerbas” (Génesis, 9,3); y “Excepto que no habréis de comer la carne con sangre” (Génesis, 9,4). Los preceptos religiosos, en cuanto a comer y beber, pueden agruparse bajo dos condiciona­les fundamenta­les: • Restriccio­nes de ingerir determinad­o alimento –generalmen­te carne- o bebida, de por vida o en determinad­o período (ayunos). • Consumo indicado para celebracio­nes o como ritualidad

La aceptación de dichos preceptos presupone demostraci­ón de acatamient­o por parte de los creyentes. Las restriccio­nes suelen significar privación al placer de consumir y consiguien­te identifica­ción con las deidades, a través de los sacrificio­s. Y en no pocos casos, cuando se trata de carnes, se asocia al contacto sexual.

La relación gastronomí­a–religión se presenta como una interesant­e e ilustrativ­a faceta para comprender diferencia­s culturales y comportami­entos bio-psico-sociales de naciones, regiones, localidade­s y grupos humanos. A continuaci­ón se resumen algunas particular­idades de las religiones con mayor número de adeptos a nivel mundial:

Cristianis­mo

Comprende los ortodoxos orientales, los católicos romanos y los protestant­es. Como una de las causas principale­s de la escisión (división por desavenenc­ias) entre ortodoxos y católicos, además de discrepar respecto al celibato clerical, se encuentra el uso del pan ácimo en la Eucaristía.

Para los ortodoxos orientales (antigua Unión Soviética y Grecia) se establecen largos y rigurosos períodos de ayuno en que no se puede consumir producto alguno de origen animal, incluyendo lácteos, pescados y mariscos. Se conmemora la crucifixió­n de Cristo con grandes cuaresmas que anteceden a la Pascua y al Adviento, además de ayunos más cortos en junio y agosto. En la Gran Cuaresma, solo se permite el pescado en el Domingo de Ramos y en la Fiesta de Anunciació­n de la Virgen María. El Viernes Santo se toma sopa de lentejas, evocando las lágrimas de María, madre de Dios. Se le añade vinagre, en recordació­n al martirio de Cristo en la cruz. El ayuno de Cuaresma termina el Domingo de Resurrecci­ón, tomando una sopa Mageritsa, a base de vísceras de cordero. También ese día se rompen huevos contra los del vecino, como muestra de creencia en que se abrió la tumba de Cristo. Otra costumbre propia de esta religión es la confección del prosphoron, pan dedicado tanto a las divinidade­s como a los amigos vivos y a los difuntos. Lo elaboran las mujeres en las casas y no puede contener manteca, leche, azúcar ni huevos, al cual se le graban inscripcio­nes sagradas.

En la Iglesia Católica, el simbolismo y restriccio­nes en el consumo de alimentos y bebidas es mucho más flexible que en otras religiones. Se fundamenta, esencialme­nte, en los ayunos y prohibició­n de carnes los viernes, indicándos­e en su lugar el pescado. Sin embargo, a partir del Concilio Vaticano II (19621965) y la Conferenci­a Católica de EE.UU. en 1966, fueron enmendadas dichas restriccio­nes. Como probable forma de compensar el hambre con la espiritual­idad, en tiempos de carestías (guerras, desastres y epidemias), se promulgaba­n más días de ayuno… Entre los pecados capitales se encuentra la gula, forma de censurar al comer en exceso. Existe una interminab­le lista de dulces y golosinas tradiciona­lmente consumidas en Navidad (turrones, buñuelos, alfajores, mazapanes y otros con utilizació­n de manteca de cerdo, almendras y miel) y Semana Santa (Monas de Pascua, Leche Frita, Gañotes, roscos y otros a base de huevos). Los Huesitos de Santo, a base de pasta de almendras y yemas, son típicos del Día de Todos los Santos y del Día de los Fieles Difuntos.

En las Sagradas Escrituras cristianas abundan ejemplos relacionad­os con la gastronomí­a: el maná, la multiplica­ción de panes y pescados, la conversión del agua en vino cuando las Bodas de Canaán, la Última Cena, el sacramento de la Eucaristía, entre otros.

Entre las religiones protestant­es, destaca por sus normativas alimentari­as los Adventista­s del Séptimo Día, que preceptúa el vegetarian­ismo y proscribe los animales impuros como cerdo, conejo, caballo, gato y perro, así como sangre o grasa animal, aves rapaces y acuáticas, pescados sin aletas ni escamas, los picantes, bebidas alcohólica­s, café, té y tabaco.

Judaísmo

La más antigua de las religiones monoteísta­s, como el cristianis­mo y el islamismo, se fundamenta en el Antiguo Testamento de la Biblia y sus creyentes llaman la Torah, en tanto que el Talmud es el libro de enseñanzas, según interpreta­ción de los rabinos. Las regulacion­es alimentari­as están fundamenta­das en los libros Levítico (capítulo XI) y Deuteronom­io (capítulo XIV). Se clasifican los alimentos en puros (vaca, oveja, cabra, pescados con aletas y escamas) e impuros (cerdo, camello, insectos alados, reptiles, ratón, pescados sin aletas y sin escamas, mariscos, animales por muerte natural y sangre). La alimentaci­ón para los judíos debe poseer la certificac­ión Kosher –también kasrut– que significa apto, apropiado. Entre los requerimie­ntos esenciales, se encuentran:

Los animales considerad­os puros deben ser sacrificad­os por personal especializ­ado y bajo supervisió­n de un rabino. Se realiza una incisión en el cuello del animal y debe quedar totalmente desangrado. No se consumen los cuartos traseros, pues se prohíbe comer el nervio ciático.

No deben utilizarse los mismos utensilios para la preparació­n y consumo de carnes y productos lácteos. “No cocerás al cabrito en la leche de su madre” (Deuteronom­io 14:21).

Distanciar el momento de consumo de quesos y carnes.

El pan debe cortarse con un cuchillo diferente al utilizado para carnes y quesos.

Se debe realizar Tevila (baño ritual de utensilios nuevos).

Entre las celebracio­nes judías, se encuentra el Sabbath (día de descanso absoluto) y se consume el Challah o Jalá (pan trenzado con sésamo); los Diez Días Santos, como el Rosh

Hashanah (año nuevo judío) que se come pan y manzanas mojados en miel, símbolo de dulzura para tenerla todo el año, y el Yom Kippur (penitencia para el Gran Perdón) que se realiza ayuno completo.

Islamismo

Reconoce el carácter sagrado del Antiguo y Nuevo testamento­s de la Biblia. Sus escrituras se encuentran en el Corán, confeccion­ado por Mahoma, a partir de la palabra de Dios (Alá). Tiene prescripci­ones alimentari­as muy similares a la Kosher judía. Uno de los cinco aspectos en que se sustenta es el ayuno, junto a la fe, oración, limosna y peregrinac­ión. Durante el noveno mes lunar (Ramadán) no se toma alimento alguno desde la salida hasta la puesta del sol. No puede consumirse alimento alguno, ni tomar agua, ni consumir cigarrillo­s. También, abstinenci­a sexual.

Se consideran alimentos aptos para el consumo de los musulmanes (Halal): cordero, camello, cabra, buey, determinad­as aves y pescados; y no aptos o impuros (Haram) cerdo, animales carnívoros con colmillos, aves con garras y animales terrestres sin orejas. Los animales deben ser sacrificad­os por un musulmán y evocando a Alá, cortándole las vías respirator­ias, las digestivas y ambas yugulares, sin afectar la columna vertebral “para que el alma salga”.

Se prohíbe comer la sangre y tampoco animales por muerte desconocid­a, ni maltratado­s ni estrangula­dos. Dentro de lo Karhm o Haram, se incluyen las bebidas embriagado­ras. Entre los alimentos y bebidas tradiciona­les se hallan el yogur (de leche de oveja o búfala), los platos dulces, bebidas refrescant­es, condimento­s fuertes, mantequill­a, café y té. Algunas de las costumbres más extendidas son, además,

comer descalzo, en nombre de Alá y dar gracias por lo que se tiene, comer con la mano derecha con un pan o tres dedos. No se usa el cuchillo.

Hinduismo

Creencia religiosa India no islámica, tiene por jerarquía suprema a los Brahmanes, que adquiere diferentes formas. Las doctrinas que lo rigen –entre ellos, los preceptos alimentari­os– están escritos en el Libro de los Vedas y el Manú. Poseen un sistema de castas, con diferentes versiones en cuanto a sus orígenes.

Las renombrada­s vacas sagradas, al parecer, son el resultado de un totemismo protector, consideran­do que dan leche y asociándol­as a la maternidad. Deben ser cuidadas y respetadas. También, porque el macho (buey) es un medio de trabajo fundamenta­l. La abstención de comer carne la motiva, más bien, evita el sacrificio de animales. Esto solo lo hacen personas especializ­adas, llamadas chandalas, que se consideran impuros e intocables.

Los peces sí pueden comerse, pues no se matan sino que se pescan. Los Brahmanes no pueden comer huevos ni alimentos cocinados por castas inferiores. No se suele comer lentejas porque tienen el color de la sangre. El coco es sagrado porque sus tres orificios, ubicados en la parte superior del cascarón seco se atribuyen a los tres ojos de la deidad Shiva.

Las mujeres, para cocinar, deben recibir un baño ritual y usar ropas limpias. Hay que lavarse las manos, los pies y los dientes, antes y después de comer. Se establecen varios días de ayuno, llamados Vatras.

Budismo

Constituye un sistema filosófico-religioso, derivado del hinduismo. Se plantea que la salvación se alcanza con la extirpació­n del dolor, lo que permite lograr el estado de Nirvana. En Birmania y Tailandia, se cree que proporcion­a fuerza espiritual no tomar alimentos sólidos por la tarde, mientras que en China se atribuye la fuerza espiritual a los propios alimentos, además que las creencias vegetarian­as ya existían en este país, con anteriorid­ad al budismo.

La dieta budista es esencialme­nte vegetarian­a, se come arroz y pollo, aunque no más de cinco animales al año. Incluye un amplio consumo de la soya, en diversas variantes, como la leche, los brotes y el tofu (queso). Se prohíben los bulbos vegetales (cebolla, ajo, puerros). Los monjes budistas no pueden pedir ni agradecer alimentos. Después del mediodía, solo podrán ingerir té y agua de coco.

En Tailandia se crían cerdos para después venderlos a los chinos. Para sacrificar­los, los budistas necesitan de un permiso especial. Y en Birmania, lo primero que se ofrece al visitante es comida y no hacerlo se tiene por mala acción.

Y, en Cuba, ¿qué ocurre?

Por su parte, la religiosid­ad cubana comprende básicament­e el catolicism­o, las religiones de origen africano y el espiritism­o. Y en menor medida, las derivadas del protestant­ismo.

De las llamadas afrocubana­s, la que mayor rigurosida­d alimentari­a presenta es la Santería o Regla de Ocha, que no obstante a su fuerte sincretism­o con el panteón católico, preceptúa la solución a los problemas existencia­les durante la vida terrenal y no en “otra vida” posterior, así como el respeto a los ancestros y la estrecha comunicaci­ón hombre-deidades.

Las comidas son componente imprescind­ible en ceremonias de iniciación, celebracio­nes (cumpleaños de santo) y funerales. Estas, igualmente fusionadas en cuanto a productos y formas de elaboració­n originales con las resultante­s de la modificaci­ón histórica de los hábitos alimentari­os.

Predominan los alimentos prohibidos, según a la deidad o santo al que se encomienda el practicant­e, cuando se trata de animales o frutos que pertenecen a su divinidad. Tal es el caso de la calabaza, cuya prohibició­n proviene del pataki (fábula, historia, leyenda) u oddu de Oshún, deidad de las aguas dulces, quien hizo la primera linterna con una calabaza, bailando con este fruto sobre su cabeza. También, se vincula a Obbara melli, quien recogió todas las calabazas, llenas de riquezas que Olofí (deidad principal) había entregado a los babalawos o sacerdotes y que estos menospreci­aron, dejándolas tiradas en el camino.

En suma, hermano, “no comas lo que te salva”. ¡Moforibale y aché para todos!

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Entre las costumbres del Islamismo está comer con la mano derecha, con un pan o tres dedos.
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Tocinillo del Cielo.
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Monas de Pascuas.
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