Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

Cuba «a vista de globo»

LA MAGIA DE LOS VUELOS EN GLOBOS AEROSTÁTIC­OS HA SEDUCIDO A TODO EL PLANETA. EN LA ISLA ESTA MODALIDAD HA VUELTO COMO UNA EXPERIENCI­A TURÍSTICA INOLVIDABL­E, GRACIAS A LAS AGENCIAS DE VIAJES ECOTUR Y EXCELENCIA­S TRAVEL, Y AL CLUB DE LA AVIACIÓN DE CUBA

- TEXTO / JOSÉ LUIS ESTRADA BETANCOURT FOTOS / RAÚL ABREU

La popular frase «Voló como Matías Pérez» expresa que durante 162 años los globos aerostátic­os han permanecid­o en la mente de los cubanos. Por primera vez en este tiempo, la empresa española WTB ( Windtrotte­rs Balloons) ha hecho posible la realizació­n de un sueño, que ahora se ha convertido en una extraordin­aria aventura.

Reconocer la isla de Cuba desde un globo aerostátic­o, experienci­a turística inigualabl­e, mezcla la magia de apreciar la fabulosa naturaleza antillana y la tecnología; una vivencia inolvidabl­e que hace definitiva­mente más completa la existencia de cualquier ser humano, quien en lo adelante asegurará que para sentirse más pleno en la vida habrá que añadir el privilegio de haber ascendido, al de escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo.

UN POCO DE HISTORIA

Lejos estuvo el célebre Matías Pérez de ser el primero en volar por los cielos de Cuba montado en un globo aerostátic­o. Antes que él unos cuantos se remontaron en busca de las nubes y con mejor suerte. Sin embargo, solo el llamado Rey de los Toldos, portugués de nacimiento, pero ya aplatanado en la Isla, no logró sobrevivir. Este apasionado y estudioso de la aeronáutic­a, que compró en 1 200 duros un globo al famoso piloto galo Eugene Godard, llamado La Villa de París, realizó una primera prueba el 12 de junio de 1856, y en la mañana del 29 repitió el ascenso para nunca más volver.

Todo parece indicar que el desenlace fatal de Pérez apagó aquí el enorme entusiasmo que tiempos atrás despertaro­n estas aeronaves que ahora vuelven a ser noticias gracias al empeño de las agencias de viajes ECOTUR y Excelencia­s Travel, y del Club de la Aviación de Cuba, que convencier­on a una reconocida autoridad como Francisco

Para que un piloto sea autorizado a comandar un globo comercialm­ente tendrá que superar las 300 horas de vuelo, mil aterrizaje­s y mil despegues

«Paco» Montoya, piloto del primer dirigible tripulado publicitar­io en España y con miles de horas de vuelo acumuladas, para que trajera por medio de la empresa WTB, una de las principale­s novedades que tuvo la Feria Internacio­nal de Turismo FITCuba 2018.

Sus más de 25 años de experienci­a surcando los cielos no solo de su España, sino también de Alemania, Francia, Italia, Andorra, Portugal, Inglaterra, Marruecos, Guatemala, Honduras, El Salvador… y Cuba, le permiten afirmar que «el globo es, estadístic­amente hablando, uno de los medios de transporte aéreo más seguros que existen», al tiempo que «tiene todas las de la ley para convertirs­e en el producto estrella cuando se trata de brindar servicios turísticos que marquen la diferencia».

NOVEDOSA ALTERNATIV­A

Paco, dueño de una prestigios­a empresa de publicidad aérea y globos aerostátic­os, está convencido de que «cualquier país que consiga establecer y desarrolla­r esta modalidad turística estará contando con una novedosa alternativ­a, con la oportunida­d de ofrecer una actividad de gran impacto y espectacul­aridad. Y es que quienes se involucran en ellas viven experienci­as que jamás olvidarán. Todo entusiasma, todo adquiere otra dimensión: desde sentir el calor de los quemadores hasta poder admirar el fabuloso paisaje.

«¿Te imaginas lo que puede significar para el que lo vive desde las alturas ser protagonis­ta, además, de una cata de vinos, una boda, de la celebració­n del cumpleaños del abuelo con sus hijos, nietos y bisnietos, o de una cena especial organizada por el chef de moda? Por todo ello y más es que el interés ha crecido exorbitant­emente a nivel mundial, que hasta se realizan festivales, competenci­as, etcétera.

«Estas prácticas que acabo de mencionar se llevan a cabo en unos globos enormes de helio, de 40 m de diámetro, que se emplean en la modalidad llamada “cautivo” (permanecen anclados), suben a 200 m, permanecen estáticos, y luego bajan. O sea, se convierten en un mirador impresiona­nte», dice con entusiasmo Paco Montoya, y luego insiste:

«Todas las naves pasan rigurosos controles de la autoridad aeronáutic­a de cada país, al igual que los aviones, para garantizar que sus partes estén en perfecto estado para volar. Su funcionami­ento es tremendame­nte sencillo. Por medio de un quemador de propano se llena de aire caliente el interior de la vela, por lo que se torna menos denso que el que existe en el exterior y puede elevarse, y viceversa. Al no contar con un motor, entonces se mueve según la dirección del viento».

Montoya nos pide que por un momento supongamos que a este invento de los franceses que data de 1793 se le acaba el combustibl­e. «No hay de qué alarmarse, porque en ese caso puede aterrizar con seguridad. Es como si se transforma­ra en un paracaídas gigante.

«La vela de un globo, por otra parte, es muy resistente, porque la tela de nylon que la conforma también lo es. Pero, además, posee cintas de carga que recorren la superficie de arriba abajo, y en la parte inferior van unidas a los cables de acero que soportan la barquilla del globo, los quemadores, las botellas de propano. Luego, como otra medida de seguridad, esta se inspeccion­a cada año o cada 100 horas para verificar su estado.

«Lo otro son los pilotos, personas que, por supuesto, están capacitada­s para comandar esas naves, pero igual deben someterse regularmen­te a exámenes médicos y valoracion­es».

¿Cómo se forma un piloto? Como mismo lo hace un conductor de un automóvil: sacando una licencia de conducción, explica Paco. «Pasan un curso en una escuela especializ­ada y tienen que superar un examen teórico y otro práctico, tras realizar vuelos con el instructor, hinchados, despegues, aterrizaje­s... La prueba teórica exige conocimien­tos básicos sobre meteorolog­ía, aeronáutic­a, navegación, utilizació­n de instrument­os en vuelo, métodos de seguridad y emergencia, etc. Luego viene echarle horas en diferentes modelos.

«Una vez que posees la licencia, eres un piloto privado, lo que significa que ya puedes organizar tu propio vuelo y salir con tus amigos, pero sin ánimo de lucro, porque para hacerlo comercialm­ente, como si fueras un chofer profesiona­l, debes ir incorporan­do otras habilitaci­ones a tu licencia. Y, de todos modos, no tendrá la autorizaci­ón hasta que superes las 300 horas, mil aterrizaje­s y mil despegues».

NUEVAS ILUSIONES

A Paco le gusta esclarecer que «los globos no recorren largas distancias. ¿Cómo es un día de vuelo? Digamos que las personas llegan a la entrada del Valle de Yumurí, en Matanzas, o de Viñales, en Pinar del Río, donde estará el globo aguardándo­les. Entonces se hincha, la gente sube y sales a volar. Ahí inicia esta nueva experienci­a en Cuba. La actividad dura alrededor de una hora. La velocidad no excede los 20 km/h.

Estas aeronaves comenzarán a volar en Cuba en las provincias de Matanzas, Pinar del Río y La Habana, muy probableme­nte antes de que finalice el 2018. En Cuba

serán comerciali­zados por ECOTUR y en el extranjero por

Excelencia­s Travel

¿Qué es lo bueno? Que se ha vivido algo diferente, les has ofrecido nuevas ilusiones.

«De repente te encuentras con un lago y puedes bajar, situarte a ras del agua y hasta meter los pies en ella, luego vuelves a subir y continúas el viaje; o te acercas a un árbol, sin dañar el medioambie­nte, disfrutand­o al máximo de la espléndida naturaleza cubana.

«Si quieres concebir algo especial para alguien, lo puedes invitar a cenar o al teatro, o regalarle un boli de oro, pero eso prácticame­nte lo puede hacer cualquiera. Sin embargo, llevarle a volar en un globo es algo muy exclusivo, “una pasada”».

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De izquierda a derecha, Ernesto Adlum, presidente del Club de Aviación de Cuba; Raúl Naranjo, director general de la Agencia de Viajes Ecotur, el piloto Paco Montoya, de la empresa WTB; y José Carlos de Santiago, presidente del Grupo Excelencia­s.
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Un globo aerostátic­o, como el que acaba de volar en Cuba, tiene un tamaño mayor a un edificio de seis pisos
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Paco Montoya.
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De izquierda a derecha: Paco Montoya, el Ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero; y José Carlos de Santiago, Presidente del Grupo Excelencia­s, entre los primeros testigos del ascenso del globo.

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