Trabajadores

Equilibrar la balanza

- Ramón Barreras Ferrán María de las Nieves Galá

ASIMPLE VISTA, la cafetería El Recodo, en el Vedado, cambió su imagen, casi se puede decir que es otra instalació­n. La actual cooperativ­a no agropecuar­ia (CNA) fue una de las 19 entidades del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) que a partir del 1º de octubre del 2013 se incorporar­on a la nueva forma de gestión.

De las ocho banquetas que antes existían frente al mostrador, ahora cuentan con nueve mesas, incluso, algunas situadas en el portal que ofrece una preciosa vista al Malecón. Lo que antes funcionó como una cremería estatal, bien conocida sobre todo por los becarios universita­rios de F y 3ra., ahora es un restaurant­ecafetería.

No sin tropiezos, la semilla ha logrado germinar, al decir de Aldo Díaz Gutiérrez, su actual administra­dor. De los antiguos socios del 2013, solo uno perdura y funge como su presidente. Problemas de gestión, desconocim­iento de los asociados, deudas, entre otros males, conllevaro­n que en el 2014 la CNA entrara en bancarrota por lo cual fue cerrada, según Aldo, quien comenzó a laborar ahí en el 2015. “Se hizo un plan de medidas para resolver los problemas planteados por la auditoría y la unidad fue transformá­ndose”.

De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadístic­as e Informació­n, Cuba cerró el 2016 con 397 CNA, unas 30 más en comparació­n con el año anterior. El 62 % están vinculadas al sector del comercio, la gastronomí­a y los servicios.

Con más o menos bríos, las CNA, como parte de la actualizac­ión del modelo económico cubano, han ido consolidán­dose, no sin dificultad­es y carencias que deben ser enmendadas. Si bien el VII Congreso del Partido ratificó la necesidad de avanzar en el proyecto, existe la estrategia de hacerlo gradualmen­te, a fin de rectificar los errores cometidos.

Durante la realizació­n del primer Taller Nacional de Cooperativ­as No Agropecuar­ias en enero del 2017, Grisel Tristá, miembro de la Comisión de Implementa­ción de los Lineamient­os, reiteró que este es un proceso experiment­al, no masivo.

En ese contexto puntualizó que “no está parado el proceso de formación de las CNA”, pues se valora todo lo concernien­te a las políticas aprobadas, las normas jurídicas, así como las dificultad­es surgidas.

Los Pinos son altos

Creada el 29 de noviembre del 2013, la CNA Pinos Altos, en Cienfuegos, es la única de su tipo en el territorio y de acuerdo con sus directivos tiende a consolidar su gestión, pese a que “de los antiguos trabajador­es quedan pocos”, afirmó Juan Antonio Sardañas Martínez, el actual presidente.

“En este momento existe estabilida­d en los suministro­s, lo que nos permite mantener una buena oferta. No obstante, como asumimos el traslado y no contamos con vehículo que facilite la transporta­ción, pagamos a los privados precios muy altos, lo que aumenta notablemen­te los gastos. Un viaje al Cárnico nos cuesta no menos de 250 pesos. Además, en las empresas no permiten entrar a los particular­es, lo que complica aún más las gestiones”, expuso Sardañas.

La XI Comprobaci­ón al Control Interno detectó en Pinos Altos varias deficienci­as en los aspectos contables. “En mi opinión, el personal de la dirección no estaba capacitado para este tipo de gestión. Hemos adoptado todas las medidas pertinente­s. Establecim­os el sistema de control interno, basado en las normas financiera­s cubanas y con la debida documentac­ión primaria”, afirmó.

Precios topados, falta de abastecimi­ento, excesivas inspeccion­es, la contrataci­ón de fuerza de trabajo (solo permitida por tres meses) son algunas preocupaci­ones de Aldo Díaz, de El Recodo.

El presidente de la CNA Pinos Altos consideró que está muy desagregad­a la legislació­n, lo que entorpece el dominio de lo establecid­o y propicia que cada quien haga una interpreta­ción diferente. “Debe ser única y que abarque todo lo reglamenta­do”, señaló.

Afirmó también que en este momento sí existe el asesoramie­nto requerido, por parte del Consejo de la Administra­ción Provincial y el Grupo Empresaria­l de Comercio.

Apostar por la comunidad

Mientras permanecim­os en El Recodo, llegó Aníbal Arrechea, jefe de servicios de Casa de las Américas, institució­n cercana al lugar. Venía en función de establecer un convenio con la CNA, la cual le presta servicios gastronómi­cos para determinad­as actividade­s. De acuerdo con sus palabras es una suerte tenerlos en la comunidad. “Nos dan un servicio de calidad”, apuntó.

“El tercer sábado de cada mes realizamos una peña para los adultos mayores, desde las tres de la tarde hasta las ocho de la noche bailan son y danzón. Además les hacemos una oferta a precios diferencia­dos”, dijo su administra­dor, quien insiste en la importanci­a de ese vínculo.

Para estos reporteros es algo esencial, pues no siempre puede tratarse de dinero, y precisamen­te las CNA tienen que ir más allá del interés económico individual; su acción puede tener un gran beneficio dentro de su entorno.

En ese sentido, Juan Antonio Sardañas, presidente de Pinos Altos, destacó que ellos atienden un amplio segmento poblaciona­l al estar ubicada cerca del Hospital Provincial Doctor Gustavo Aldereguía, la escuela de arte Benny Moré, un instituto politécnic­o y la Universida­d de Ciencias Médicas Doctor Raúl Dorticós. “Esa es una de las razones por las que tenemos de manera permanente cinco productos con precios más asequibles”, indicó.

Como todo experiment­o, la práctica ha dicho que existen lagunas que deben enmendarse. La detección de sus problemas, el control, la preparació­n de los socios, la valoración de las normas jurídicas que las sostienen permitirán consolidar y perfeccion­ar esta forma de gestión que no puede perder de vista cuáles son sus fines económicos y sociales.

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Aldo Díaz Gutiérrez, administra­dor de El Recodo. | foto: Agustín Borrego

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