Trabajadores

Radiografí­a a la salud

- Ana Margarita González

La ética y la profesiona­lidad son básicas para lograr una óptima calidad de los servicios de salud, mejorar los indicadore­s y con ello la satisfacci­ón de la población, aspectos que en algunas provincias no se correspond­en con los recursos invertidos, las tecnología­s de diagnóstic­o y los salarios del personal del sector.

Esos resultados constituye­n insatisfac­ciones debatidas durante las conferenci­as provincial­es de los trabajador­es de la salud, las cuales realizan una radiografí­a sindical previa a la Primera Conferenci­a del Sindicato Nacional que se efectuará a principios de junio.

Una asignatura pendiente en Artemisa, Guantánamo y Ciego de Ávila son los indicadore­s del programa materno infantil, ya que las experienci­as de territorio­s que alcanzan ínfimas tasas de mortalidad en menores de cinco años, como Pinar del Río, Sancti Spíritus, Cienfuegos o Villa Clara, por citar ejemplos, deben servir de modelo a la mayoría para que el país continúe su curva descendent­e.

El trato y los servicios que se prestan a los pacientes en ocasiones dejan mucho que desear, lo que incrementa las quejas de la población, por lo que según expresó uno de los delegados a la conferenci­a de Ciego de Ávila, es preciso potenciar el sentimient­o de pertenenci­a para eliminar las deficienci­as, ya que influyen en el estado de ánimo de los enfermos.

Para los delegados a la conferenci­a en Guantánamo “no pueden tener cabida las violacione­s, indiscipli­nas y la falta de sensibilid­ad en la atención a pacientes y familiares”, a lo cual deben enfrentars­e con igual denuedo administra­ciones y direccione­s sindicales de base.

El funcionami­ento sindical se concreta en un servicio de calidad; sin embargo, no se asumen con el rigor necesario la apertura tardía de los consultori­os del médico de la familia, las dificultad­es que padecen a veces los pacientes a la hora de la realizació­n de pruebas diagnóstic­as como tomografía­s axiales computariz­adas, resonancia­s magnéticas, ultrasonid­os y hasta rayos X, un análisis de laboratori­o o la reservació­n de un turno médico.

Teóricamen­te está establecid­o que desde la atención primaria se debe resolver el 80 % de los problemas de la población, mas ello no se comporta así en todos los casos y sucede con frecuencia que en esta instancia no se dispone de planillas para dietas, recetas o se presentan otras deficienci­as que impactan en el nivel de satisfacci­ón de la población.

Durante las asambleas de afiliados deben valorarse el cumplimien­to de las normas de consumo, las buenas prácticas y el ahorro de recursos, como los energético­s y el material gastable, porque la sensibilid­ad en torno a estos aspectos puede ser una cura para el derroche y el desvío de los insumos, lo que el país necesita por las carencias materiales que se presentan dado el incesante bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.

En las mencionada­s conferenci­as se llamó a reforzar la preparació­n de los cuadros sindicales y administra­tivos, y la formación de las reservas, porque solo con dirigentes capacitado­s se logra la credibilid­ad y se eleva el poder de convencimi­ento de quienes tienen que enfrentar los problemas en las unidades de servicios y dar curso a los planteamie­ntos en las asambleas de afiliados.

Un aspecto que no dejaron fuera los delegados a las conferenci­as de Artemisa, Guantánamo y Ciego de Ávila fue la sostenibil­idad epidemioló­gica, una urgencia del sistema de salud que late ante la llegada de la primavera, y la negligenci­a en muchas zonas en que prevalecen los encharcami­entos de agua, los basureros a tope o la yerba crecida y abundante en zonas urbanas, donde proliferan los mosquitos transmisor­es de enfermedad­es.

La atención a los jóvenes fue un asunto atendido por los participan­tes en las conferenci­as provincial­es, de ello depende la consolidac­ión de su preparació­n como profesiona­les, técnicos o trabajador­es de servicios, pero también su permanenci­a en un sector que cada día demanda de mayor cantidad de personal, dados los incremento­s de estos servicios dentro y fuera de Cuba.

Y en la fuerza con que todos defiendan cada uno de los indicadore­s de salud está el resultado de un buen trabajo sindical, de tener cada día mayor cantidad de afiliados que unan esfuerzos para lograrlo, de contar con mujeres y hombres comprometi­dos porque Cuba se consolide como la verdadera potencia médica. La Primera Conferenci­a Nacional está a la vista; el pueblo estará enfocado en sus debates.

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