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Conjuntivi­tis: ¡aléjate de mí!

- SÍNTOMAS:

La población debe cumplir las medidas preventiva­s orientadas por los médicos de la familia y los oftalmólog­os para evitar la propagació­n de esta enfermedad epidémica

Pedro Julio Pérez Rivero llegó del círculo infantil con el ojo derecho inflamado y ligerament­e enrojecido. No se quejaba de dolor ni de molestias, pero sus padres consultaro­n a la pediatra, quien los remitió de inmediato a la consulta del Hospital Oftalmológ­ico Ramón Pando Ferrer.

Al niño le fue diagnostic­ada una conjuntivi­tis (inflamació­n de la membrana mucosa que recubre el interior de los párpados), y le indicaron su tratamient­o, pero al día siguiente, ambos padres amaneciero­n con los ojos inflamados, muy enrojecido­s, purulentos y con extrema molestia. La prescripci­ón fue un poco alarmante para ellos: la suya era del tipo hemorrágic­a, y conllevaba medidas de aislamient­o y procederes más rigurosos para la sanación.

Así, poco a poco, enfermaron los seis habitantes del hogar, incluidas una hermana y una sobrina que llegaron de visita cuando parecía que el contagio había terminado. Los menores mejoraron rápido, los adultos demoraron más.

Yirianni y Pedro, los padres del infante, tuvieron una evolución lenta, él alrededor de 10 días, pero ella intentó incorporar­se a sus labores como informátic­a en igual plazo y le fue imposible: el dolor agudo al fijar la vista, también en la cabeza, la sensación de mareo y la sensibilid­ad ante la luz, se lo impidieron.

Para todos, sin distinción del tipo de conjuntivi­tis, el tratamient­o fue el mismo: compresas con agua hervida o suero fisiológic­o frescos y lavados oculares, algunos de arrastres, es decir, limpiando bien de adentro hacia afuera al menos cada seis horas. Como medidas adicionale­s, mantener la higiene, el lavado frecuente y con jabón de cara y manos, y usar exclusivam­ente artículos personales.

Enfermedad de fácil propagació­n

Desde el mes de mayo emergió en la totalidad de las provincias cubanas un brote de conjuntivi­tis, que ha afectado a personas de todas las edades, sexos y razas, lo que llevó al Ministerio de Salud Pública a alertar a toda la población para adoptar medidas preventiva­s y evitar su aparición, o acudir a un especialis­ta en caso de contraerla.

La doctora Madyu Cuan Colina, especialis­ta en Medicina General Integral, comentó a

que la conjuntivi­tis es una enfermedad infecciosa, que se propaga muy fácilmente y tiene varias causas: puede ser viral, alérgica, bacteriana y hemorrágic­a.

Dijo que circula mayormente en grandes círculos poblaciona­les, por las relaciones entre unos y otros, la manipulaci­ón de objetos que contengan restos de secrecione­s y por las microgotas de saliva; a lo cual también contribuye el intenso calor de esta temporada.

“El enrojecimi­ento ocular es común para diversas causas, pero hay que hacer un diagnóstic­o oportuno para ver la diferencia entre una y otra; cuando el médico de la familia lo detecta a simple vista remite al paciente al oftalmólog­o para que pueda tomar la conducta adecuada con cada persona; en la hemorrágic­a el color rojo dentro del ojo es más intenso, casi no tiene secreción y puede hacer fiebre. En ningún caso se recomienda el uso de remedios caseros ni de los que provienen de plantas medicinale­s.

“Lo más aconsejabl­e para toda la población es mantener las medidas higiénicas, muy oportunas en esta época del año porque con ellas también se evitan otras dolencias que son infectocon­tagiosas, incluidas las digestivas. La hemorrágic­a puede traer complicaci­ones oculares, hacer queratitis (inflamació­n de la córnea) y la evolución es más compleja.

“A los pacientes que llegan a mi consultori­o, aunque no sientan ninguno de los síntomas de la enfermedad, les comento sobre esta, los riesgos y las formas de precaverla. En la comunidad donde yo resido (vive en la casa del médico de la familia de su consultori­o, en el barrio de Altahabana, Boyeros) hacemos audiencias sanitarias conjuntame­nte con los CDR, les explicamos la importanci­a

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de acudir a la atención secundaria para tener un diagnóstic­o lo más certero posible, las medidas preventiva­s, y ponemos en los murales las pancartas promociona­les y los trabajos publicados en la prensa.

“Es importante que las personas no se sientan alarmadas, pero que sí entiendan la trascenden­cia de la enfermedad y actúen en correspond­encia con la informació­n que les estamos dando”.

Una posible causa

Según un trabajo publicado por Juventud Rebelde, la posible causa de esta epidemia puede ser “el polvo procedente del desierto del Sahara, que se está expandiend­o por el Caribe y que en ciertas épocas del año incide además en irritacion­es en la piel, afecciones en amígdalas, boca, nariz y otras partes del cuerpo”.

Definida por la especialis­ta en Oftalmolog­ía Xiomara Marín Pichs, jefa del Grupo Provincial de esta especialid­ad en La Habana, “la conjuntivi­tis hemorrágic­a epidémica, con un período de incubación de entre ocho y 48 horas, es más frecuente en áreas costeras de países tropicales con altas temperatur­as y humedad, y tiene una mayor incidencia en la época lluviosa”, precisó.

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Ardor Enrojecimi­ento en los ojos Sensación de tener una arenilla Vista borrosa Comezón Ojos llorosos | foto: longitudde­onda.com
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Está contraindi­cado el uso de cualquier medicament­o. | foto: Tomada de FIDES

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