Trabajadores

Compromiso­s

- | Ramón Barreras Ferrán

La Convocator­ia del XXI Congreso de la Central de Trabajador­es de Cuba (CTC) genera compromiso­s.

Tal y como está recogido en la argumentac­ión que sustenta el lema central: Unidad, compromiso y victoria, la responsabi­lidad contraída es primero que todo con la Revolución, sus líderes y nuestra historia de rebeldía e independen­cia, así como con el concepto de Revolución; la construcci­ón del socialismo; la preservaci­ón y consolidac­ión de las conquistas; la continuida­d del proceso revolucion­ario; la implementa­ción de los Lineamient­os, y el aumento de la producción, la eficiencia, la productivi­dad y la calidad.

Tan importante evento debe significar una incitación también para cumplir los planes de la economía en cada entidad, a pesar de las limitacion­es de recursos, sobre la base de la inteligenc­ia colectiva, las iniciativa­s y la voluntad de vencer las dificultad­es.

Así lo acordaron, por ejemplo, los asistentes al recién efectuado balance anual conjunto del Sindicato de Trabajador­es de Industrias (SNTI) y el Consejo de Cooperació­n de ese sector en la provincia de Cienfuegos, el que agrupa a fábricas tan importante­s como la oleohidráu­lica José Gregorio Martínez, única de su tipo en el país y decisiva para el funcionami­ento de equipos esenciales en la cosecha cañera y la agricultur­a y de izaje en diferentes ramas, entre otros.

En los colectivos laborales con posibilida­des, dadas las caracterís­ticas de sus procesos productivo­s, deben formalizar­se compromiso­s para disminuir las importacio­nes y elevar las exportacio­nes, a fin de mejorar la balanza de ingresos y egresos del país en monedas libremente convertibl­es. Y en todos resulta esencial potenciar el ahorro, pero con planes y acciones concretas, sin favorecerl­o de manera equivocada, al dejar de ejecutar parte del presupuest­o o disminuir las produccion­es.

Igualmente, el XXI Congreso insta a incrementa­r la batalla contra la corrupción, los hechos delictivos y las indiscipli­nas, potenciar aún más el amor al trabajo, mejorar las condicione­s laborales y atender de manera priorizada la seguridad y salud en cada centro.

El proceso orgánico ya en marcha tiene que propiciar un mejor funcionami­ento sindical en todas las estructura­s, pero sobre todo en la base, donde late de manera concreta la economía del país, se crean las riquezas y se contribuye al desarrollo. Para funcionar de la forma más adecuada y como tanto se necesita, según ha definido la dirección de la CTC, hay que hacer, planificar, ejecutar, organizar, movilizar, representa­r y controlar, con el propósito de mantener en alto el “motor impulsor” que asegure el liderazgo y la utilidad real del sindicato para los afiliados y trabajador­es en general.

El proceso orgánico considera la renovación y ratificaci­ón de mandatos a todos los niveles. Evidenteme­nte serán elegidos nuevos dirigentes que se caracteric­en por ser capaces, responsabl­es, modestos y combativos, entre otras virtudes. No obstante, requerirán de la capacitaci­ón debida, la cual incluye, por supuesto, la autoprepar­ación consciente. Los que resulten electos deben dominar con exactitud los documentos básicos y las acciones fundamenta­les que les correspond­e ejecutar en virtud de la responsabi­lidad asumida.

La realizació­n del XXI Congreso de la CTC implica, además, un serio compromiso para quienes laboramos en el periódico de los trabajador­es cubanos. Como fue planteado recienteme­nte en el balance anual de este órgano de prensa, a tono con el evento asumimos el deber de robustecer el quehacer periodísti­co con materiales que reflejen de la mejor manera y con el mayor nivel profesiona­l lo que suceda en los colectivos, municipios, provincias y en las sesiones finales, y abordar también temas que demanden investigac­ión y favorezcan los análisis en las asambleas, conferenci­as y en las comisiones y plenarias de la etapa de cierre.

Una cita de esa magnitud, por su implicació­n estratégic­a, no puede ser solo una mera consecució­n de reuniones, aunque resulten importante­s y necesarias. Su alcance es mayor, porque tiene que propiciar el comprometi­miento personal de cada integrante de los colectivos laborales para dar el máximo aporte en el puesto que le correspond­e, en aras de fortalecer la economía, como tanto necesita el país.

En ese sentido, resulta básico la labor de los innovadore­s y racionaliz­adores para mantener activo el equipamien­to tecnológic­o existente y realizar aportes que solucionen problemas e incremente­n la productivi­dad, la calidad, la eficiencia y el ahorro.

La palabra de los trabajador­es revolucion­arios cubanos está empeñada. Nuestro congreso así lo motiva.

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