Compromisos
La Convocatoria del XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) genera compromisos.
Tal y como está recogido en la argumentación que sustenta el lema central: Unidad, compromiso y victoria, la responsabilidad contraída es primero que todo con la Revolución, sus líderes y nuestra historia de rebeldía e independencia, así como con el concepto de Revolución; la construcción del socialismo; la preservación y consolidación de las conquistas; la continuidad del proceso revolucionario; la implementación de los Lineamientos, y el aumento de la producción, la eficiencia, la productividad y la calidad.
Tan importante evento debe significar una incitación también para cumplir los planes de la economía en cada entidad, a pesar de las limitaciones de recursos, sobre la base de la inteligencia colectiva, las iniciativas y la voluntad de vencer las dificultades.
Así lo acordaron, por ejemplo, los asistentes al recién efectuado balance anual conjunto del Sindicato de Trabajadores de Industrias (SNTI) y el Consejo de Cooperación de ese sector en la provincia de Cienfuegos, el que agrupa a fábricas tan importantes como la oleohidráulica José Gregorio Martínez, única de su tipo en el país y decisiva para el funcionamiento de equipos esenciales en la cosecha cañera y la agricultura y de izaje en diferentes ramas, entre otros.
En los colectivos laborales con posibilidades, dadas las características de sus procesos productivos, deben formalizarse compromisos para disminuir las importaciones y elevar las exportaciones, a fin de mejorar la balanza de ingresos y egresos del país en monedas libremente convertibles. Y en todos resulta esencial potenciar el ahorro, pero con planes y acciones concretas, sin favorecerlo de manera equivocada, al dejar de ejecutar parte del presupuesto o disminuir las producciones.
Igualmente, el XXI Congreso insta a incrementar la batalla contra la corrupción, los hechos delictivos y las indisciplinas, potenciar aún más el amor al trabajo, mejorar las condiciones laborales y atender de manera priorizada la seguridad y salud en cada centro.
El proceso orgánico ya en marcha tiene que propiciar un mejor funcionamiento sindical en todas las estructuras, pero sobre todo en la base, donde late de manera concreta la economía del país, se crean las riquezas y se contribuye al desarrollo. Para funcionar de la forma más adecuada y como tanto se necesita, según ha definido la dirección de la CTC, hay que hacer, planificar, ejecutar, organizar, movilizar, representar y controlar, con el propósito de mantener en alto el “motor impulsor” que asegure el liderazgo y la utilidad real del sindicato para los afiliados y trabajadores en general.
El proceso orgánico considera la renovación y ratificación de mandatos a todos los niveles. Evidentemente serán elegidos nuevos dirigentes que se caractericen por ser capaces, responsables, modestos y combativos, entre otras virtudes. No obstante, requerirán de la capacitación debida, la cual incluye, por supuesto, la autopreparación consciente. Los que resulten electos deben dominar con exactitud los documentos básicos y las acciones fundamentales que les corresponde ejecutar en virtud de la responsabilidad asumida.
La realización del XXI Congreso de la CTC implica, además, un serio compromiso para quienes laboramos en el periódico de los trabajadores cubanos. Como fue planteado recientemente en el balance anual de este órgano de prensa, a tono con el evento asumimos el deber de robustecer el quehacer periodístico con materiales que reflejen de la mejor manera y con el mayor nivel profesional lo que suceda en los colectivos, municipios, provincias y en las sesiones finales, y abordar también temas que demanden investigación y favorezcan los análisis en las asambleas, conferencias y en las comisiones y plenarias de la etapa de cierre.
Una cita de esa magnitud, por su implicación estratégica, no puede ser solo una mera consecución de reuniones, aunque resulten importantes y necesarias. Su alcance es mayor, porque tiene que propiciar el comprometimiento personal de cada integrante de los colectivos laborales para dar el máximo aporte en el puesto que le corresponde, en aras de fortalecer la economía, como tanto necesita el país.
En ese sentido, resulta básico la labor de los innovadores y racionalizadores para mantener activo el equipamiento tecnológico existente y realizar aportes que solucionen problemas e incrementen la productividad, la calidad, la eficiencia y el ahorro.
La palabra de los trabajadores revolucionarios cubanos está empeñada. Nuestro congreso así lo motiva.