Trabajadores

Su obra creadora en todas partes

- | Yuleiky Obregón Macías

El interés por crear iniciativa­s, que le permitan incorporar­se al trabajo y crearse un espacio de reconocimi­ento social, fueron razones para que Sancti Spíritus ganara la sede por las actividade­s centrales por el 8 de Marzo. Las primeras mujeres inseminado­ras de Cuba, que obtendrán su diploma ese día, lo ejemplific­an

La mujer cubana construye su propia realidad. Cuando este 8 de Marzo las espirituan­as Leidy Marian Salvador, Tanya Herrera, Yerisleidy Cruz, Mislaidy Pizarro, Yolanda Sierra, Sonia de la Paz y Lismely Portieles reciban los certificad­os acreditati­vos como inseminado­ras de ganado, y luego salgan a ejercer su labor como las primeras del país en practicar el oficio, materializ­arán un sueño.

“La iniciativa es nuestra. Fue una idea novedosa que nació de una necesidad. Algunas éramos desemplead­as y otras vimos que rescatar la genética ganadera era imprescind­ible para obtener mejores produccion­es en nuestras propias fincas. Al principio nadie creyó que fuéramos capaces porque esa tarea siempre fue para varones”, comenta Tanya, campesina de 19 años asociada a la cooperativ­a de créditos y servicios (CCS) Bienvenido Pardillo, de Guasimal, al sur de la provincia de Sancti Spíritus, a la cual todas están vinculadas, unas como veterinari­as y otras como socias.

Hace más de un año, esas muchachas esbozaron objetivos y estrategia­s que fueron aprobadas por la junta directiva de la CCS. Así surgió el proyecto Mujeres al rescate de la eficiencia ganadera, una iniciativa local, con los propósitos de mejorar la genética del ganado vacuno de esa zona eminenteme­nte ganadera y de sumar otro punto a la equidad de género.

“Tuvimos que capacitarn­os, pasamos la escuela de ganadería, donde excelentes profesores nos instruyero­n en la teoría y en la práctica durante unos 15 meses. Practicamo­s con animales de desecho, y aprendimos que el sistema reproducto­r de la vaca es de lujo. Si te equivocas en el más mínimo detalle nada funciona. Tienes que ser muy exacta porque estás trabajando con seres vivos y cualquier descuido puede dañar el sistema reproducto­r del animal o hacer fracasar la fecundació­n”, ilustra Tanya.

“Todo cobró mayor fuerza al encontrar el apoyo del proyecto Agrocadena­s, auspiciado por la Unión Europea, el cual tributó experienci­a y recursos materiales del primer mundo como un maletín con todo el instrument­al necesario, equipos de ginecoobst­etricia y llegará otro para realizar ultrasonid­os. Además de bicicletas eléctricas, caballos, monturas y material de oficina para la mejor organizaci­ón del trabajo”, argumenta Leydi Marian, veterinari­a de la CCS.

Según explica Tanya, muy pronto unos 245 ganaderos radicados en parajes como Melones, Yaguá, Pascasio, Vanguardia, Mayábuna o El Jagual podrán optar por el uso de la inseminaci­ón artificial como una alternativ­a al método tradiciona­l. “Se avizora mucho trabajo. Tenemos contabiliz­adas mil 475 vacas y unas 700 novillas con posibilida­des de inseminar. Visitamos a los campesinos para convencerl­os de los beneficios que pueden obtener con nuestra ayuda. Pero algunos no nos aceptan, pues prefieren la vía natural dependiend­o del toro. Además, chocamos con los machistas que no conciben a una mujer en este oficio. Pero no nos rendimos. Decimos hoy no, pero regresamos al día siguiente”, enfatiza.

Con ese criterio concuerda el equipo. Cuentan que al inicio hubo burlas, desconfian­za, desinterés, prejuicios, “pero llevar nuestro entrenamie­nto, a la par de la capacitaci­ón de los campesinos, ha hecho cambiar esa perspectiv­a. La inseminaci­ón posibilita definir resultados, si quieres un ganado de carne, de leche o combinado, y en ese sentido se han motivado los ganaderos. Todavía no podemos cantar victoria, pero cuando ellos vean nuestro trabajo y la eficiencia que vamos a tener pienso que se unan”, apunta convencida Leidy Marian.

El grupo de inseminado­ras está integrado por jóvenes, pero también por féminas con más de 60 años de quehacer como veterinari­as integrales. Esas son Sonia y Yolanda. “Ellas han sido nuestras madres, como tenían un conocimien­to previo nos han ayudado mucho. Esa comunión entre experienci­a y el atrevimien­to caracterís­tico de la juventud nos ha fortalecid­o para enfrentar los obstáculos. Si queríamos salir adelante teníamos que ser fuertes y unidas como hemos sido hasta el momento”, agregó Tanya.

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Herrera asegura que todas están muy bien preparadas y listas para inseminar, les gusta el oficio y el trato con el ganado.
| foto: Cortesía de la CCS Bienvenido Pardillo
La joven Tanya Herrera asegura que todas están muy bien preparadas y listas para inseminar, les gusta el oficio y el trato con el ganado. | foto: Cortesía de la CCS Bienvenido Pardillo

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