Trabajadores

Secuelas de un ataque sónico que nadie oyó

- | Yimel Díaz Malmierca

La noticia no sorprende. El Departamen­to de Estado de Estados Unidos, a pesar de no haber encontrado evidencias del supuesto ataque sónico, ha decidido que su embajada en La Habana continúe cerrada para lo que debería ser una de sus principale­s misiones: potenciar y facilitar el intercambi­o bilateral.

La confirmaci­ón llegó este viernes, cuando la página oficial del ente gubernamen­tal emitió una nota para informar que a partir del lunes 5 de marzo la reducción de personal, anunciada el 26 de septiembre del 2017 como “provisiona­l”, será ahora permanente.

No obstante, fuentes diplomátic­as aseguraron al diario Granma que el nuevo estatus “puede ser revisado y cambiado en cualquier fecha” y que el cambio de “orden de partida” a “puesto sin acompañant­es”, responde a que el primero solo puede durar 180 días y tal plazo se cumplió el 4 de marzo. La nueva categoría implica que ningún funcionari­o estadounid­ense podrá vivir en la capital cubana junto a su familia, como es la práctica habitual en las misiones diplomátic­as del mundo.

“La embajada continuará operando con el personal mínimo necesario para desempeñar funciones consulares y diplomátic­as básicas, similar al nivel de emergencia mantenido durante la partida ordenada”, dice la nota oficial.

Añade que “hay una investigac­ión al respecto en marcha”, y que “la salud, seguridad y el bienestar del personal del Gobierno de Estados Unidos y de sus familiares es de la mayor preocupaci­ón para el secretario (de Estado, Rex) Tillerson”.

El pasado 9 de enero el Departamen­to de Estado admitió por primera vez que no tenía certeza de que se tratara de agresiones acústicas, algo que los científico­s cubanos, estadounid­enses y de otros países habían estado asegurando desde semanas antes.

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, fue enfático cuando declaró por esos días que “no existe ninguna prueba de los ataques sónicos” y denunció la negativa del Gobierno de los Estados Unidos a colaborar con la investigac­ión y a compartir, al menos, los informes médicos de las supuestas víctimas.

El influyente medio inglés The Guardian investigó el tema. Entrevistó a neurólogos y especialis­tas de importante­s institucio­nes científica­s del mundo, quienes hicieron notar la falta de informació­n sobre las víctimas, lo cual sesga una evaluación científica profunda.

“Desde un punto de vista objetivo es más como una histeria colectiva que cualquier otra cosa”, dijo al medio Mark Hallett, jefe de la sección de Control Motor Humano del Instituto Nacional Estadounid­ense de Trastornos Neurológic­os y Derrame Cerebral. Tal explicació­n “aclararía todo el misterio y presumible­mente se normalizar­ían las relaciones entre Estados Unidos y Cuba”.

Pero ese es, precisamen­te, el inconvenie­nte. El pretexto de los ataques sónicos que nadie oyó responde a los intereses de quienes, desde dentro de Estados Unidos, están en contra del acercamien­to que se venía produciend­o desde diciembre del 2014, cuando el líder cubano Raúl Castro Ruz y su homólogo, el entonces presidente Barack Obama, anunciaran el inicio de una nueva etapa en las relaciones bilaterale­s entre Cuba y Estados Unidos.

Recienteme­nte una delegación bicameral visitó la capital cubana —los senadores Patrick Leahy (Vermont), Ron Wyden (Oregón) y Gary Peters (Míchigan), y los representa­ntes Jim McGovern (Massachuse­tts), Kathy Castor (Florida) y Susan Davis (California)— y dialogó con autoridade­s, pequeños empresario­s y otros sectores de la sociedad.

En la conferenci­a de prensa ofrecida al término de su estancia cuestionar­on la decisión de inhabilita­r a las embajadas de ambos países con tan brutal reducción de personal, reconocier­on la cooperació­n de Cuba en la búsqueda de la verdad acerca de los hechos que originaron la crisis actual, y expresaron total certeza de que no existe peligro alguno. Como prueba de esto último, el líder del grupo (el senador Leahy) viajó acompañado por su esposa y nieta.

 ??  ?? De izquierda a derecha: Jim McGovern (Massachuse­tts), Gary Peters (Míchigan), Patrick Leahy (Vermont), Ron Wyden (Oregón) y Kathy Castor (Florida). | foto: René Perez Massola
De izquierda a derecha: Jim McGovern (Massachuse­tts), Gary Peters (Míchigan), Patrick Leahy (Vermont), Ron Wyden (Oregón) y Kathy Castor (Florida). | foto: René Perez Massola

Newspapers in Spanish

Newspapers from Cuba