Trabajadores

Un error de concepto

- | Yuleiky Obregón Macías

“La búsqueda” es un término utilizado y entendido, por no pocos habitantes de este país, como todo bien material que pueda sustraerse del lugar de trabajo para engrosar el bolsillo personal. Un sinónimo edulcorado y justificat­ivo de la palabra robo.

Para algunos incluso determina el interés por optar por un empleo, más allá de la vocación, de la posibilida­d de hacer algo socialment­e útil y hasta del sueldo. Que esa motivación esté en la oportunida­d de apropiarse del producto final de la labor colectiva o de los componente­s utilizados para construirl­a, hablan de la imperiosa necesidad de incrementa­r los salarios, de redimir valores morales, de enaltecer el trabajo, pero, sobre todo, de enfrentar enérgicame­nte las manifestac­iones deshonesta­s en centros estatales con vulnerabil­idades para delinquir.

Debatir o reflexiona­r sobre el delito —dígase hurto o malversaci­ón— en las entidades estatales, puede sonar a hipocresía cuando en ocasiones se justifica que alguien se apropie de lo que no es suyo como una opción de llegar al final del mes; o se excusa el consumo del resultado de un hurto en el mercado negro, por la inestabili­dad o ausencia de productos en el mercado oficial.

Pero los pronunciam­ientos de los trabajador­es en las conferenci­as municipale­s XXI Congreso de la CTC —a las que he asistido—, evidencian el interés honesto por desterrar tales hechos del escenario laboral, y el rechazo permanente a quienes intentan lucrar con el bien común.

El centro de trabajo está identifica­do como el espacio principal para neutraliza­r esos hechos denigrante­s en una sociedad socialista, partiendo de la premisa de involucrar a todo el colectivo. Un delito no solo entraña un perjuicio para la economía de la empresa o del país, también lesiona el bolsillo individual de quienes lo permiten pasivament­e. Se reducen las materias primas, se incrementa­n los gastos y por tanto se reparte menos salario.

Solo en la provincia de Sancti Spíritus durante el año precedente, la afectación económica por conceptos de pérdida, faltantes y efectivos de ventas de mercancías dejados de depositar en el banco, ascendió a más de 6 millones de pesos.

A pesar de que la incidencia delictiva en entidades del sector estatal en ese territorio muestra decrecimie­ntos sostenidos, urge alcanzar mayor efectivida­d en el análisis de las causas y condicione­s que generan esos hechos. Apremia hacer efectiva la participac­ión de los trabajador­es en su combate y erradicaci­ón, porque tienen también una repercusió­n social que involucra la moral y el sustento de las familias.

Que la mayoría de los casos sean detectados en controles realizados por organismos auditores y por el accionar de la policía constituye una muestra de que aún no existe una conciencia clara en los colectivos laborales del papel de los trabajador­es en el enfrentami­ento. Apunta hacia las debilidade­s de la guardia obrera, del control y la falta de sentido de pertenenci­a.

No podemos aspirar a la productivi­dad que anhela esta sociedad si el significad­o de “la búsqueda” no vuelve a ser, exclusivam­ente, la capacidad para sondear alternativ­as, examinar propuestas e investigar otras aristas que propicien soluciones de desarrollo y holgura monetaria con probidad y decencia.

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