Investigación aterrizada en la producción
Los trabajadores del Centro de Investigación y Desarrollo de la Construcción (CIDC) tenían deseos de hablar en su Congreso. Más de 30 intervenciones sacaron a la luz —¿por primera vez?— los factores internos y externos que limitan su gestión y avance para cumplir con el importante encargo de aportar soluciones técnicas y tecnológicas a todos los organismos del sector.
Y no es solo para la vivienda, pues, entre otras tareas, hoy se esfuerzan en rescatar un catálogo de naves industriales elaborado allí hace muchos años, fuente de sustitución de importaciones para el actual y futuro desarrollo inversionista industrial del país.
Los trabajadores de la única institución de su tipo con que cuenta el Ministerio de la Construcción plantearon con ejemplos que tienen el anhelo de aportar, además de cuestionarse por qué no les asignan el presupuesto para investigación que dejan de utilizar en el sistema empresarial del organismo, y están preocupados por la descapitalización en recursos humanos.
Al respecto, el especialista Jorge Bouzá dijo que en la década de los 90 tenían más de centenar y medio de profesionales, entre ellos 72 investigadores. De estos hoy solo hay 12, de los cuales ocho cuentan entre 65 y 80 años o más.
“A su lado urge poner a tres o cuatro jóvenes para enseñarlos”, pidió con vehemencia. Pero hasta ahora ha sido casi una misión imposible, pues la última recién graduada asignada les llegó hace tres años, y en el 2016 ganaron a dos que fueron por gestión propia. La lejanía y el bajo salario son impedimentos para que se les unan otros profesionales, acotó. Juan Rams, de Desarrollo Tecnológico, solicitó que se les pague por la complejidad de su labor. Su intervención dio pie a una de las reflexiones de Eladio González, presidente del Grupo Empresarial de Diseño e Ingeniería de la Construcción (Gedic), a la que pertenece el CIDC, sobre la variedad de aristas del tema salarial.
Asimismo, por la multiplicidad de planteamientos y evidentes asuntos pendientes, se comprometió a contribuir para la sistematización de los chequeos, porque en el centro tienen que interiorizar y, accionar en consecuencia, con el paso de unidad presupuestada a empresa.
En el colectivo hubo consenso de que la emulación y la estimulación requieren de iniciativas y salir de la rutina, y que les resta profundizar en la labor sindical. Como precandidatos al XXI Congreso de la CTC y al Consejo Nacional de la organización fueron elegidos Regla Mercedes Alomá Aday y Juan Ventura Rams Veranes, respectivamente.