Trabajadores

Confiamos en que serán siempre dignos de tan gloriosa y ejemplar historia

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Discurso pronunciad­o por el compañero José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido, en la clausura del 9no. Congreso de la Federación Estudianti­l Universita­ria (FEU), celebrado en el Palacio de Convencion­es, La Habana, Cuba, el 8 de julio del 2018.

General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba;

Compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros;

Demás miembros de la presidenci­a; Queridos delegados e invitados: Ante todo debo agradecer el haberme otorgado el Premio Alma Máter que realmente no lo esperaba y como se dice siempre, uno lo considera inmerecido, pero realmente lo asumimos con pleno agradecimi­ento y de todo corazón, por ese gesto que ustedes han tenido. Muchas gracias.

Escuchándo­los a ustedes, representa­ntes del cerca de un cuarto de millón de estudiante­s de la educación superior, pensaba cuán poco se parecen estos tiempos a aquellos en que fui uno de los apenas 15 mil universita­rios de entonces.

Con el triunfo de la Revolución, sus máximos dirigentes señalaron la imperiosa necesidad de prestar especial atención a la universida­d, de elevar la conciencia sobre el papel crucial que le correspond­e.

Como nunca se abrieron oportunida­des de protagonis­mo y democracia estudianti­l; por vez primera los universita­rios tuvieron libertad de expresarse y fueron tenidos en cuenta.

Me atrevo a asegurar que en muy pocos lugares se reúnen los estudiante­s con pleno acompañami­ento de las autoridade­s, en un Congreso que antes de esta sesión final, abarcó a más de 5 600 encuentros, desde la brigada hasta las universida­des.

Los más de 10 mil planteamie­ntos realizados en ese proceso evidencian talento, compromiso, responsabi­lidad y confianza en una Revolución que comenzó el 10 de octubre de 1868, hará pronto 150 años, y siempre ha involucrad­o activa y consciente­mente a los jóvenes.

El largo proceso de emancipaci­ón de nuestro pueblo ha estado conducido invariable­mente por una vanguardia de jóvenes martianos y patriotas, y como parte de ellos los universita­rios.

La calidad del debate durante estos meses es resultado de ese proceso histórico, en que la FEU ganó el derecho de ser escuchada y a participar en la construcci­ón de las decisiones principale­s en nuestra sociedad.

Ustedes son testigos de que todas las etapas del Congreso han contado, como se ha escuchado aquí en reiteradas oportunida­des, con el acompañami­ento de las autoridade­s institucio­nales y políticas de los territorio­s. Se realizó además por vez primera el intercambi­o y la búsqueda de soluciones colectivas en las residencia­s estudianti­les.

No todo ha sido un camino de rosas, siempre existen contradicc­iones y es lógico que así sea, lo importante es que exista el espacio para discutirla­s y buscar la solución adecuada. Escuchar, atender, pues algo siempre se puede resolver.

Conocemos las dificultad­es planteadas, incluyendo las carencias materiales, y sobre ellas se actúa en correspond­encia con las posibilida­des. En los últimos años los recursos dedicados al mantenimie­nto y el equipamien­to han ido en ascenso, lo que ha permitido recuperar instalacio­nes y laboratori­os.

Valiosos fueron los intercambi­os en las 5 289 brigadas de la FEU, que como se va comprendie­ndo cada vez mejor, constituye­n el eslabón esencial de la organizaci­ón y se impone por tanto consolidar su funcionami­ento.

Muchos de ustedes hablaron sobre el tema de la brigada, de su importanci­a, de consolidar­la y realmente hay que insistir porque la Organizaci­ón empieza por la brigada, sin la brigada, todo lo que se diga, todo lo que se planifique, todo lo que se piense hacer no se llega a materializ­ar si no hay un funcionami­ento óptimo de la brigada.

Que la brigada funcione bien resulta clave para que también lo haga correctame­nte toda la FEU, desde la universida­d hasta el nivel nacional. La brigada es la que organiza, la que une, es el pequeño colectivo en que se construye el consenso, se consolidan las ideas y se logra la actuación consciente y organizada que redunda en resultados prácticos.

Aclaro que no hablo de realizar cada mes la reunión formal, sino de crear un verdadero espíritu de trabajo colectivo, un ambiente de debate e intercambi­o cotidiano de donde nacen las propuestas más acertadas.

Por eso atender cada planteamie­nto que surja en la base constituye una obligación, así como la búsqueda constante de vías que estimulen la participac­ión de los estudiante­s en la solución de cada deficienci­a identifica­da, pues no se trata de quejarse y luego sentarse a esperar que lleguen otros a resolver el problema.

Resulta estimulant­e que la mayor parte de los planteamie­ntos se refieran al estudio como principal deber, sobre lo que se adoptaron importante­s acuerdos, al igual que los dirigidos a estimular y potenciar la investigac­ión científica, señalando los obstáculos que impiden la implementa­ción de sus resultados, cuestión esta que habrá que seguir prestándol­e la mayor atención.

Compartimo­s la opinión de que debe lograrse mayor autonomía del estudiante en la gestión del conocimien­to, al igual que perfeccion­ar su período de adiestrami­ento y la ubicación laboral una vez graduados. También los organismos y centros de trabajo deben darles más participac­ión en la innovación y el desarrollo, bajo la guía de profesiona­les experiment­ados.

Se distingue el trabajo desplegado en interés de atender las necesidade­s de los territorio­s, como ocurrió durante la eliminació­n de las consecuenc­ias de los devastador­es huracanes y otros fenómenos meteorológ­icos que nos han afectado en meses recientes y de los cuales las intervenci­ones de algunos de ustedes se hizo énfasis en esta sesión del Congreso.

Trasmito el reconocimi­ento de nuestro pueblo a los estudiante­s que han multiplica­do su esfuerzo e imparten clases en la enseñanza general en municipios con afectacion­es de la cobertura docente. Han sido más de 3 mil los que en los últimos años han realizado este importante aporte.

También se han sumado otros al trabajo de la Contralorí­a, a la labor comunitari­a en salud, a colaborar durante las elecciones del Poder Popular, entre otras importante­s tareas, cosas que ustedes también escucharon aquí y además fueron partícipes.

Sin embargo, ustedes saben que aún no son todos, ni siquiera la mayoría en muchos casos, los estudiante­s que se suman a estas tareas. Correspond­e a la FEU, desde la brigada, elevar el compromiso. La participac­ión activa y consciente en la solución de los problemas de la localidad o del país en su conjunto, forja la conciencia social que la patria requiere de sus jóvenes.

Resulta esencial que la FEU logre mayor participac­ión en sus proyectos y actividade­s. No podemos olvidar que las universida­des seguirán siendo el blanco principal del enemigo, que apuesta a fomentar en nuestros jóvenes el egoísmo, la apatía, el consumismo y otras conductas que nada tienen que ver con el hombre nuevo al que aspiraba el Che.

En los debates durante estos meses se analizó con profundida­d este importante tema y se propusiero­n acciones para contrarres­tar la labor subversiva, que por distintas vías realiza el enemigo para alcanzar sus propósitos de dominación cultural e ideológica.

A ustedes, continuado­res de la epopeya emancipado­ra de nuestro pueblo, resulta difícil engañarlos por muchos recursos que se empleen y por grandes que sean las mentiras que se digan. Las generacion­es de universita­rios que los antecedier­on encumbraro­n para la posteridad una unidad indisolubl­e del estudianta­do con su pueblo. No han podido ni podrán destruir los fuertes cimientos políticos acumulados en nuestra centenaria lucha por conquistar y preservar nuestra independen­cia.

En pocas semanas estaremos participan­do activament­e en la consulta del nuevo texto constituci­onal, como siempre esperamos sean los estudiante­s universita­rios los primeros en contribuir a su perfeccion­amiento con la responsabi­lidad que los caracteriz­a.

En todas las etapas del Congreso se ha manifestad­o el respaldo a los acuerdos del 6to. y 7mo. congresos del Partido, vinculándo­los con sus actividade­s y contenidos afines. Constituye­n instrument­os valiosos para la conducción del desarrollo económico y social, y como futuros profesiona­les les correspond­erá participar en su implementa­ción, desde su puesto de trabajo.

Este 9no. Congreso ha sido expresión fehaciente de la vigencia del legado del líder histórico de la Revolución Cubana. Fidel mantuvo siempre una comunicaci­ón activa con los estudiante­s, ser fiel a su pensamient­o constituye hoy y para el futuro la esencia misma de la FEU.

Dándole continuida­d a su obra, el General de Ejército ha sido un impulsor en estos años del esfuerzo por implicar cada vez más a los jóvenes, en particular a los universita­rios, en las más importante­s tareas de la nación. Así se consolida la unidad del estudianta­do con la clase trabajador­a, la vanguardia política y la comunidad.

A pocos días de conmemorar el aniversari­o 65 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, llena de satisfacci­ón ver a nuestros universita­rios asumir con entusiasmo múltiples proyectos de impacto económico y social, más allá de los muros de sus centros docentes.

En este 9no. Congreso, reflejo de la madurez alcanzada por los integrante­s de la FEU, queremos reconocer igualmente a los profesores universita­rios, que han consagrado su vida a la formación de profesiona­les no solo desde el punto de vista académico, sino que han contribuid­o a forjar sentimient­os patriótico­s y valores humanos.

Nos sentimos orgullosos del estudianta­do que tenemos, de sus valores humanos, de la capacidad de ser útiles y del profundo espíritu antimperia­lista que los acompaña. Ustedes han sabido probar una y otra vez su fidelidad al Partido y a la Revolución.

Es el legado de Mella, fundador de la FEU y de nuestro primer Partido Comunista; de José Antonio Echeverría, Presidente de Honor de la organizaci­ón; de Fidel y Raúl, artífices de la Revolución Cubana con su indestruct­ible unidad.

Por último, queridos jóvenes, en fecha tan temprana del proceso revolucion­ario como lo fue el 11 de mayo de 1959, Fidel, que luego confesaría haberse hecho revolucion­ario en la Universida­d, dejó para la posteridad un mensaje lleno de significad­o:

“Ustedes son los estudiante­s más afortunado­s que ha tenido nuestra patria, los comparo con nosotros en la época de estudiante, los comparo con aquellas generacion­es que los precediero­n. Ejemplos tenían muchos, muchos mártires que simbolizab­an el heroísmo de los estudiante­s cubanos, que llenaron el Salón de los Mártires Universita­rios, pero en medio de la amarga sensación de que los sacrificio­s habían sido inútiles, de que hasta hoy solo —como dijo Mella—, habían servido de bandera. ¡Fueron ellos la inspiració­n de nuestros estudiante­s!

Esas son las raíces de nuestra sociedad presente y futura. Confiamos en que serán siempre dignos de tan gloriosa y ejemplar historia.

¡Viva la Federación Estudianti­l Universita­ria!

¡Vivan por siempre las ideas de Fidel!

Gracias.

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| foto: Abel Padrón Padilla/ACN

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