Debate honesto y transparente
de situaciones climatológicas adversas. El pueblo cubano sabe que este es un momento trascendental de su historia.
Muchos trabajadores llevan sus intervenciones escritas, muy bien pensadas, con ideas lógicas, lo que evidencia estudio, razonamientos e interiorización de los asuntos que tratan. Esas actitudes son expresión de conciencia ciudadana, de haber entendido que en este proceso están decidiéndose presente y futuro de la nación.
Es frecuente encontrar notas al margen del texto, escritas con letra casi ilegible y muy personales, es visible la huella del uso en los ejemplares del documento.
En estos debates nadie se limita, ni cuando están presentes ministros, dirigentes y hasta Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, tal como sucedió en la empresa Traviesa o la Escuela Vocacional Ernesto Guevara, donde se produjeron en cada una de estas más de una docena de intervenciones y en las que se discrepó, se compartieron criterios, aclaraciones se dieron opiniones con total libertad, se realizaron propuestas, en un ejercicio de democracia participativa, honesta y transparente.
Estos debates robustecen la Constitución que será aprobada, el pueblo se convierte en verdadero constituyente, se dan elementos para su futura implementación, para conformar las leyes, para saber por qué camino anda la sociología del cubano y hacia donde dirigir los tratamientos de las temáticas, así como los nuevos argumentos que deben incluirse.
Evidentemente el texto que saldrá de este debate popular será mejor que el que se presenta, estará enriquecido con el pensamiento colectivo, con el sentido común de un pueblo que sabe que está siendo protagonista de un proceso auténtico, quizás inédito en el mundo.
Es un pueblo que desde estos debates se expresa y defiende con emoción la Revolución, el socialismo, el ideario martiano y fidelista, ese ideario que es un patrimonio intocable: gran fuente de derecho que nadie puede dividir.