La reñida porfía que ganó Quiñones
El desarrollo turístico del destino de Varadero mucho debe a trabajadores como René Andrés Quiñones Hidalgo, uno entre los tantos hombres con más de un cuarto de siglo construyendo hoteles allí, en el principal enclave de sol y playa de la Mayor de las Antillas.
A la dicha de contribuir al crecimiento, desde la raíz misma, de la estratégica planta de ocio, una alegría especial fragua en su vida. Por primera vez participará en un congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), reunión a la que asistirá por vía directa, mérito que solo corresponderá a siete de los 83 integrantes de la delegación yumurina a la magna cita.
En segunda vuelta, debido al empate inicial, se decidió un cupo que bien pudo merecer Ariel Cervantes, también contendiente en una porfía decidida por solo cuatro dígitos a favor de Quiñones Hidalgo. “Entre 25 precandidatos, cualquiera de los dos pudo ser. Finalmente salí yo, y el resultado me pone muy feliz”, confesó desde la sorpresa de saberse vencedor.
“Haber sido propuesto y luego quedar electo, es consecuencia de que confiaron en mí. Soy dirigente, conozco los problemas de los trabajadores, lo que facilita plantearlos al nivel correspondiente… Quizás eso determinó”, dice, al referirse a los empleados del hotel Internacional, edificación donde se desempeña en el cargo de jefe de fuerza de trabajo. A la relevancia de la obra atribuye la designación entre los centros para elegir delegados directos, “por constituir un objetivo económico del país, por ser la inversión más importante de Varadero y por su historia”, valora orgulloso. “Aquí estuvo el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al triunfo revolucionario. También muchos turistas le cogieron amor y deseosos están de volver a hospedarse en la nueva instalación, que dispondrá de elevado confort”.
Con una auténtica felicidad, difícil de esconder, afirma que “en el Internacional he podido transmitir mi experiencia de 34 años como constructor”, un andar iniciado en la Central Termonuclear, en Cienfuegos, donde trabajó hasta inicios de los años noventa, cuando pasó a laborar a Varadero. | Juanita Perdomo Larezada