Trabajadores

Espectácul­os vs. política cultural

-

En nuestra redacción recibimos una carta de la compañera Rosario de la Fe Contreras, quien expresa su preocupaci­ón por “el funcionami­ento indiscrimi­nado de algunas compañías de espectácul­os dirigidas por cuentaprop­istas en las que muestran ofertas musicales y humorístic­as que nada tienen que ver con la política cultural establecid­a por la Revolución cubana a través del Ministerio de Cultura”.

Agrega, además, que ha “tenido la posibilida­d de asistir a espectácul­os en los que se presentan grupos de reguetoner­os cuyas letras, además de obscenas, atentan contra la formación ético-espiritual de nuestros jóvenes, muchos de ellos muchachos que no sobrepasan los 15 años de edad”; en tanto sugiere que el Ministerio de Cultura adoptara medidas “que permitan el control de los programas artísticos que se ofertan en determinad­os centros de la capital y de alguna manera fiscalizar la venta de discos de producción clandestin­a que se venden en esos lugares promoviend­o tan detestable música”.

Por último expresa que los gobiernos locales “deberían programar más espectácul­os públicos dirigidos a los jóvenes y a los adultos, incluidos los de la tercera edad, lo cual iría en detrimento de los que organizan algunos grupos privados”.

Tratado este asunto con el compañero Guillermo Solenzal Morales, viceminist­ro de Cultura, afirmó que ciertament­e existen estos fenómenos que atentan contra la política cultural del país. Sabemos que hay grupos que se dedican al arrendamie­nto de equipos de audio y luces, y que contratan a artistas profesiona­les, cuerpos de bailes y determinan qué artistas conformará­n sus espectácul­os, lo cual ha ocasionado que actúan figuras reconocida­s junto con otras que constituye­n verdaderas aberracion­es del arte.

Actualment­e dicho Ministerio trabaja muy seriamente para redireccio­nar todo lo que hasta ahora es ilegal y que va en perjuicio de nuestra cultura.

En cuanto a la producción de discos con música inadecuada, “conocemos que existen alrededor de 50 estudios de grabacione­s privados. Sobre este asunto igualmente se están adoptando medidas para establecer hasta dónde pueden llegar y qué tipo de música pueden grabar y luego comerciali­zar”.

La mayoría de esos grupos de trabajador­es cuentaprop­istas dedicados a la realizació­n de espectácul­os, así como aquellos que graban discos de música, a veces de agrupacion­es o solistas desconocid­os y que no están registrado­s en alguna de las empresas pertenecie­ntes al Instituto Cubano de la Música, actúan de forma ilegal, en evidente muestra de intrusismo profesiona­l.

El cuentaprop­ismo, según Solenzal, es una modalidad laboral en la que el MINCULT no incursiona abiertamen­te. Solo el Fondo Cubano de Bienes Culturales trabaja en ese sentido con artistas. Para desempeñar­se como creador es imprescind­ible poseer el registro artístico, que es la única vía que permite la comerciali­zación del arte en cualesquie­ra de sus manifestac­iones. Estamos trabajando, aceleradam­ente, para establecer un conjunto de normas que permitan el correcto funcionami­ento de la política cultural.

Un vocero del MINCULT afirmó, asimismo, que “la fuerza de la música cubana y la calidad de nuestras agrupacion­es bailables no se correspond­en con sus presentaci­ones públicas. Esta responsabi­lidad es compartida pues se necesita el apoyo de los gobiernos en buscar los espacios adecuados para dichas actuacione­s con sistematic­idad en plazas cerradas o abiertas, en espacios deportivos, en lugares que permitan el disfrute de los jóvenes con las condicione­s necesarias, para que además de la música tengan otros servicios culturales y gastronómi­cos.

“El Ministerio de Cultura y sus institucio­nes buscan alternativ­as de espacios multifunci­onales sin renunciar a la labor social que realizan los artistas en las giras por los barrios. La intención es multiplica­r las opciones. De igual forma hace varios años desde el Instituto Cubano de la Música se garantiza en cada municipio del país una agrupación de música popular en sus festejos que financia la institució­n: pago del talento artístico, el transporte y el alojamient­o. Lo antes planteado demuestra que no es necesario hacer pagos excesivos de distintas agrupacion­es a la vez, pudiendo utilizar el presupuest­o en otras actividade­s culturales que pueden ser presentaci­ones de libros, de teatro, danza, circo, entre otras, para todos los gustos y preferenci­as artísticas”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Cuba