Lo mejor está por llegar…
Bakú.— Vencida la cuarta jornada y luego de haber competido la mitad de los cubanos previstos a hacerlo, las preguntas saltan en redes sociales y correos electrónicos a quienes estamos junto a ellos aquí y a todos sus seguidores por el país: ¿Llegarán las medallas? ¿Se extenderá la racha de regresar al menos con una presea, que data desde la cita de Belgrado 1989? ¿Está tan duro el mundial o ha bajado nuestro judo en cuanto a grandes resultados?
Con esas interrogantes fuimos a ver a cuatro protagonistas y estas fueron sus respuestas, sin cortapisas, cual realidad dura, real y a la vez esperanzadora, porque si algo tienen crecido nuestros deportistas es el valor y el esfuerzo en cada torneo, por más que sus contrarios los superen en condiciones materiales, dinero e instalaciones.
“Este año me siento muy bien. No tengo ninguna lesión, ni molestia y espero tener un buen mundial. Quizás no sea el Asley del 2011 al 2013, pero he alcanzado una excelente forma física y he tenido una buena cantidad de randoris, sobre todo en la última etapa. Del sorteo nunca me gusta hablar porque suena a justificación. Vamos a buscar la medalla y más puntos para la clasificación olímpica”.
(Asley González, 90 kg, compite este lunes)
“Hay quien me pregunta a través de Facebook por la primera pelea con la coreana, pero solo les respondo que estoy tranquila. Es cierto que es la actual campeona mundial, pero ella sabe también quién soy yo. He bajado de peso y he ganado en rapidez. Hacia el futuro hay que repensar muchas cosas que estamos haciendo en cuanto a los lugares donde deben hacerse las bases de entrenamiento. Eso define bastante de cara al nivel que tiene el judo hoy”.
(Idalis Ortiz, +78 kg, subirá al tatami el miércoles)
“La rivalidad entre Asley y yo ha sido beneficiosa para el equipo y para ambos. He tenido un buen año y no quiero irme de este Mundial sin medallas. Ningún rival es fácil o difícil, todo está en la preparación, la concentración y la táctica correcta. Soy joven, pero mi meta también es ir a unos Juegos Olímpicos”.
(Iván Silva, 90 kg, peleará también hoy)
“Ni en los campeonatos mundiales ni en los juegos olímpicos se alcanza una medalla por casualidad. Hemos estado fuera de Cuba entrenando en Hungría por espacio de un mes y todos queremos hacerlo bien y ganar medallas. Este es mi último ciclo olímpico y estoy enfocada en eso, clasificar para Tokio y subir al podio. He visto un evento de calidad y se nota que los países le están poniendo mucho dinero al judo. Por Cuba, lo mejor está por llegar…”.
(Kaliema Antomarchi, 78 kg, debuta el martes)
El periodista guardó sus notas, la grabadora y se sumó a la Sala Deportiva Nacional de Gimnástica a encontrar y esperar la esencia de esas palabras, de tanto talento para podios mundiales. Bakú.— Este domingo por vez primera llovió aquí desde que llegaron los equipos cubanos hace una semana. Y también por vez primera en muchos años, a Maylín del Toro (63 kg) le falló el despertador el día que le tocaba competir. Sin embargo, la lluvia y el sobresalto, unidos a su buena preparación física y técnica, le dieron un meritorio quinto lugar, lo mejor por Cuba hasta ahora en la XXXVI edición del Campeonato Mundial de Judo.
Camino a la Sala Deportiva Nacional de Gimnástica, la santiaguera iba repasando cada una de sus ideas para enfrentar la lid. Como es costumbre en muchos judocas, guardan en sus teléfonos videos de los contrarios a enfrentar, en este caso más necesario, pues a la postre, de las cinco rivales que tuvo, solo con la campeona olímpica, la eslovena Tina Trstenjak, había combatido en febrero pasado, cuando salió con la victoria.
Y la historia de la también bronce mundial juvenil del 2013 se tejió este 23 de septiembre con dolor en uno de sus tobillos. Decirlo engrandece, con justicia, sus victorias frente a la camerunesa Helene Wezeu Dombeu por ippon; ante la primera eslovena que encontró en su camino, Andreja Leski (5.a del ranking del orbe), a quien derrotó por wazari en regla de oro; y contra la austriaca Katharina Haecker, vencida también en tiempo extra por un clarísimo wazari que hizo pensar en lo cercano del bronce.
Las derrotas llegaron por una sola vía: ippon por inmovilización. La primera discutiendo el pase a semifinales cuando la alemana Martyna Trajdos (6.a del ranking), y la segunda, al final decisiva, con la mencionada monarca olímpica, que tomó así desquite de lo sufrido siete meses atrás.
Tocó entonces al periodista ir a la zona mixta y preguntarle en medio del dolor, el llanto y la impotencia por su valoración de lo que rubricó en su mejor resultado en tres participaciones mundialistas. “Salí a ‘matar’ a todas mis contrarias y fui pelea a pelea, sin importarme el nivel o los títulos que tenían. Quería la medalla porque no salí feliz con el bronce de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y sentía que podía. Además, se lo había prometido a mi familia y el apoyo de ellos y de mi entrenador Félix Portuondo ha sido incondicional. No obstante, un quinto lugar y sobre todo mis demostraciones hacen que ahora llore de impotencia, porque la tuve muy cerca”, comentó con lágrimas incontrolables.
Quizás la lluvia y el sobresalto fueron guardianes de este empeño de Maylín. Nadie como ella sabe que hay tiempo para el desquite. De momento sumó ya 720 puntos hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.