Proteccionismo de EE. UU. amenaza al mundo
la integración y la cooperación, particularmente en América Latina y el Caribe.
Romero explicó que a pesar de la crisis integracionista latinoamericana, los países de la región comprenderán, a la larga, que son más las cosas que los unen, que las que los separan.
El Profesor Titular recordó que Trump ha privilegiado el bilateralismo y que una relación sobre la base de negociar directamente con Estados Unidos normas, reglas o principios e instituciones es el peor de los escenarios posibles para América Latina: los países pequeños, subdesarrollados, con grandes asimetrías con la nación del norte tendrán la capacidad de negociación muy reducida, aseveró.
De ahí las ventajas de la integración: si tuviéramos un organismo económico de alcance regional hubiéramos tenido un foro que representara nuestros intereses frente a actores globales como Estados Unidos, argumentó.
Más allá del Atlántico
En opinión de Romero las relaciones comerciales entre la nación del norte y Europa —intercambio trasatlántico más importante después de la II Guerra Mundial— está en crisis a partir de la llegada de Trump al poder.
Recordó que ese Presidente llegó a plantear que el llamado Viejo Continente forma parte de los enemigos de Estados Unidos, aunque la región del este tiene la ventaja de la Unión Europea (UE) pese a las contradicciones que existen hacia el interior del bloque comunitario como pueden ser la salida de Reino Unido y los efectos económicos que les ha ocasionado la llegada masiva de inmigrantes.
La UE, dijo, es un espacio donde se adoptan las decisiones por consenso, posee un mercado interno unido no despreciable —unos 500 millones de habitantes— y normas comunes que regulan la actividad económica al interior.
Otro de los blancos de ataque de la política comercial de EE. UU. es la Organización Mundial del Comercio (OMC), institución creada a instancias de esa propia nación, a la que Trump deslizó una velada amenaza.
La realidad es que la OMC está en crisis, significó el decano. Existe una proliferación de acuerdos multilaterales, plurilaterales, bilaterales y de libre comercio. Desde su inicio muchos países violaban sus compromisos, pero un mundo sin ese organismo, no obstante sus imperfecciones, será más injusto, remarcó.
Según el último reporte del 2018 de la OMC, en términos generales los países miembros han aplicado 11 medidas proteccionistas cada mes, muestra del notable incremento del aislacionismo. Eso no es positivo para la economía ni para el bienestar ni, por supuesto, para la paz mundial, agregó.
Ante un escenario de una OMC sin Estados Unidos se asestaría un golpe al sistema multilateral de comercio y a su propia existencia, lo cual no significa que desaparecería el organismo, pero su razón de servir como foro de negociación se vería erosionado.