Poniendo de nuevo el candado después del robo

Hay cosas que uno no alcanza a comprender.

Cómo es que si hay una ley de tránsito acompañada de reglamentos entre los cuales se prohíbe la circulación de motocicletas y vehículos de carga por túneles y elevados, la autoridad encargada de hacerla cumplir y que nunca lo ha hecho, en vista del tiroteo del que fue víctima un ciudadano en el elevado de la avenida 27 de Febrero hace unos días, anuncia al país la brillante creación de un “equipo águila” para controlar esa situación. De nuevo a poner el candado después del robo.

Desde que fue creada la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) hemos visto a miembros de esa institución apostados en las entradas y salidas de los túneles y elevados, pero con la única instrucción de controlar el tránsito, nunca como garantes del cumplimiento de la ley, porque es común y sucede a la vista de todos, que aquellos vehículos transitan por esas vías ante la indiferencia de esos agentes.

Estamos seguros, partiendo del hecho de que la autoridad no actúa como lo ordena la ley ante las infracciones de tránsito, o peor aún, porque es lo que mantiene ese desorden, ante la cultura de la indiferencia, de que ese equipo tampoco será el que hará cumplir dicha ley.

Repito, es porque existe la cultura de la indiferencia.