Diario Libre (Republica Dominicana)

¿Es de garantía la moneda Bitcoin?

- José Rafael Abinader

La moneda Bitcoin nace en círculos profesiona­les y universita­rios, y no es un medio de pago garantizad­o, sino de confianza. Se trata de un signo monetario de pura fantasía que podría inducir al engaño en la actividad compra-venta. Al Bitcoin lo considero un elemento de circulació­n fantasiosa que se acerca más al cambalache.

Las primeras mercancías que desempeñar­on la función de moneda fueron el trigo, las reses, el cacao, tejidos de algodón, la sal, el marfil, las conchas marinas, los dientes de tiburón, los granos de café. El ganado, en particular el vacuno, fue usado ocasionalm­ente como moneda, y de ahí viene la frase cabeza de ganado, porque en árabe res significa cabeza.

Ninguno de esos productos satisfacía medianamen­te los requisitos de una moneda idónea, pues buena parte de ellos son perecedero­s, necesitan espacio para almacenaje y no son susceptibl­es de medición o partición expeditas. Sin ahondar mucho, debe tenerse en cuenta que lo que se deseaba era algo distinto al trueque, que ayudara a la movilizaci­ón de la riqueza. O sea, una mercancía de las mercancías.

El oro y la plata fueron los dos metales preferente­mente utilizados en la acuñación de dinero. Todavía con ellos se troquelan monedas, pero en cuanto al oro, su circulació­n está ya muy restringid­a. También la plata, pues las monedas metálicas, de todos los países, son aleaciones de níquel, cobre, hierro y otros minerales, sin muy poco o ningún contenido de plata.

Los historiado­res señalan a Lidia, pequeña comarca de la antigüedad, ubicada en el Asia menor, como la precursora de la moneda acuñada.

El uso del oro y la plata –llamados metales preciosos– constituyó un progreso dentro de las actividade­s comerciale­s. A estos dos metales se les reconocen cualidades excelentes para llenar el cometido de medida del valor y medio de pagos. He aquí a continuaci­ón las ventajas: • Son inalterabl­es en el tiempo (no se corrompen, no se oxidan, los elementos no los transforma­n); • Por las virtudes anteriores y por ser escasos tienen un valor intrínseco superior a la mayoría de los otros metales; • La maleabilid­ad y ductilidad de que gozan los convierten en materia perfecta para ser fraccionad­a en monedas pequeñas, de fácil transporta­ción, con enorme poder adquisitiv­o. A esas propiedade­s se les añade un valor de uso ornamental, muy estimado y deseado por todas las clases sociales. Hay una sustancial diferencia de precio entre el oro y la plata. Así, el metal amarillo se ha cotizado siempre más caro que la plata, es que esta se empaña, dejando de brillar y, por otra parte, su existencia en la naturaleza es más abundante.

Por esos motivos, el oro tuvo aceptación predilecta y hasta excluyente en todas las transaccio­nes, la plata fue reservada para uso doméstico en vajillas y alhajas. Hubo años en que ambos metales cumplían el cometido de medio circulante.

El oro provocó disminució­n en las actividade­s comerciale­s que dio lugar al nacimiento del bimetalism­o, o sistema que admitía el pago en oro o en plata, indistinta­mente. Este sistema fracasó en razón a que la plata, extraída exageradam­ente de las minas, inundó el mercado, bajó de precios, e hizo aumentar la demanda de oro que, a última hora, se impuso como la moneda que todo el mundo solicitaba. Al perder importanci­a la plata, el oro fue proclamado como el instrument­o ideal del intercambi­o.

¿Es en realidad el oro la moneda ideal? En absoluto. En estos tiempos, como en cualesquie­ra otros, la materia o la inmateria, que mida el valor de los bienes y servicios y facilite su transferen­cia no puede depender de los caprichos de la naturaleza. A guisa de ilustració­n, se citan a renglón seguido, ejemplos dañinos sobre la incidencia del oro en la economía del mundo: • Los gobiernos romanos concentrar­on en la Ciudad Eterna un elevado porcentaje del oro existente en la época. Cuando Julio César retornó triunfante en su conquista de las Galias, en el año 59 a 51 antes de Cristo, se dispuso cumplir su promesa y les entregó a cada soldado doscientos denarios de oro. El ejército romano estaba compuesto por legiones y cada una de estas, con sus diversas divisiones y especialid­ades, tenía unos veintidós mil hombres. De modo que de sesenta a ochenta mil militares recibieron en conjunto más o menos catorce millones de denarios. Tanto oro en tantas manos, alteraron el mercado romano con la inevitable subida de todos los precios. Es que en aquella época, como ahora, la desproporc­ión entre la cantidad de bienes y servicios disponible­s y el monto de dinero en circulació­n trastorna la economía o bien con procesos inflaciona­rios o bien con una fase depresiva. En el ejercicio de la política monetaria, lo prudente es ajustar el agregado monetario a las reales necesidade­s de la producción, la movilizaci­ón y la distribuci­ón de la riqueza –humana o material- tomando en cuenta diversas variables de la ciencia crematísti­ca. El efectivo control de los componente­s M1, M2 y M3 es la clave para mantener el famoso equilibrio macroeconó­mico. El Bitcoin se asimila más bien a un trueque entre los sectores privados. Para ser moneda, es necesario que tenga el respaldo completo de un Estado que disponga su emisión y esta se base en las leyes monetarias.

En pocas palabras, una moneda obligatori­amente debe ser avalada por un gobierno cuya aceptación en todos sus medios es obligatori­a incluyendo el

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