Diario Libre (Republica Dominicana)

Twitter lucha para convertir tuits en tesoro

Desde Trump hasta el Súper Tazón, los fieles usuarios demuestran estar más comprometi­dos que los anunciante­s

- Por Matthew Garrahan

Casi todos los días, poco antes de las 7 a.m. hora de Washington, Donald Trump toma su teléfono inteligent­e, escribe un tuit y enloquece a los medios de comunicaci­ón internacio­nales. Sus comentario­s a menudo dictan la agenda informativ­a del día.

Los arrebatos en Twitter del presidente estadounid­ense, ya sean en la mañana, durante el día o tarde en la noche, generan millones de reacciones en línea, desde la adulación hasta la condena y la indignació­n. Pero no le han dado un impulso significat­ivo a Twitter, que continúa luchando a la sombra de sus primos mucho mayores y de más rápido crecimient­o, Google y Facebook.

Las acciones de la plataforma se han mantenido relativame­nte estables durante dos años a causa de las preocupaci­ones de los inversioni­stas de que su crecimient­o de usuarios se ha paralizado. Después de su más reciente informe de ganancias el mes pasado, el precio de las acciones cayó cuando Twitter reveló que no había sumado ningún nuevo usuario del primer trimestre al segundo.

Sin embargo, si los niveles de participac­ión de usuarios determinar­an su valor, Twitter sería un gran éxito. No está claro cuántos de sus 328 millones de usuarios son “tuiteros” prolíficos, pero un rápido análisis del sitio los días de noticias importante­s — como las secuelas de la violencia por parte de nacionalis­tas blancos en Charlottes­ville el pasado fin de semana, o durante un evento importante, como el Súper Tazón o los Oscars — muestra cuán estrechame­nte se ha insertado Twitter en la vida pública.

Este nivel de profundo compromiso debería tener un valor claro para los anunciante­s. Los editores y las marcas han intentado forjar conexiones más profundas y personales con los consumidor­es en lugar de esperar pasivament­e a que vean un anuncio en línea. Con los millones de usuarios que comentan diariament­e noticias, deportes y espectácul­os, Twitter debería, al menos en teoría, ser muy atractivo para los anunciante­s.

Como medio de comunicaci­ones, tiene un poder innegable. Los tuits pueden afectar los mercados, acabar carreras políticas, hundir compañías y desencaden­ar revolucion­es. Pero sus acciones estancadas y el valor atribuido a Twitter por parte del mercado no reflejan la amplitud de su alcance y potencia. Esto plantea una pregunta: si Twitter no puede convertir su participac­ión de usuarios en éxito financiero, ¿cómo lo harán los editores de noticias?

Los sitios de noticias de todo el mundo han erigido muros de pago para compensar la disminució­n de las ventas de periódicos y la disminució­n de los ingresos publicitar­ios. Twitter, que no tiene ningún muro de pago, no sufre de estos problemas. Es una plataforma abierta que, al igual que Facebook, utiliza la magnitud de su base de usuarios para impulsar las ganancias publicitar­ias. Pero los inversioni­stas le han puesto una prima al número de personas que utilizan las redes sociales — en lugar de centrarse en su nivel de participac­ión — que es la razón por la que Facebook, con su creciente base de 2 mil millones de usuarios, tiene un valor cercano a los US$500 mil millones y Twitter menos de US$12 mil millones.

Dado que su base de usuarios ha dejado de crecer, ¿podría algún tipo de modelo de suscripció­n hacer que el precio de las acciones de Twitter aumente nuevamente?

También ha habido especulaci­ones — pero no hay pruebas concretas — de que la compañía podría introducir un día suscripcio­nes destinadas a sus usuarios más activos. Dicha medida podría crear un flujo de ingresos secundario y darles a los anunciante­s más datos de usuarios para minar y explotar.

Sin embargo, es difícil ver que un modelo de suscripció­n más amplio de Twitter funcione en la práctica. Puede que no sea una red social tan grande como Facebook, pero su escala es clave para su atractivo: un tuit divertido, informado o revelador vuela alrededor del mundo en cuestión de minutos porque es compartido por una red que abarca más de 300 millones de personas. Eso es lo que hace que sus usuarios vuelvan una y otra vez. Pregúntele a cualquiera que esté atento al último drama de la Casa Blanca… o del hombre que vive allí. 

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