La crisis humanitaria

Le escribo para exponer lo que, a mi entender, constituye el verdadero problema, la más grande crisis que enfrenta el pueblo dominicano.

En nuestro país existe una profunda crisis humanitaria: un despliegue de egoísmo de proporciones manifiestamente peligrosas (los últimos casos de jóvenes asesinadas vilmente lo confirman). Su obra infraestructural en materia de escuelas es incuestionable, pero como ciudadano quisiera que usted medite en mis palabras: hace falta educar al pueblo en lo esencial. Hace falta inculcar virtudes; enseñar moral, fomentar el amor al prójimo, la igualdad de género, el respeto a los animales, la cortesía y la hermandad. El pueblo se ha mantenido alejado de estas cuestiones porque todos los gobernantes se han preocupado por dar “pica pollo y quinientos pesos”, pero nadie ha tenido la vi- sión de educar al pueblo dominicano, la transformación de la sociedad arrancando, primero, la raíz del problema: la falta de educación humana.

Por respeto a su legado como presidente y, si usted quiere, a la nación, aporte su granito de arena para el cumplimiento de la petición de este humilde servidor. Quizás con programas educativos o anuncios televisivos que fomenten la lectura, así como la formación humana que tanto nos hace falta. Bríndese el lujo de plantar la semilla del verdadero cambio en la sociedad, y le aseguro que nadie podrá poner objeción a sus medidas de erradicar la “crisis humanitaria” dominicana. Por último, esa formación humana se hace muy necesaria también en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.