Diario Libre (Republica Dominicana)
La salud cardiovascular debe empezar en la infancia
“Cuanto mejor podamos equipar a nuestros niños para que tomen decisiones saludables, mayor salud cardiovascular tendrán en el futuro. Y aquellos que preserven su salud cardiovascular hasta la mediana edad, vivirán más y mejor”. Un estudio publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes demuestra que la prevención no solo debe empezar cuanto antes, sino que además tiene sus recompensas a largo plazo. La publicación pone de manifiesto que el declive en la salud cardiovascular puede comenzar en la infancia, y esto, probablemente, impactará negativamente en la salud del futuro adulto. La enfermedad coronaria es consecuencia en su mayor parte de estilos de vida poco cardiosaludables. La hipertensión arterial, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, la hipercolesterolemia y la diabetes mellitus guardan relación directa con el estilo de vida de cada individuo. Datos recientes apuntan a que estos hábitos de vida se adquieren a edades tempranas de la vida, concretamente alrededor de los 3-8 años y que, además, persisten en la transición a la vida adulta. Por lo tanto la promoción de la salud cardiovascular en la infancia representa una gran oportunidad para la prevención primaria, particularmente en países emergentes donde se está sufriendo un cambio importante en comportamientos relacionados con la salud. La estructura para implementar estas estrategias debería incluir programas escolares y comunitarios que promuevan la actividad física y la nutrición cardiosaludable para combatir la carga de enfermedades crónicas asociadas a la vida sedentaria y la obesidad. El consumismo desmesurado y su influencia en nuestros hábitos y comportamiento, los intereses económicos de la industria alimentaria, la poca capacidad de los organismos reguladores para incidir en estos aspectos, las crecientes desigualdades sociales y culturales y en general la escasa comunicación entre los sectores involucrados en la regulación y el control de nuestra salud son algunos de los determinantes que nos conducen a llevar una vida poco saludable y ser víctimas de una serie de enfermedades crónicas. Es alarmante la incidencia de obesidad infantil entre los más pequeños, una enfermedad que a la vez provoca que patologías hasta ahora consideradas de adultos estén dándose en niños. Para evitarlo, debe haber una relación saludable del niño con la alimentación desde el momento en que nace, e incluso antes a través de la nutrición en el embarazo. La prevención de la salud física y mental de nuestros hijos es parte de la educación que les transmitimos. Tan importante es que sepan pedir “por favor” como que se alimenten saludablemente, practiquen ejercicio o sepan gestionar sus emociones.
¡Cuida de ti y de los tuyos!