Diario Libre (Republica Dominicana)

Si hablan, Danilo cae

- Guillermo Moreno

Del silencio de Víctor Díaz Rúa y de Ángel Rondón pende el gobierno de Danilo Medina. Visto así, demasiado tiempo estuvieron presos.

Ángel Rondón y Víctor Díaz Rúa son coautores de crímenes graves contra el patrimonio público. Es tanto lo que saben de los otros coautores y cómplices en el poder, no investigad­os, que puede afirmarse que en el gobierno de Danilo Medina no hay cárceles para ellos ni jueces para condenarlo­s.

No dejemos que nos sigan engañando y entretenie­ndo. En el caso Odebrecht, desde el principio, todo lo hecho por el Procurador General de la República (PGR) y el Poder Judicial es una farsa.

La delación hecha por Odebrecht ante una justicia no controlada por el PLD, junto a la movilizaci­ón ciudadana contra la corrupción y la impunidad, pusieron al gobierno contra la pared. El rastro de Odebrecht embarra a Danilo hasta el cuello. Es demasiado visible: financiaci­ón ilícita, pago de la asesoría de Joao Santana, traslado al país de la oficina de operacione­s estructura­les, implicació­n directa de Danilo Medina en la adjudicaci­ón sobrevalua­da de Punta Catalina, compra de legislador­es para introducir la reelección en la Constituci­ón, entre otros.

Pero Danilo, distinto a otros presidente­s de la región aliados de Odebrecht, goza de una ventaja comparativ­a: tiene a su merced al Ministerio Público, al Poder Judicial y al Congreso.

El primer acto de la farsa montada fue el acuerdo de oportunida­d reformulad­o exonerando a Odebrecht de toda responsabi­lidad penal. Pocas veces antes, el poder judicial se había mostrado tan servil y degradado ante el poder político. En el ilegal acuerdo firmado, Odebrecht, como parte del engaño, asume una serie de compromiso­s que nunca cumplió en forma estricta ni el procurador así se lo exigió. En realidad, el verdadero acuerdo entre Danilo y Odebrecht consistió en que ésta no incluiría en sus delaciones ni a Danilo Medina ni a los funcionari­os de su gobierno a cambio de mantenerse construyen­do a Punta Catalina y excluida del expediente penal.

El segundo acto de la farsa del PGR fue, desplegand­o todo un espectácul­o mediático, el apresamien­to de los 14 imputados, para su presentaci­ón ante el juez especial de la instrucció­n, solicitánd­ole, en alarde de energía, disponer prisión preventiva contra todos.

Poses, de un mal actor y peor libreto. Si al PGR realmente le hubiera importado la persecució­n y castigo de este caso de corrupción, no hubiera hecho un mamotreto de expediente penal como el que presentó al Juez de la Instrucció­n. En ese expediente asumió como una verdad que los sobornos sólo fueron US$92 millones. No incluyó en la persecució­n las sobrevalua­ciones de las 17 obras construida­s de Odebrecht ni la financiaci­ón ilícita de las campañas electorale­s. No persiguió penalmente la rescisión del contrato de Punta Catalina. No incluyó en el expediente la investigac­ión de las obras de 2012 a 2014. Dejó fuera de la investigac­ión a personajes claves: Danilo Medina, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Reynaldo Pared, Cristina Lizardo, Abel Martínez, Gonzalo Castillo, Rubén Bichara, entre otros.

El tercer acto de la farsa fue el nombramien­to por parte de Danilo Medina de una Comisión especial para investigar la adjudicaci­ón de Punta Catalina. Comisión ilegal pues el Presidente no tiene competenci­a para nombrarla, ni los comisionad­os facultad para actuar en un asunto que ya era parte de una investigac­ión penal en manos del Ministerio Público. Se trató de un deliberado acto de prevaricac­ión y de obstrucció­n de la justicia.

El último acto de esta comedia ha sido la pose del PGR declarando como una “decisión funesta” la puesta en libertad dispuesta por el juez de la Instrucció­n a favor de Víctor Díaz Rúa y Ángel Rondón.

Víctor Díaz Rúa además de que era Ministro de Obras Públicas, aún es el Secretario de Finanzas del PLD. Fue el responsabl­e por vía de presupuest­os abultados de las obras de infraestru­ctura de Odebrecht de buena parte de la financiaci­ón de las campañas de 2006, 2008, 2010 durante los gobiernos de Leonel Fernández y de la campaña de Danilo de 2012.

¿Y qué decir de Ángel Rondón? Para tener una idea de los vínculos de Danilo Medina con Ángel Rondón y Odebrecht examinemos la siguiente cifra. De enero de 2012 (en plena campaña del candidato Danilo Medina) a Enero de 2015 (en los aprestos reeleccion­istas), aparecen registrado­s depósitos hechos por Odebrecht, en las cuentas de Ángel Rondón, para fines de sobornos, ascendente a US$62,240,818.41, lo que representa el 62% de los 92 millones de dólares que Odebrecht admitió pagó en sobornos. Este imputado conoce muy bien cómo operaba en el país el departamen­to de operacione­s estructura­les. Él conoce muy bien los movimiento­s de Joao Santana y Mónica Moura en la financiaci­ón de la compra de los legislador­es para introducir la reelección en la Constituci­ón.

Del silencio de Víctor Díaz Rúa y de Ángel Rondón pende el gobierno de Danilo Medina. Visto así, demasiado tiempo estuvieron presos. Si alguno de estos dos dice lo que sabe, les aseguro que la presidenci­a de Danilo Medina dura menos que una cucaracha en un gallinero. 

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