Diario Libre (Republica Dominicana)
Eran cajas, no canastas
Las redes sociales comentaron, difundieron, criticaron la información: el Plan Social de la Presidencia había solicitado, ya en agosto, 1,200 millones de pesos para las cajas navideñas.
Era lógico que la información despertara el debate. A fin de cuentas, quienes debatían eran los ciudadanos que van a pagar la factura. Más de 900 millones estarán consignados al presupuesto de 2018.
El esquema clientelista no es fácil de desmontar, ni se logrará con rapidez. Entronca muy profundamente en la arquitectura del Estado y en la psicología de los partidos. No hay un político que en un hipotético programa aplicable, presente la opción de desmontar la exagerada nómina pública, la duplicidad de instituciones o la cancelación de asesores innecesarios. “La política es así,” explican.
Pero si la Cámara de Cuentas no termina las auditorías de Odebrecht por falta de fondos, encaminar al país en una vía de justicia social que genere desarrollo no es problema de dinero, sino de prioridades.
¿Repartir cajas para la cena de Navidad es corrupción? No, dirán los funcionarios encargados del programa. Y explicarán, “se licitan hasta los bonos para los empleados. Es llevar un poco de alegría a las familias dominicanas más necesitadas”. Y claro, visto así... nadie quiere ser considerado el Grinch de la Navidad o tachado de insensible
Pero todos, ellos que reparten y nosotros que pagamos, sabremos que, un año más, hemos disfrazado el problema. Ninguna sociedad se ha desarrollado a base de populismo o de caridad. Nada que ver con la filantropía o la justicia social. Iaizpun@diariolibre.com