Diario Libre (Republica Dominicana)
Los líderes de bateo se “plumean” en los Juegos de Serie Mundial
El intermedista José Altuve, a pesar de sus 5 pies y 6 pulgadas, le da en la madre a la bola.
SANTO DOMINGO. La costumbre hace ley y el béisbol es parte de ese postulado. Lo que se admite habitualmente llega a adquirir fuerza jurídica. Algunos, por su propia conveniencia, se aferran a lo que es costumbre, sin analizar si es justo o legítimo.
Esto viene al caso por el historial de los líderes de bateo que cuando llegan a la Serie Mundial dejan mucho que desear con el manejo de la estaca.
Y es que en béisbol la lógica no se impone y la costumbre se pierde dentro de las líneas de cal.
El venezolano José Altuve ganó el liderato de bateo con .346 en la Liga Americana, producción ofensiva que le valió para ganar el premio Hank Aaron y el Luis Aparicio.
Sin embargo, en el primer juego de la Serie Mundial bateó de 4-1 y en el segundo de 6-1 un jonrón en el décimo a Josh Field para un registro de 10-2, .200 de average.
El mexicano Beto Ávila en 1954 primer latinoamericano que ganó el título de bateo, con .341 y jugando para los Indios de Cleveland que perdió el clásico en cuatro juegos ante los Gigantes de Nueva York promedió .133. Este año Willie Mays fue campeón bate de la Liga Nacional cn .345 y en la Serie Mundial bajó a .286.
Un Clásico de Otoño interesante fue el de 1909 donde los Tigres de Detroit con el “Melocotón de Georgia” Ty Cobb (.377) y Honus Wagner de los Piratas de Pittsburgh que fue campeón del joven circuito con .339, en la Serie Mundial Cobb dejó mucho que desear al batear .231 y Wagner .333. O sea que Wagner mantuvo su ritmo.
En 1931, Chick Hafey (.349) de los Cardenales de San Luis y Al Simmons (.390) de los Atléticos de Filadelfia. El primero bateó .167 y Simmons también hizo honor a sus números de la temporada con .333.
No podemos olvidar el último caso, en el Clásico del 2012, con Buster Posey lideró con .336, vistiendo la franela de los Gigantes de San Francisco y el venezolano Miguel Cabrera (.330) con los Tigres de Detroit, en la Serie Mundial, Posey promedió un .267 y Cabrera .231.