Diario Libre (Republica Dominicana)

Califican Festival Presidente 2017 como el mejor.

La propuesta artística superó la de años anteriores, en general, con más variedad de géneros Un escenario grandioso, con novedosos espectácul­os de fuegos artificial­es, sirvió de marco

- Alfonso Quiñones

SANTO DOMINGO. El Festival Presidente es un lujo que se dan los dominicano­s, gracias a la Cervecería Nacional Dominicana (CND). El evento cuesta millones, que gustosamen­te la CND asume para agradecer a sus consumidor­es naturales por el apoyo durante 80 años.

El festival ha sido grandioso, y para quien redacta, que ha asistido a los celebrados en 2003, 2005, 2010, 2014 y 2017, este ha sido el más desbordant­e, en cantidad de artistas importante­s y en propuesta como un todo.

Quienes tuvieron el privilegio de asistir los tres días, saben que fue un éxito rotundo. Y que la novedosa estrategia de ventas de boletas fue excelente, y funcionó a pesar de que los dominicano­s no están acostumbra­dos –como ocurre en otros países–, a comprar a ciegas. Muchos fueron los que compraron sus boletas con hasta el 50% de descuento, cuando no se sabía qué artistas asistirían al festival. Así que no hubo mucho margen, como en otras ocasiones, para conseguir boletas regaladas.

La brillantez de lo que se vio en escena estuvo sostenido por el trabajo, tanto en montaje, seguridad, limpieza, y otras labores, de decenas de jóvenes, muchos de los cuales ni siquiera existían cuando nació el evento. Los espectácul­os de fuegos artificial­es, y la manera de presentar el anuncio de cigarrillo­s, como en el Super Bowl, fueron también novedades.

Hay que destacar la soberbia presentaci­ón de Juan Luis Guerra, con invitados como Mozart La Para y El Caballo Mayor, y esa maravillos­a ovación de las más de 45 mil almas congregada­s, que le pedían otra y otra y otra. Algo que fue la primera vez que ocurrió en esta edición. También las muy bien terminadas produccion­es artísticas que devolviero­n a Carlos Vives, Marc Anthony, Enrique Iglesias (el picante que les aportó Gente de Zona a ambos), Bad Bunny, Wisín, Nicky Jam y J. Balvin, así como a Chiquito Team Band y Revolución Salsera.

Si algún artista se lleva el premio a la simpatía en este Festival Presidente, habría que reconocer a Carlos Vives, por su sencillez y admiración demostrada por la música dominicana, tanto así que en el show del Caballo, subió espontánea­mente a bailar con él.

Para mí el mejor debutante del festival fue casualment­e Johnny Ventura, quien nunca había participad­o en solitario como él mismo. Había estado dos veces antes como invitado de otros.

El género merengue tiene ahora otra oportunida­d de agarrarse de la plataforma en que fue colocado por Johnny y por Milly con su excelente espectácul­o, en el que trajo de regreso a Juliana y donde demostró la tremenda pegada que tendría un show de Fefita (ovacionada), Maridalia y ella en teatros locales y en giras internacio­nales.

Algunas sombras

La producción fue dividida en dos, por un lado un holandés que bregaba con la parte internacio­nal y los tiempos, por otro lado Edilenia Tactuck con la producción artística nacional. Algunos de los shows que subieron, lo hicieron sin realizar pruebas de sonido. Tengo entendido que entre los que más se demoraron estuvieron los urbanos internacio­nales, provocando demoras que hicieron que el primer día no se abriera a las 2:00 p.m. como se publicó, sino pasadas las 4:00, y que el show comenzara pasadas las 6:00 p.m.

Por otro lado, actuacione­s como las de Ventura, Juan Luis, Milly, Ricky Martin, Carlos Vives, Marc Anthony y Enrique Iglesias, le demostraro­n a los urbanos de adentro y afuera, que en un evento como este, familiar y trascenden­te, no hacen falta las malas palabras, que no era una discoteca de la Venezuela.

Maluma continuó desinflánd­ose como un artista narcisista, con poco que ofrecer, desafinado y frío en escena. Fea la burla que hizo Justin Timberlake a la prensa, al impedir que los fotógrafos pudieran tomar imágenes de su show, que fue excelente. Feo el aplauso de algunos colegas que se alegraron de que los urbanos decidiesen inicialmen­te el domingo no presentars­e.

La música urbana, pésele a quien le pese, es parte de la música dominicana y Mozart, El Mayor y Mark B, aunque para algunos fueron faltos de madurez por no presentars­e a la hora que les tocaba, porque había poco público, y tras retractars­e presentars­e al final, tras la magnífica producción artística de Ricky Martin, donde –dicho sea– se mostró con faldas (entre 9 ó 10 cambios de ropa) y con anillo de casado.

Mark B regaló un colorido espectácul­o. El Mayor, un torbellino de energía, en su euforia, no se dio cuenta que sin querer pisoteaba la bandera nacional. En buena lid, el uso de la bandera debería prohibirse en este tipo de espectácul­os. La pertenenci­a a un país se encuentra en la esencia de uno mismo como artista. A Mozart, el más depurado le fue dado cerrar el festival. El público los esperó y respaldó.

Otra sugerencia: para próximas propuestas habría que hacer más visible el Village, una idea novedosa, donde se presentaro­n jóvenes valores.

Entre las 28 veces que pidieron que levantaran las manos las mujeres solteraaas, y palabras soeces, aplaudo la frescura de Johnny en sus 60 años de vida artística, poniendo a bailar merengue al estadio Olímpico repleto, y defendiend­o a los artistas urbanos.

Aplaudo a la Cervecería Nacional Dominicana por traernos el mundo a la medias isla.

 ?? JOHN ESCALANTE ?? Juan Luis Guerra, el más ovacionado del festival.
JOHN ESCALANTE Juan Luis Guerra, el más ovacionado del festival.

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