Diario Libre (Republica Dominicana)
Beltré trabaja para ser el mejor.
El jugador de los Vigilantes habló sobre la disciplina y el orgullo de ser visto como uno de los mejores antesalista en la historia del juego
Adrian Beltré
SANTO DOMINGO. Adrian Beltré no olvida sus orígenes. Dio los primeros pasos en el béisbol “en el patio de su casa”, pero luego pasó al estadio Domingo Savio en el 12 de Haina.
Esa estructura, mediante un acuerdo entre el tercera base de los Vigilantes de Texas y el ministro de Deportes, Danilo Díaz, será “reestructurada” con fondos provenientes de ambas partes.
Es un gesto del jugador a la instalación en la que inició los pasos para convertirse en el primer pelotero dominicano que alcanza los tres mil hits. Sobre éste y otros temas, Beltré compartió ayer con la prensa dominicana para responder un carrusel de preguntas, en un encuentro en celebrado ayer en el salón James Rodríguez, del Ministerio de Deportes.
—¿Qué dices sobre tu disciplina? Nunca estuve satisfecho con lo que tenía, sino que quería ser mejor. La disciplina vino donde yo sé que tengo que trabajar todos los días para ser mejor que cualquiera que esté cerca de mí. Yo siempre pienso como que hoy quizás sea mi último juego.
—¿Cuál es tu consideración sobre pertenecer al círculo de los mejores anteslistas en la historia del béisbol? Para mí siempre ha sido un orgullo cuando un jugador se me acerca, especialmente tercera base y me dice, tú eres mi favorito. A mí se me acercó hace dos años, quien para mí es el mejor tercera base, sin faltar al respeto a otro dominicano, (Manny) Machado, (Nolan) Arenado para mí es un tercera base que es increíble y esa persona se me acercó y me dijo que él era fanático mío, que yo era el mejor tercera base del mundo. Obviamente está hablando mentira.
—Un jugador con 20 años de carrera y sobrevivir a la era de los esteroides, te deja con una gran imagen. ¿Cuál es tu comentario? Cada cual tiene el chance de hacer lo correcto o no. Obviamente, gracias a Dios, yo nunca he tenido necesidad de hacer eso, ni lo voy a hacer tampoco, pero obviamente pasamos por una era donde varias personas lo usaron.
—¿Tienes en mente compartir tus conocimientos con peloteros jóvenes? Nosotros estamos trabajando en eso. Junto con la Asociación de Peloteros, hemos creado que no sé si va a ser cada año, pero este año sí lo vamos a hacer, una asamblea para tratar de traer a los jugadores jóvenes que ya están en Grandes Ligas, para hablarles. No quiero comprometer a nadie, pero yo creo que estará Pedro Martínez, David Ortiz, Mariano Rivera, entre otros veteranos que vamos a hablarles, una charla, para hacerle saber a ellos lo que es el camino para estar establecido en Grandes Ligas por mucho tiempo. —¿Qué sentimientos te llegan cuando pisas el estadio Domingo Savio? Ese lugar será siempre para mí un lugar especial, donde yo empecé a jugar como organización. Obviamente comencé a jugar en el patio de mi casa, con mi primo y mi papá. Fue el estadio donde pegué mi primer jonrón, antes de ser profesional. Comencé a jugar con la Liga Valdez y varios años después la Liga Franklin. Tomé este chance para con la colaboración del ministro (Danilo Díaz) darle una nueva cara al estadio tratar de reestructurarlo para que más de 600 niños puedan jugar cómodamente en ese estadio. —¿Eres muy apegado a tu familia, cuál es el rol que dentro de la misma juega tu esposa? A veces la prensa no entiende lo que es tratar de lidiar con una temporada completa cuando tu esposa tiene tres hijos y es principalmente la MVP (Jugadora Más Valiosa), porque es la que tiene que mover los niños a la escuela, venirme a ver a Texas, jugar con los niños. Es prácticamente la que hace todo. Yo sin mi esposa no sé si estuviera donde estoy. —¿Cuál fue tu reacción al disparar el hit 3,000? Para mí lo que hizo el evento mejor fue cuando yo vi mi familia corriendo hacia el terreno y cuando me abrazaron y me dijeron que estaban orgulloso de mí, para mí eso fue lo mejor, la gente cree que (fueron) los tres mil hits y los números.