Diario Libre (Republica Dominicana)
¿Importa que Trump está perdiendo su guerra contra el déficit comercial de EEUU?
El presidente sabe que invocar estos desequilibrios puede ser una fórmula política ganadora
Mientras elogia la creciente economía estadounidense — la cual presenta como su propio logro — en estos días Donald Trump tiende a omitir un número. El crecimiento y el mercado bursátil pueden (hasta hace poco) haber aumentado, pero también lo ha hecho el déficit comercial de EEUU. Y el martes, cuando el Departamento de Comercio publique sus últimos datos, es probable que den a conocer que en el primer año de su presidencia el Sr. Trump permitió un aumento de dos dígitos.
Es una tendencia que hemos observado todo el año. En los primeros 11 meses de 2017, el déficit en bienes y servicios aumentó en más de US$50 mil millones, o 11.6%, del período comparable en 2016. Si el resultado de diciembre está en línea con los últimos dos años — lo cual sería lógico — EEUU habrá registrado un déficit de más de US$550 mil millones con el mundo en 2017. Si se considera la opinión poco caritativa que algunos indudablemente tendrán, esto convertirá al Sr. Trump el “hombre de US$50 mil millones” dado el monto por el cual el déficit ha crecido bajo su mandato.
La mayoría de los economistas no creen que los déficits comerciales importen mucho. De hecho, en todo caso, señalan, un aumento parece ser una señal de buenos tiempos. EEUU ahora está creciendo más rápidamente y está comprando más bienes del mundo. No es de extrañarse que el déficit esté creciendo.
La última gran contracción, señalan, ocurrió entre 2008 y 2009 durante la Gran Recesión, que recortó más de US$300 mil millones del desequilibrio estadounidense con el mundo. No es un período que nadie esté ansioso por repetir.
También deberíamos agregar que las balanzas comerciales, particularmente las bilaterales, se ven afectadas por muchas cosas más allá del comercio — desde oscilaciones monetarias a flujos de capital hasta tasas de ahorro internacionales — por lo que la mayoría de los economistas sostienen que el déficit comercial es una terrible medida en la que los presidentes deberían enfocarse, o prometer arreglar. Al igual que los cambios en los índices bursátiles, los movimientos en el déficit a menudo tienen muy poco que ver con quién está en la Casa Blanca.