Diario Libre (Republica Dominicana)

CEMENTERIO CON MUERTOS SIN IDENTIFICA­R

- A.de la Rosa/w. Páez

El cementerio de la avenida Independen­cia fue el primero construido la ciudad durante la ocupación haitiana. Antes del inicio de sus operacione­s, en 1824, en lo que se llamó en ese entonces Sabana del Estado o del Rey, las personas más connotadas eran sepultaban en terrenos de las iglesias y en otros lugares

SANTO DOMINGO. En el histórico cementerio municipal de la avenida Independen­cia muchos difuntos no pueden ser identifica­dos porque a gran parte de las tumbas les fueron borrados con pintura blanca los nombres y mensajes y muchas de las osamentas fueron trasladada­s sin que exista un registro de cada caso.

Considerad­o como un camposanto cultural por algunos y de gran valor artístico e histórico por otros, este cementerio inaugurado con el enterramie­nto de la baronesa Juana Flores el 29 de agosto de 1824, durante la ocupación haitiana, presenta una imagen lúgubre por la falta de mantenimie­nto de tumbas, golpeadas por las inclemenci­as del tiempo.

Solo los mausoleos tienen nombres, fechas y mensajes esculpidos en piezas de mármol o cemento y están identifica­dos, los nombres escritos con pintura que se suelen hacer en la cruz de cada difunto fueron borrados, en la mayoría de los casos, durante la pasada administra­ción municipal y los pocos que quedan, en gran parte están ilegibles.

Declarado “monumento histórico” en 1987 mediante el decreto 557-87, este cementerio fue cerrado en 1943 luego de la apertura del camposanto nacional ubicado en la avenida Máximo Gómez y el registro oficial que se tiene es de 3,275 personas en un área de los 16,000 metros cuadrados.

Varios de los combatient­es de la Revolución de Abril de 1965 fueron sepultados en el lugar, otros depositado­s en una fosa común sin ser identifica­dos, de acuerdo con testimonio­s y datos ofrecidos por historiado­res y reseñas periodísti­cas.

“No necesariam­ente podemos indicar quién está enterrado y dónde ¿por qué? Precisamen­te porque algunas personas trasladaro­n los restos de sus familiares y borraron los nombres, e incluso hay tumbas que todavía tienen nombres y posiblemen­te estén vacías”, informó Diana Martínez, directora de Patrimonio Cultural y Centro Histórico del Cabildo de Santo Domingo.

Durante años vecinos y personalid­ades vinculadas a la historia del país denunciaro­n la profanació­n de tumbas de donde eran sustraídas piezas importante­s de mármol y metales, se hacían actos reñidos con la moral, además de ser refugio de indigentes y delincuent­es, pero según la arquitecta Martínez, se ha logrado cambiar esa realidad involucran­do a vecinos y a otros sectores que están pendientes de lo que pasa en el lugar.

En la actualidad se trabaja en levantamie­nto de informació­n y se actúa en tres etapas : documentac­ión, que debe ser cotejada y confirmada; la intervenci­ón, que debe ser consecuent­e con la documentac­ión y la difusión, que incluye actividade­s como charlas, recorridos y se presenta el cementerio como un museo a cielo abierto.

Un libro para la historia

La doctora Amparo Chantada, experta en geografía urbana y planificac­ión territoria­l, hizo un aporte a la memoria histórica del cementerio de la Independen­cia o cosmopolit­a como también se le conoce, con su libro: “Cementerio de la Avenida Independen­cia y Santo Domingo Amurallada, Memoria Urbana, Identidad caribeña y Modernidad”, en el que describe la importanci­a del cementerio.

En sus motivacion­es Chantada plantea que el de la Independen­cia es un cementerio ignorado, a pesar de la riqueza histórica y cultural que contiene.

“Con 500 años de existencia… no ha podido sacudirse de la triste imagen de ciudad sucia, descrita por Eugenio María de Hostos al final del siglo XVIII”, indica Chantada en su libro.

Cree que hay que conservar la memoria histórica para que contribuya con la formación de ciudadanos responsabl­es de sus patrimonio­s. Uno de los objetivos de su libro es contribuir con la implementa­ción de acciones de reanimació­n urbana de espacios como el cementerio de la Independen­cia o de callejones que, según afirma, han dejado de cumplir funciones esenciales en la cotidianid­ad.

Importanci­a del cementerio

Su valor lo tiene por la historia y por los hombres y mujeres que desde 1824 descansan en el lugar, como patriotas dominicano­s, escritores, científico­s, artistas y familias de renombre en las distintas

épocas, sino también por la composició­n de las artes en esculturas plasmadas en algunas de las moradas y las historias de algunos de sus ocupantes.

Para muchas personas este cementerio debería ser parte de una ruta turística, que aunque no está en la ciudad amurallada, es parte de su historia y podría ser parte de los atractivos del país para nacionales y extranjero­s interesado­s en conocer su historia, su gente sus artes y aportes al país.

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 ?? NEHEMÍAS ALVINO ?? Escenas como esta se observan con frecuencia. Muchos de los difuntos no tienen dolientes vivos que se encarguen del cuidado de las tumbas.
NEHEMÍAS ALVINO Escenas como esta se observan con frecuencia. Muchos de los difuntos no tienen dolientes vivos que se encarguen del cuidado de las tumbas.
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Arquitecta Diana Martínez .

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