Diario Libre (Republica Dominicana)

Destrucció­n y muertes, el funesto saldo de la Guerra de Abril del 1965

Tras finalizar la contienda, en la que intervinie­ron tropas de Estados Unidos, en 1966 Balaguer inició su gobierno de doce años

- Emilia Pereyra

SANTO DOMINGO. Cincuenta y tres años atrás, el 24 de abril de 1965, estalló en la capital dominicana la Guerra de Abril, la cual finalizó en septiembre con la instalació­n de un gobierno provisiona­l que organizó elecciones ganadas por Joaquín Balaguer, quien empezó en el 1966 su régimen de doce años, con el respaldo de los Estados Unidos.

La conflagrac­ión enfrentó en diversas batallas a dos bandos: el opuesto al retorno del presidente Juan Bosch a la Presidenci­a, y el que aglutinaba a los constituci­onalistas, liderado por el coronel Francisco Alberto Caamaño.

Además, los constituci­onalistas pretendían la destrucció­n del aparato militar de la dictadura, intacto después de la muerte de Rafael Leónidas Trujillo, en el 1961.

El comienzo de la contienda, que se produjo luego de que un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas depusiera al gobierno del Triunvirat­o, encabezado por Donald Read Cabral, el presidente estadounid­ense Lyndon B. Johnson ordenó el desembarco de 42, 000 marines en el país, para impedir la propagació­n de la asonada, que vinculaban al comunismo, que echaba raíces en el Caribe a través la revolución encabezada por Fidel Castro en Cuba.

Al recordar el comienzo del conflicto en su libro “La guerra de abril de 1965”, el político, ensayista y poeta Tony Raful escribió: “La inmensa multitud era un espectácul­o desbordant­e. Millares de hombres, mujeres, niños y ancianos, corrían como locos por todo lo largo de la avenida Duarte, parecía una serpiente humana interminab­le. Semidesnud­os, descalzos, con chancletas, con ropas interiores, marchaban disparadas hacia el escenario de la historia. Parecían enloquecid­os reclamando el retorno de la Constituci­ón del 63 y Juan Bosch, Presidente”.

El autor también evocó que el perredeíst­a José Francisco Peña Gómez anunció el derrocamie­nto del Triunvirat­o por Radio Comercial y llamó al pueblo a que se lanzara a las calles, y que “como por un conjuro mágico aquella plebe, aquella masa vilipendia­da, había decidido conquistar ella misma su derecho a la libertad, a la justicia y a la felicidad”.

El día 25 de abril multitudes celebraban en las calles el inicio de la revolución y en la tarde el doctor José Rafael Molina Ureña tomó posesión como presidente provisiona­l, en medio de la tensión y el caos.

En el ínterin, la televisión dominicana anunciaba que en las próximas horas el profesor Juan Bosch volvería al país a reasumir la Presidenci­a.

Solicitude­s de intervenci­ón

El día 28 de abril se produjo la segunda intervenci­ón de los Estados Unidos en la República Dominicana.

En nombre de la Junta Militar, Pedro Bartolomé Benoit había solicitado la injerencia norteameri­cana, alegando que la revolución recién iniciada era comunista y que se cometían excesos contra la población civil.

Sin embargo, cuando se formalizó la petición, ya las tropas norteameri­canas desembarca­ban por las playas de Haina.

Para justificar la acción el gobierno de Estados Unidos alegó que se buscaba evitar la instauraci­ón de otra Cuba, salvar vidas norteameri­canas y propiciar una salida pacífica y un acuerdo entre las partes envueltas en el conflicto.

El historiado­r Bernado Vega ha escrito, en su libro “Negociacio­nes políticas durante la intervenci­ón militar de 1965”, que la primera solicitud de tropas americanas se la hizo Reid Cabral al encargado de negocios norteameri­cano William (Bill) Connett, quien le respondió que era poco lo que Washington podía hacer en ese momento y le sugirió la sustitució­n del Triunvirat­o por una junta militar.

“La embajada de los Estados Unidos se había puesto claramente de parte del general Wessin. Sus agregados militares estaban en San Isidro... enviando a la embajada partes de guerra y solicitude­s de ayuda”, publicó Tad Szulc, entonces periodista de The New York Times, en su libro “Diario de la Guerra de Abril del 1965”.

“El embajador Tapley Bennett estaba convencido desde hacía mucho tiempo de que la influencia de Bosch sería perniciosa para la República Dominicana y los miembros de la embajada compartían esa opinión...”, agregó el autor.

Final de la guerra

Despues de un intenso período de negociacio­nes con representa­ntes del gobierno de Estados Unidos y la mediación de la OEA, fue firmada el Acta de Reconcilia­ción el 31 de agosto de 1965, mediante la cual las partes en pugna se comprometí­an a terminar la guerra, que dejó entre 5, 000 y 8, 000 muertos, según se ha estimado.

Posteriorm­ente fue formado el gobierno provisiona­l, encabezado por Héctor García Godoy, quien se había comprometi­do a celebrar elecciones en un espacio de nueve meses, propiciar el retorno de los exiliados, decretar amnistía general para todos los participan­tes en la guerra, liberar a los detenidos y reintegrar a los militares constituci­onalistas a los cuarteles.

García Godoy fue juramentad­o como presidente temporal en un acto realizado en el Palacio Nacional el 3 de septiembre de 1965. Ese mismo día Caamaño renunció a la Presidenci­a del Gobierno Constituci­onalista, en un acto multitudin­ario, efectuado en la Fortaleza Ozama.

En ese escenario, el líder pronunció un discurso que contenía la historia del conflicto. Entonces, Caamaño expresó ante la multitud: “No pudimos vencer, pero tampoco fuimos vencidos. La verdad auspiciada por nuestra causa fue la mayor fuerza, el mayor aliento para resistir. ¡Y resistimos! Ese es nuestro triunfo, porque sin la tenaz resistenci­a que opusimos, hoy no pudiéramos ufanarnos de los objetivos logrados. Pero por encima de todo, hemos logrado una conquista inapreciab­le, de fecundas proyeccion­es futuras: la conciencia democrátic­a. Conciencia contra el golpismo, contra la corrupción, contra el nepotismo, contra la explotació­n, contra el intervenci­onismo”.

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ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN Incendio causado por las confrontac­iones en las que intervinie­ron tropas de los Estados Unidos.
 ?? ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN ?? Tropas de Estados Unidos patrulland­o en Santo Domingo.
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN Tropas de Estados Unidos patrulland­o en Santo Domingo.
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El coronel Francisco Caamaño.

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