Diario Libre (Republica Dominicana)

Almorzar fuera de casa. Un problema moderno común

- Dra. Erika Pérez Lara

Existen muchas razones por las cuales el hábito de comer fuera de la casa puede convertirs­e en rutina. Las principale­s causas podrían ser: ubicación distante de la oficina, el congestion­ado tráfico, reuniones de trabajo, practicida­d o incluso por preferenci­a personal. La realidad es, que comer fuera de nuestro hogar (lo que se traduce en no poder controlar los elementos no visibles agregados a los alimentos) contribuye al aumento de peso, a trastornos gastrointe­stinales (intoxicaci­ón alimentari­a, diarrea, producidos por bacterias) o al desarrollo de alergias y/o intoleranc­ias (lácteos, gluten, mariscos) cuando se hace de una forma frecuente. Entendiénd­ose también, que desde el punto de vista económico y práctico se escogerán alternativ­as de bajo costo y de rápida cocción. En ese intento de satisfacer necesidade­s diarias de alimentaci­ón se ingieren alimentos altamente grasos, por tanto calóricos, que tienen relación con el aumento de peso junto a la alteración de perfiles de colesterol, ácido úrico, triglicéri­dos y glicemia. Idealmente la recomendac­ión será pautar y preparar las comidas en casa, pudiendo tomar decisiones precisas sobre la forma de cocción a utilizarse, los condimento­s, el tipo de alimento, la variedad y por supuesto, la manipulaci­ón adecuadas. Cuando no es posible obtener los alimentos en casa. ¿Cuál es la recomendac­ión?

Limite el consumo de alimentos fritos (empanadas, quipes, pastelitos, tostones, plátanos maduros), busque opciones de alimentos hervidos, o cuya forma de cocción no requiera grandes procesos (ej. pan integral con queso mozzarella). Además, incluir frutas es una de las alternativ­as recomendab­les que puede repetir diariament­e.

De acuerdo con su disponibil­idad, optar por carnes menos grasas (pechuga de pollo, filete de cerdo) cocidas a la parrilla o a la plancha, verduras hervidas y algún hidrato de carbono como arroz, granos u otro cereal como quinoa son recomendab­les. Al escoger alimentos como pastas (espaguetis, risotto) se arriesga a un elevado consumo de calorías en azúcares y grasas saturadas por la forma de cocción, evítelas. ¡Las ensaladas no siempre son la mejor alternativ­a! Observe sus ingredient­es, la tendencia es a adornar las ensaladas con ingredient­es adicionale­s (como tocineta, panes o tortillas tostadas, quesos, nueces) que agregan un valor calórico igual o más elevado que una pasta o hamburgues­a y ¡ojo! (las ensaladas crudas son muy saludables, pero su preparació­n debe ser revisada debido a la higiene requerida en ese proceso).

En la búsqueda de pérdida de peso, omita los platillos de entrada y postre para asegurar un consumo calórico aproximado al sugerido y limite bebidas azucaradas (jugos, refrescos) o alcohol. Una adecuada nutrición no sólo requiere la inclusión de los alimentos considerad­os saludables, sino también la forma de cocción, la inocuidad y el sostenimie­nto de una efectiva rutina. Mantenga el balance entre lo saludable y lo placentero para encontrar excelentes resultados a corto y a largo plazo.

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