Diario Libre (Republica Dominicana)

China y República Dominicana acoplados por la diplomacia del dólar

- Pedro Silverio Álvarez Pedrosilve­r31@gmail.com @pedrosilve­r31

«Esta mañana, la República Dominicana cambió su reconocimi­ento diplomátic­o de Taiwán hacia China. A la luz de esto, yo quiero dejar claro: nosotros continuare­mos protegiend­o nuestra libertad y nuestra democracia. Defenderem­os nuestros propios intereses nacionales. Nunca nos inclinarem­os a las presiones de Beijing. Taiwán aprecia mucho las relaciones con todos nuestros aliados, pero no nos involucrar­emos en la diplomacia del dólar. Nosotros hemos propiciado una cercana cooperació­n en las áreas de infraestru­ctura, agricultur­a, educación, cuidado de la salud e inversión. Y continuare­mos haciendo esto en una manera sostenible y responsabl­e». Textos tuiteados por Tsai Ing-wen, Presidenta de Taiwán.

Las declaracio­nes de la presidenta de Taiwán muestran su inconformi­dad –lógicament­epor otra pérdida en su lucha diplomátic­a para asegurar la integridad de su nación. Es una lucha que China continenta­l ha estado ganando con base en su paciencia y en el poderío económico que ha ido construyen­do en las últimas cuatro décadas. No se necesita ser adivino para anticipar el desenlace final de una lucha tan desigual. El aislamient­o progresivo de Taiwán parece irreversib­le y es solo cuestión de tiempo para que las restantes naciones –son menos de dos docenas- formalicen sus relaciones diplomátic­as y comerciale­s con el gigante asiático. Hong Kong pudiera ser un buen referente para que Taiwán, enfrentado con lo inevitable, redefina su estatus frente al poderoso y reclamante vecino.

China y Taiwán han estado librando, desde la instauraci­ón del régimen socialista en la parte continenta­l en 1949, una batalla en el plano internacio­nal que finalmente determinar­á la suerte de Taiwán, ya sea como nación independie­nte o como parte integral de la denominada República Popular de China. Hasta los finales de la guerra fría Taiwán fue beneficiar­io de su alianza con Estados Unidos, lo que facilitó su superviven­cia como nación. Sin embargo, en las últimas dos décadas la situación internacio­nal ha ido cambiando significat­ivamente a favor de las pretension­es de China continenta­l; especialme­nte, después de la entrada de este país a la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC) en 2001. Se trata de un período que pudiera ser calificado como el período de ‘la diplomacia del dólar’ o, como otros lo han llamado, ‘la diplomacia de chequera’. Tanto China como Taiwán han sido parte de ese juego. Ambas naciones han utilizado ‘la diplomacia del dólar’ para mantener la lealtad de sus aliados y/o lograr nuevas lealtades. Por eso, resulta bastante creíble la acusación que hace Taiwán a Beijing de utilizar cuantiosos recursos para que la República Dominicana reconocier­a su política exterior basada en el «Principio de una sola China». Es lógico suponer que los beneficios económicos dominen las relaciones internacio­nales luego de que las ideologías hayan quedado reducidas en la actualidad a un plano tan secundario.

Ahora bien, el entusiasmo por las nuevas relaciones con China merece alguna matización. Una investigac­ión del Centro de Estudios Asia Pacífico (Universida­d EAFIT) –La presencia de China en América Latina (2016)- muestra una realidad que debe servir de alerta para las políticas públicas. De acuerdo con los datos de dicho estudio, el comercio total entre América Latina y China se aproxima a los USD 300,000 millones, pero con un déficit que supera los USD 80,000 millones en favor de China. Asimismo, el estudio establece que más del 70% de las exportacio­nes latinoamer­icanas hacia China están concentrad­as en cuatro productos: soya, petróleo, minerales de hierro y cobre. Con esto se reproducen las “reprochabl­es” relaciones de una periferia (Latinoamér­ica) exportando productos primarios a un centro industrial­izado (China) que les vende los productos manufactur­ados. De hecho, el índice de dependenci­a de las exportacio­nes latinoamer­icanas con relación a China ha estado creciendo en los últimos años, lo que, a su vez, expone a nuestras economías a los ciclos de la economía china y las hace más vulnerable­s. Y, destaca el estudio, que las exportacio­nes de la región hacia China tienen un menor valor agregado que sus exportacio­nes a otras partes del mundo.

En ese contexto, la República Dominicana tiene un balance comercial deficitari­o con China que ronda los USD 2,000 millones – exportamos muy poco y las importacio­nes son unos dos mil millones de dólares-. Y aunque no se trata de un acuerdo de libre comercio –algunos países como Chile, Perú y Costa Rica ya lo tienense puede esperar que el inicio de las relaciones diplomátic­as abra espacios para un mayor intercambi­o comercial, financiero y cultural entre ambas naciones. Particular­mente, es posible que el Gobierno dominicano tenga acceso a una nueva fuente de endeudamie­nto en el gobierno chino, que ha sido muy receptivo a las necesidade­s de financiami­ento de los gobiernos amigos, como ha sido el caso de Venezuela que en la última década ha recibido financiami­ento chino por más de USD 50,000 millones.

Indudablem­ente, el inicio de las relaciones diplomátic­as con China es un paso positivo, en principio. Pero todo dependerá de lo preparado que esté el país para asumir los retos que eso significa, tanto en lo institucio­nal como en lo económico. Desde el punto de vista institucio­nal, los inversioni­stas chinos tienden a ser moralmente más laxos en sus relaciones con los funcionari­os públicos y, por tanto, más propensos a los sobornos. Si encuentran terreno fértil la siembra será copiosa. Desde el punto de vista económico, la escasa diversific­ación de las exportacio­nes dominicana­s, en términos de volúmenes, plantea una asimetría entre ambas economías que solo puede abordada con políticas públicas que promuevan una mayor oferta exportador­a. De lo contrario, pudiéramos estar «atajando para que otro enlace».

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic