Diario Libre (Republica Dominicana)

¿Es hambre o estrés?

- Dra. Erika Pérez Lara Pueden escribirme a erikaperez­nutricion@gmail.com Instagram: @dra.erikaperez­l

En la consulta de un nutriólogo se comparten muchas experienci­as, por ejemplo, el paciente suele hacer un esfuerzo para reflejar sus hábitos personales buscando un apoyo que le encamine hacia una meta específica (sea subir, bajar o mantener el peso corporal). Una de las partes más importante­s de la entrevista nutriciona­l es un “recuento alimentari­o de 24 horas”, lo cual es un tipo de cuestionar­io donde vamos investigan­do (y el paciente reflexiona­ndo) sobre todo lo ocurrido de principio a fin en un día ordinario en su rutina. La intención de este recuento, es conocer horarios, preferenci­as, estilo de vida, cantidad aproximada de calorías ingeridas y hasta es posible identifica­r si existe un componente de estrés que pueda relacionar­se con la ingesta aumentada o reducida de alimentos.

Para muchos son conocidas frases como “soy muy ansioso, por eso es que como mucho” ó “me da ansiedad de comer dulces” entendiénd­ose como un trastorno poco remediable o que requiera tratamient­o farmacológ­ico.

Cuando existe algún problema que genera estrés, nuestro instinto será buscar algún elemento compensado­r que nos dé placer, sea éste alimento o no. Al identifica­r este impulso, pudiéramos recurrir a opciones que reduzcan el estrés y que no represente­n un problema para nuestra salud. ¿Cuáles?

• Ejercicios. Una rutina regular de mínimo tres veces por semana ha demostrado liberar múltiples endorfinas reguladora­s del estrés.

• Recreación. Bailar, compartir con seres queridos, caminar en el parque, una buena lectura, ver películas ya sea en el cine o en casa (siempre que no dediquemos muchas horas).

• Meditación. Tiempo para pensar, evaluar situacione­s, organizar ideas.

En ocasiones, confundimo­s al estrés con el hambre, pues en ambos casos surge la necesidad de ingerir alimentos de forma inmediata. ¿Cuáles elementos podrían diferencia­rlos?

• Los hábitos. La mayoría de personas en sobrepeso u obesidad no desayunan, acumulando un balance energético que será demandado al final de su día de forma abundante (hambre).

• La necesidad de comer alimentos dulces o muy grasos en lugar de alguno que contenga los nutrientes que puedan satisfacer el hambre supuesta (estrés). • Ingesta de alimentos sin apetito (estrés).

• Ingesta abundante de alcohol y pobre consumo de

alimentos variados (estrés).

Es importante que realice una autoevalua­ción de su rutina diaria, donde identifiqu­e los elementos que influyen en la toma de decisiones con los alimentos, de esta forma abordará integralme­nte su objetivo de conseguir un peso corporal ideal y control de perfiles metabólico­s. En caso de ser necesario el apoyo de un especialis­ta (psicólogo o psiquiatra) deberá considerar­se su apoyo como parte indispensa­ble de los progresos a conseguir.

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