Diario Libre (Republica Dominicana)
José Rafael Lantigua
EN UNA MESA ALCANCÉ a ver a Andrés L. Mateo. En otra, pude observar a Avelino Stanley. Estaban empresarios y profesionales muy conocidos, columnistas de diarios. Era un ambiente de cabaret: mesas, tragos, algo para comer y bullicio. Una ración de buen público en un espacio en que, tal vez, podíamos reunirnos unas cien personas, probablemente menos. Yo estaba en una mesa delantera acompañado de mi mujer y dos de mis hijos. De pronto, me di cuenta que conocía al señor que estaba en la mesa justo frente a la mía. Tomaba champagne, tal vez una cava o un espumoso. Hacía las veces de champagne, que es lo que debe tomar la clase pudiente haitiana que tanto parece identificarse con La France. Waddys Jáquez presentaba su nuevo teatro musical “Camaleón, cabaret y circo”. El mismo Waddys, la misma franja argumental, pero siempre renovado, como si su historia nunca tuviese fin y sus seguidores nunca quedáramos saciados de su talento y de su ejercicio pionero en la configuración de un nuevo estilo de teatro que comenzó su andadura hace ya como unos veinte años. Waddys es un Pargo que no cesa y que ha dejado huellas. Mientras disfrutaba su “Camaleón” –que ya se encargaría Carmen Imbert Brugal de reseñar brillantementeseguía observando de reojo al personaje frente a mí acompañado de su esposa y de una joven que luego me presentaría como su hija. Al fin, pude dar mentalmente con su nombre. A la salida, lo saludé: Monsieur le Président. “¿Cómo me ha reconocido?”, me dijo mientras contestaba mi saludo en perfecto español. Era el ex presidente haitiano Jocelerme Privert, gobernante provisional que sucediese a Michel Martelly y quien traspasara el mando al actual presidente Jovenel Moise. Le pregunté si residía en el país y me respondió que no. Lo dudo. No son pocos los presidentes