Diario Libre (Republica Dominicana)

José Rafael Lantigua

-

CUENTA LA LEYENDA, QUE algunos confirman, que a los nueve años de edad Hilda Schott, quien estudiaba en la escuela primaria de La Vega, fue selecciona­da para entregar un ramo de flores a Trujillo mientras visitaba el centro educativo. Cuando Hilda llegó frente a Trujillo con su buqué en la mano, lo miró de frente por breves segundos y de inmediato tiró las flores a sus pies mientras se daba la vuelta. La reacción del dictador fue iracunda: “¿Quién es esa diableja?” Minutos después, abandonó el lugar incómodo. Corría el año 1933. Apenas tres años tenía Trujillo en el poder.

Hilda provenía de una familia muy honorable de Moca, formada por hombres bravos y mujeres de generosa calidez y, a su vez, de carácter recio. El tronco de esa familia era su madre, doña Estela –sobrina de Horacio Vázquez-, auténtica matrona de la sociedad mocana de la época. Entonces y después, miembros de esa estirpe –mezcla de migrantes alemanes y franceses- darían señales fehaciente­s de sus temperamen­tos bizarros en los terrenos donde la historia recoge nombradías.

Veinticinc­o años después de aquella anécdota –ya con treinta y tres años de edad- Hilda se incorpora en la trayectori­a del arzobispo Ricardo Pittini, un sacerdote italiano de la congregaci­ón salesiana que arribó por el puerto de San Pedro de Macorís justo en el año en que la mocana había arrojado las flores que Trujillo esperaba con las manos extendidas a los pies del mandatario. Pittini tenía cincuenta y siete años cuando llega a establecer en la República Dominicana a la orden fundada por Don Bosco. Todavía tenía la visión que luego iría perdiendo gradualmen­te, cuando en diciembre de 1958 –contando ya ochenta y dos años de vida, débil y enfermo- la cocinera del arzobispad­o lo encontró en su habitación inconscien­te y sangrando en la cabeza. Para enfrentar la situación, la sirvienta pidió auxilio y pronto estuvieron junto al arzobispo el padre Remberto Cruz que vivía frente a la Catedral y los salesianos Andrés Nemeth y Sixto Pagani, quienes junto al doctor Pompilio Brower y el galeno José Luis López de Haro –republican­o español que se había exiliado en Santo Domingo- brindaron los primeros auxilios al prelado. Fue en ese preciso instante en que el padre Pagani –quien realizaría

El pastor de los pobres y su mitra de plomo

Juan Esteban Belza ITESA, 1976. 288 págs.

Semblanza de monseñor Ricardo Pittini, el arzobispo ciego que sirvió a Santo Domingo en la Era de Trujillo, donde se pormenoriz­a gran parte de los hechos que aquí se narran.

Esta obra, de la que nadie ha recordado que se cumple en 2018 cincuenta años de su primera edición, sigue siendo un referente fundamenta­l para conocer en detalles la dictadura de Trujillo.

3ra edición ampliada y corregida del que está considerad­o como el libro mayor sobre la gesta del 14 de junio. Testimonio­s e investigac­ión de los acontecimi­entos, desde sus antecedent­es hasta su epílogo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic