Alguien no escucha

En apenas diez días, cuatro acercamientos a este periódico han retratado un problema de características comunes aunque los intereses y los motivos de la llamada hayan sido tan disímiles.

Líderes comunitarios de municipios del sur piden a Diario Libre un reportaje para que INAPA les escuche. Su deficiente servicio de abastecimiento de agua, provocado por la falta de un acueducto les hace terriblemente difícil la vida y no consiguen ser atendidos.

Una joven profesional del sector de la salud se acerca presentando unas ideas y pide difundirlas. Cansada de intentarlo por vías institucionales, piensa en Diario Libre como un medio de que sus propuestas para mejorar el sistema en el que trabaja sean escuchadas. Un grupo de ambientalistas proponen a Diario Libre organizar una mesa redonda para denunciar problemas e incumplimientos en el tema de la veda de determinadas especies. Codopesca les ignora.

Representantes del sector privado con inversiones en la Zona Colonial hablan con Diario Libre tratando de que su preocupación por los retrasos en los trabajos prometidos sea escuchada y sirva de alarma. Sus intentos de ser -como afectados- motores de diálogo no han sido fructíferos.

Alguien (cargos medios de la administración) no escucha a ciudadanos con ganas de trabajar en beneficio del país. Y ser la voz del ciudadano es uno de los fundamentos de la prensa y lo cumplimos, pero es preciso resaltar también que estas llamadas retratan una actitud tan denunciable como cada caso en particular.

No escuchar, mirar para otro lado, ignorar las preocupaciones de los ciudadanos cuando molestan no es parte del contrato democrático por el que los que ocupan un cargo lo hacen por delegación de la voluntad ciudadana.