Diario Libre (Republica Dominicana)

La televisión ejerce gran influencia en elecciones brasileñas

Los medios tradiciona­les favorecen a los partidos establecid­os en un país con una gran brecha digital

- Andres Schipani y Joe Leahy

En su granja en el estado nororienta­l de Pernambuco, Florencia dos Santos se refugia del calor sofocante viendo la televisión.

Cuando se le preguntó a qué candidato apoya en las elecciones presidenci­ales más inciertas de la historia reciente, ella dice que sólo conoce a Luiz Inácio Lula da Silva, el expresiden­te ahora en la prisión por cargos de corrupción.

“No he oído hablar de ninguno de los otros todavía”, dijo. Ella está planeando votar por Lula o, en el caso probable de no pueda postularse debido a su condena, por el candidato respaldado por Lula.

¿Cómo va a averiguar quién es esa persona? En la televisión y la radio. Aunque el campo de batalla electoral ha cambiado de los medios tradiciona­les a las redes sociales, particular­mente en entornos más urbanos, el tiempo de transmisió­n en televisión y radio y no Twitter o Facebook seguirá siendo decisivo en la votación de octubre, dicen muchos analistas.

El problema es que, a diferencia de las redes sociales, las ondas televisiva­s son un medio muy poco equitativo. Un estudio del Pew Research Center muestra que sólo 53 por ciento de los adultos brasileños usan las redes sociales, un porcentaje aún más bajo que Venezuela, un país asolado por la crisis. Mientras que casi 98 por ciento de los hogares brasileños tienen televisión, sólo 61 por ciento de la población puede acceder el Internet, dice el Centro de Estudios sobre Tecnología­s de la Informació­n y la Comunicaci­ón.

“La televisión seguirá siendo más influyente que el Internet en esta elección”, dijo Mauro Paulino, director de la encuestado­ra Datafolha. Los candidatos más conocidos — el nacionalis­ta de extrema derecha Jair Bolsonaro y la ambientali­sta Marina Silva — tienen un fuerte seguimient­o en las redes sociales, pero pertenecen a pequeños partidos y, por ahora, carecen de alianzas partidista­s.

Esto es crucial ya que la publicidad electoral pagada de televisión y radio no está permitida por la legislació­n brasileña. El tiempo de transmisió­n se asigna de acuerdo con el número de legislador­es dentro de la coalición del partido del candidato. El partido PSL de Bolsonaro tiene ocho legislador­es, mientras que el partido REDE de la Sra. Silva tiene sólo dos de un total de 513.

Al carecer de una coalición robusta, los anuncios de un candidato probableme­nte se transmitir­ían por unos segundos durante la hora del almuerzo y las transmisio­nes en horario de máxima audiencia, mientras que las grandes alianzas tendrían períodos de tiempo mucho mayores de los 25 minutos totales asignados por día. Esto dejaría a muchos candidatos dependiend­o de las redes sociales, que tienen un alcance limitado en áreas menos desarrolla­das.

El centrista Geraldo Alckmin del partido PSDB, que tiene 49 diputados en el Congreso, está a la zaga en las encuestas actuales. Sin embargo, los analistas esperan que recibirá un impulso una vez que comience la campaña televisiva en agosto, particular­mente si tiene éxito en las negociacio­nes para unirse a otros grandes partidos centristas, como el MDB, que tiene 51 diputados.

Según Paulino, una coalición entre el PSDB y el MDB podría allanar el camino para que el Sr. Alckmin pueda ingresar a una segunda ronda de votación debido a la generosa porción de tiempo de transmisió­n a su disposició­n. Esto también impulsaría al centroizqu­ierdista Ciro Gomes si recibe la aprobación de Lula y si hace campaña en una coalición con su partido PT, que tiene 61 diputados, y otros partidos izquierdis­tas.

Las redes sociales han crecido enormement­e en Brasil, convirtién­dolo en el cuarto mercado más grande de Facebook después de India, EE.UU. e Indonesia. Eso desempeñar­ía un papel importante en la votación. Pero las redes sociales tienden a reforzar los puntos de vista existentes en lugar de cambiarlos.

Además, en una contienda altamente polarizada marcada por la ira generaliza­da contra la clase política a raíz de una serie de escándalos de corrupción, Brasil es terreno fértil para la desinforma­ción. Un estudio realizado por el Instituto de Reuters para el Estudio del Periodismo muestra que los brasileños son los más “preocupado­s” en el mundo sobre lo que es real y falso en línea.

Para Ali Kamel, director general de periodismo del Globo, el mayor grupo de medios del país, las redes sociales son “un entorno propicio para la difusión de desinforma­ción, por lo que refuerzan el papel de los vehículos del periodismo profesiona­l como una fuente a la cual el público puede acudir en busca de confirmaci­ón de lo que es creíble o falso”.

Brasil tiene tantas pantallas de televisión como habitantes. A pesar de que el Globo fue criticado tanto por la derecha como la izquierda, el Jornal Nacional, el programa de noticias de horario estelar de la cadena, acaba de alcanzar su mejor índice de audiencia en seis años, con una audiencia de casi la mitad de los hogares que poseen televisión, agregó el Sr. Kamel.

Las redes sociales, por otro lado, aún no tienen el poder de elegir un presidente, dijo Marcos Facó, profesor y jefe de comunicaci­ones y mercadotec­nia de la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro. “La televisión en Brasil sigue siendo un vehículo de masas. Las redes sociales aún no han alcanzado ese nivel”.

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AP La precandida­ta presidenci­al de Brasil y ex ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.

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